miércoles, 5 de mayo de 2010

Demandan a BC por derrumbe de residencias



* Familias afectadas fueron enviadas a un hotel de la ciudad, con cargo a la firma Curiel-Amaya, responsable del fraccionamiento Laderas de Monterrey y propiedad de Roberto Curiel
Vecinos del fraccionamiento Laderas de Monterrey, donde el lunes se derrumbaron ocho residencias por un deslizamiento de tierra, presentarán una demanda conjunta contra la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), por considerar que una fuga de agua no atendida por este organismo causó el desastre.
Mientras se define la situación y se determina qué motivó los movimientos del terreno, las familias afectadas fueron enviadas a un hotel de la ciudad, con cargo a la firma Curiel-Amaya, responsable del fraccionamiento y propiedad de Roberto Curiel, informó el alcalde local, Jorge Ramos Hernández.
Tras reunirse con autoridades municipales, estatales y un representante de la empresa fraccionadora, Roberto de la Herrán, uno de los afectados, sostuvo que el fenómeno “ya se veía venir” desde tiempo atrás porque había tiraderos de agua que se habían reportado, sin que las autoridades respondieran.
El sábado, residentes del fraccionamiento reportaron “ruidos extraños” a las autoridades de Protección Civil, y para la madrugada del lunes el deslizamiento de tierra había provocado la caída de ocho residencias valuadas en medio millón de dólares, así como daños a 11 más y la destrucción de vialidades.
Investigadores y geólogos contratados por el Ayuntamiento y el gobierno del estado iniciaron un estudio para determinar el fenómeno, aunque de entrada el administrador de la ciudad, Manuel Guevara Niebla, explicó que es común que zonas formadas por laderas y desniveles registren movimientos de tierra y rupturas de tuberías.
El funcionario explicó que el miércoles se habían contabilizado 13 residencias destruidas, un número similar con daños considerables y otras más en riesgo inminente.
Desaíran asentamientos “pobres”
Mientras tanto, vecinos de colonias marginadas reclamaron que las autoridades no han atendido el riesgo inminente en sus asentamientos.
El caso más apremiante es el del fraccionamiento Infonavit Latinos, donde una barda de 150 metros de longitud y cinco de altura está en riesgo de caer y afectar casi un centenar de apartamentos.
Ubicada entre las calles Uruguayos y Salvadoreños, la barda sostiene una masa de terreno en el que se encuentran construidos más de 15 edificios de tres apartamentos cada uno, otro número similar se halla al pie de la pared.
Desde enero pasado, el muro se desprendió de algunas partes, por lo que Protección Civil alertó del peligro inminente de derrumbe y colocó seis engomados de alto riesgo, pero no se dio ninguna solución.
Ante ello, vecinas cansadas de esperar afirmaron que prefieren encomendarse a Dios antes de que se les atienda.
El administrador de la ciudad, Manuel Guevara, explicó que este caso es diferente al de Cumbres de Monterrey porque el responsable es Infonavit, cuya administración trabaja bajo un esquema de aseguramiento de los bienes a su cargo.
Sin especificar, afirmó que las viviendas populares afectadas redujeron su peso.

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