Por Teresa Gurza
¿Será que los atonta el calor o será que ante el desastre de la economía, la falta de empleo, la inseguridad y el narco, quieren inventar algo para distraernos y que no estemos tan preocupados?
¿Será que la presidencia no tiene asesores que le digan “no hagas eso, no la riegues”…? ¿O que al pensar que la percepción es lo importante, quieren ser recordados no sólo como inútiles para gobernar; sino también, como “respetuosos” con los héroes? ¿O será que no tienen más quehacer? Porque mire que a estas alturas con el país en crisis, la economía por los suelos, el desempleo por los cielos, los narcos dueños de pueblos, cárceles y caminos, eso de meterse a clasificar huesos, es bastante jalado de los pelos. ¿A quién se le habrá ocurrido empezar los festejos del bicentenario, con cinco meses de retraso y exhibición de urnas y cráneos? ¿Por qué tendrán los panistas ese afán de exhumación? ¿Se acuerdan de la calavera y el esqueleto sembrados por la Paca en El Encanto y exhumados por la Procuraduría de Antonio Lozano Gracia, íntimo y socio del desaparecido Diego?. ¿Y de los dinerales que un gobierno más loco aún, pagó a esa “vidente” loca para “descubrir” los restos de un diputado del que todavía nada se sabe?. ¿No sería mejor que el presidente Calderón se dejara de onerosas y ridículas inutilidades y asumiera la tarea principal de cualquier gobierno, que es dar seguridad a su población?. ¿No sería de mayor honestidad, que el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont dejara de culpar a los medios por la inseguridad en que se vive?. ¿O será que bien a bien no saben lo que sucede?. Eso se desprende de la respuesta que un molesto Gómez Mont, dio a la prensa el martes pasado en Ciudad Juárez; y que el diario Reforma publicó al día siguiente. Según él, los narcos “se están matando entre ellos“; pero los malvados medios le pasan la factura al gobierno. ¿Sería entonces narquita Liliana Hernández Amaya, la niñita de tres años de edad ejecutada en la misma ciudad horas antes del señalamiento del funcionario y cuya muerte mereció esa respuesta?. ¿No será mejor que en lugar de tanta exhibición de huesos patrios, hecha además en momentos en que abundan las narcofosas con cabezas y extremidades, el Presidente y su gabinete se esmeraran en adquirir capacidad de gobierno?. ¿Que en lugar de tanta declaración sin asidero; de tantos intentos por revivir polémicas históricas; de tanto viaje inútil con esposa e hijos, cambiaran su rumbo para mejorar la vida y la situación de millones de compatriotas? ¿Qué hicieran algo, para que México deje de aparecer en las cifras de la Cepal, en el último lugar en recaudación tributaria de AL y el Caribe? Al paso que vamos, es inútil pedírselos. Ya lo han hecho sin resultado alguno, mexicanos de todas las tendencias y niveles. Y lo reiteró esta misma semana el escritor Carlos Fuentes al afirmar que por la poca preparación de Calderón y del PAN, México está sumido en un grave problema; y que el secuestro no resuelto de Diego, es una prueba más de su incapacidad. Pero ellos o no se dan cuenta de nada; o hacen como que no se dan… Por lo pronto estoy felíz de no ser heroína de la Patria. No vaya a ser que dentro de 100 años a otro gobernante acalorado y sin más que hacer, se le ocurra exhibirme y repartir claveles para que “espontáneamente”, los echen a mi paso.
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