* Solidaridad
Por Gilberto Lavenant
Comentaba en días pasados, aquí en Palco de Prensa y bajo el título de “Las injusticias”, el trato denigrante que se dió a las mujeres de la vida galante, por parte de elementos del gobierno municipal, como una evidente venganza de Gustavo Lemus Torres, Director de Inspección y Verificación Municipal, por haber sido “balconeado”, con la grabación relativa a la charla con dueño de bares de la Zona Norte, en la que revela actitudes irregulares en el proceso interno de selección de candidato panista a la Alcaldía de Tijuana.
Comentaba entonces que la acción fue espectacular y aparentemente justificada, pues aunque la prostitución no es legalmente permitida, si es formal y oficialmente tolerada, pero se trató, supuestamente, de verificar que las mujeres que se dedican al llamado oficio más viejo del mundo, tuviesen tarjeta sanitaria actualizada, que permite verficar que no son portadoras de enfermedades contagiosas.
Decía que hasta ahí, todo estuvo más o menos bien. Aunque observaba que en principio se considera que todo tuvo su orígen en un berrinche del funcionario aludido y hoy considerado como “bocón” o indiscreto, protagonista principal de lo que ahora se conoce como “Lemusgate”, pero que casi todos pasaron por alto el bochornoso y denigrante trato que le dieron a las mujeres detenidas.
También hacia hincapié en que la falta de tarjeta sanitaria, o la no vigencia de la misma, si bien es una cuestión de salud pública, es solo un asunto de carácter administrativo, no policiaco, ni penal.
Pero observabalas que las mujeres de la vida galante, fueron tratadas peor que a los más peligrosos delincuentes. Desalojadas de los antros con el uso de la fuerza pública, cuando que lo más que ameritaban era que fuesen reitradas de los lugares, que se les impidese el acceso. Nada más.
Que eso de subirlas “en bola” a los pick up, habilitados como patrullas de policía, como si fuesen animales. Que definitivamente eran de las peores injusticias que se ven en la actualidad. Que de igual manera, son deplorables las escenas contenidas en las fotos relativas a su detención en las instalaciones policiacas. Todas tiradas de bruces en el piso, obviamente obligadas a ello.
Decia que los funcionarios que hayan ordenado o realizado tales acciones, deberían ser destituidos y enviados a prisión por abuso de autoridad y por detención inconstitucional. Pero que nadie dijo nada. Que muchos incluso rieron burlonamente, pensando que era la respuesta para el dueño de bares que tuvo la osadía de “balconear” a Lemus. Que pocos se detuvieron a reflexionar sobre el trato inhumano que se dió a las mujeres.
Aclaraba que una cosa es la prostitución, actividad deplorable, y otra muy distinta el lenocinio, o sea la explotación de estas mujeres que, por una razón u otra, se dedican a vender caricias, muchas de ellas cuando ni siquieran llegan a la mayoría de edad.
Que los prostíbulos existen, porque se ha dado el contubernio entre los propietarios o regenteadores de estos, y las autoridades encargadas del orden y la seguridad pública local. Que no se hagan los sorprendidos. Las mujeres que ahí “laboran”, no llegaron de un momento a otro, en forma súbita y por bonches. Ahí están todos los días y son ampliamente conocidas por todos. Y muchas otras cosas indebidas que se dan en torno al tema de la prostitución.
Varias personas se comunicaron con el autor de Palco de Prensa, quienes se manifestaron interesados por el trato inhumano que se dió a dichas mujeres, observando que eso no se puede quedar así, y que el propósito de establecer dicha comunicación, lo era porque pretendían proceder legalmente en contra de quienes resulten responsables de tales abusos.
Y preguntaban que cuál sería la instancia a la que pudiesen acudir para reclamar acciones legales en contra de quienes dieron trato inhumano a esas mujeres. En principio se les comentó que correspondía a las propias mujeres afectadas hacer las reclamaciones correspondientes, como denunciar formalmente los hechos ante el Ministerio Público.
Que por lo que respecta a terceros, interesados en castigar a los responsables o el tratar de evitar que vuelvan a ocurrir, pueden acudir a las oficinas de la Procuraduría de los Derechos Humanos, cuyo titular lo es el Lic. Heriberto García, que ya debería estar lo conducente.
Es importante observar que los interesados manifestaron su intención de contratar a un asesor jurídico, para hacer tales reclamaciones e incluso aclararon que su interés no es económico, ni político, ni se dedican a alguna actividad relacionada con los lugares afectados, o sea los de los giros negros en loas que “laboran” las mujeres afectadas, pero que consideran que no se deben de tolerar este tipo de acciones arbitrarias de ninguna autoridad, independientemente del partido que sea.
¿Qué se requiere para evitar que ese tipo de arbitrariedades se cometan? En principio, solidaridad, por parte de los diversos sectores de la sociedad. Que sin importar a quienes se afecta o contra quienes se abusa, se hagan los señalamientos y las reclamaciones correspondientes y oportunas.
Que se abandone la apatía y el llamado meimportamadrísmo, porque los abusadores y arbitrarios existen, porque la sociedad los tolera o los solapa. Que así como se reclama el ¡ya basta! Ante la inseguridad y la violencia general, también se reclame ¡ya basta de arbitrariedades y trato inhumano ! no solo contra las mujeres de la vida galante, sino incluso contra los pordioseros o desempleados, a quienes bajo el supuesto de que no pueden acreditar su manera honesta de vivir, los tratan peor que a los animales y los envían a prisión, como si el ser pobres fuese un delito de alta peligrosidad o de alto impacto.
gil_lavenant@hotmail.com
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