* Cruje el andamiaje priísta
Por Gilberto Lavenant
Como le ha pasado a algunos artistas en plena actuación en público, que el templete se derrumba, se les mueve el piso y pierden toda compostura.
Así le pasó al candidato priísta a la Presidencia Municipal de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, el pasado fin de semana. Crujió el andamiaje priísta, se le movió el piso al empresario, se derrumbó el templete estrepitosamente y la candidatura quedó en el aire.
Al menos durante 48 horas, el PRI se quedó sin candidato, literalmente hablando. Nada de proselitismo, nada de compromisos, silencio absoluto.
Se dió prácticamente como un hecho el retiro de Bustamante e incluso se dieron razones : falta de apoyo del CEN del PRI, tanto económico, como logístico. Resultaba evidente la intromisión del Senador Fernando Castro Trenti, mejor conocido como “El Diablo”.
Y se dijo que Bustamante condicionó su candidatura a recibir el apoyo prometido y a retirar a René Mendívil de la dirigencia estatal del PRI. Necesita un líder que esté cerca del candidato y no uno que dependa de terceros para mover piezas.
Aún no regresa al escenario el protagonista de esta historia, pero su vocero dice que sigue ahí, tras bambalinas, listo para su siguiente presentación. Y tratando de justificar sus angustias, o de esconderlas, dice que todo fueron simples rumores o chismes políticos y culpa de ellos a los contrarios, a los panistas. Falso, de toda falsedad.
Que el andamiaje priísta se estremeció, peor que el sismo de la primer semana de Abril, allá en Mexicali, es cierto. No hubo información oficial, efectivamente y hasta ahí podría calificarse como meras especulaciones. Pero el nerviosismo, los titubeos, la desesperación, eran más que evidentes. No se necesitabade confirmación alguna. Todo saltaba a la vista.
Lástima que en lugar de reconocer los apuros, abiertamente, pretendan evadir la verdad con versiones distorsionadas, Lástima.
Si al menos hubiesen pensado mejor las cosas y hubiesen dado una justificación lógica al asunto. Que el candidato se sentía indispuesto, que súbitamente tuvo que salir de la ciudad por motivos personales. Pero negar la verdad y culpar a terceros, resulta deshonesto y contraproducente. Se cayó el tinglado, pero todo pasó a la vista del público en general. Ni para qué decir, lo que no fue.
Como estrategia publicitaria, quizás le resultó al aún candidato priísta. Durante varias horas muchos estuvieron a la expectativa, en espera de las decisiones que se habrían de tomar al respecto. Quien sería el sustituto y qué otros cambios habría en la campaña priísta.
Como imágen institucional, le afectará mucho más de lo que se imaginan. Le restó seriedad. Quedó casi como un berrinche. Como cuando alguien se retira y simplemente señala “…dice mi mamá que siempre no”, y ahora “…dice mi mamá que siempre si”. La posición por la que contiende, la Alcaldía de Tijuana, es sumamente importante y en torno a esta todo debe er manejado con seriedad.
Uno es el candidato, pero son muchos los involucrados. Hay un programa, se supone, objetivos, propósitos, esperanzas. El retiro súbito, es inconcebible. Ahora, aunque diga que continua, se tendrá la duda o sospecha de que en cualquier momento abandone el barco. Puede ocurrir.
Pero lo más delicado de todo, y lo que en cierta forma justifica la supuesta decisión de Bustamante, aunque ahora se retracta de ella, es que al interior del PRI, no se respetan ni ellos mismos. Siguen las manipulaciones, las trampas y chapuzas, el desvio de recursos, el divisionismo, las hipocresías.
Bustamante estaba cubriendo los gastos de su campaña, con su dinero personal, cuando que las autoridades electorales destinan recursos públicos para ello. ¿Dónde está el dinero oficial para la campaña y quien lo maneja ?, ¿Si eso pasa en campaña, que no pasará en la función pública ?
Y otra cosa, también importante, en el PRI, al igual que en los demás partidos políticos, no hay líderes, sino simples gerentes o encargados de la administración de dichas organizaciones. No manejan ideologías, sino simples consignas e intereses de grupos. No hay lealtad, ni honestidad, ni sinceridad. Todo es farsa, simulación, intrigas.
Ese es el andamiaje que ahora crujió, derrumbándose estrepitosamente y dejando en el aire la candidatura de Bustamante. Como dicen por ahí, le movimieron la escalera cuando pintaba una escenografía y lo dejaron “colgando de la brocha”. Así de sencillo.
Irónicamente, Bustamante estaba siendo derrotado, pero no por los contendientes de los demás partidos, sino por los propios priístas. Absurdo, pero real. Y que conste, no fueron simples rumores.
gil_lavenant@hotmail.com
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