TIJUANA.- Protestaron a un costado de la zona que agentes fronterizos de Estados Unidos usan para deportar a cientos de migrantes cada año. Ahí donde Anastasio perdió el conocimiento tras ser golpeado por más de 20 policías norteamericanos.
Con un minuto de silencio recordaron al mexicano que murió el lunes pasado en un hospital de San Diego, a consecuencia de la agresión.
Todos se reunieron en la entrada peatonal a México por la frontera estadounidense de San Diego en dirección a la norteña ciudad de Tijuana.
Familiares del migrante de origen potosino llegaron hasta ese punto de la frontera Sur de Estados Unidos. ¡Asesinos!, ¡asesinos! gritaban a la ‘migra’, esa que desde un puente peatonal en San Ysidro tomaba fotografías a los manifestantes.
También a un costado de la protesta estaban atentos varios policías, unos observaban a distancia detrás de cuatro camionetas blindadas de color blanco.
Se trató de una protesta binacional donde alrededor de 200 personas se reunieron del lado americano, mientras en Tijuana también estaban ciudadanos, activistas y defensores de los derechos humanos.
La madre del potosino, María de la Luz Rojas gritó: “La vida de mi hijo no tiene precio... con todo mi odio y rencor pido la cabeza de esos asesinos”.
Aclaró es mentira que haya recibido dinero del gobierno norteamericano por el asesinato de su hijo, según versiones difundidas por la televisión local en California
Llevaron veladoras con la imagen de Anastasio, mismas que encendieron y coloraron entre los barrotes que dividen la entrada a México, justo a unos metros de donde estaban los agentes de la patrulla fronteriza.
Uno de los organizadores, Christian Ramírez del grupo Amigos Americanos, pidió a los asistentes formar una “v” con la manos, entonces pidió un minuto de silencio en memoria del migrante mexicano quien dejó en la orfandad a 5 hijos y una viuda.
Cientos de personas caminaban en ese momento a Tijuana, les pidió parar un momento. Y así por primera vez en la historia se cerró el acceso de entrada y dejaron de escucharse los torniquetes metálicos.
Al terminar el grito era ¡justicia!, ¡justicia!. Luego Ramírez tomó de nuevo el micrófono y pidió al gobierno de los Estados Unidos encarcelar a los responsables de la muerte del migrante de 42 años.
“Mientras nosotros pedimos paz, el gobierno estadounidese nos promete descargas eléctricas y macanazos. Mientras pedimos justicia el gobierno encubre a los asesinos, exigimos al gobirno de estados unidos una investigación exhaustiva, transparente y justa”, exigió el activista.
También estuvo Héctor un hermano de Anastasio, quien comentó “no puedo hablar de eso” al preguntarle detalles sobre la investigación y la detención de su otro hermano, quien constató el momento en que agentes fronterizos de estados unidos golpearon a su hermano.
A la Vigilia Binacional como se denominó al encuentro de esta tarde llegó Víctor Clark Alfaro, titular del Centro Binacional de Derechos Humanos, reveló que cuando se dan las deprortaciones de mexicanos “a algunos se les golpea, no obstante que los agentes de migración mexicanos son testigos, pero hasta ahora el gobierno mexicano tiene una actitud indiferente”.
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