lunes, 12 de julio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* ¿El “diablo”, Gobernador…?
Por Gilberto Lavenánt

Le llaman “El diablo”, por algo será. Algunos dicen que no se puede confiar en él, que lo mismo le pone una vela a dios, que otra al diablo, y al final, se va con quien mejor le conviene. Que primero es él y después cualquier otro. Que efectivamente sabe más por “diablo” que por viejo. En fin, se dicen tantas cosas.

Fernando Castro Trenti, actual Senador y subcoordinador del grupo parlamentario priísta en el Senado, nunca ha ganado una elección popular, y Jorge Hank Rhon, lo acusa de haber sido el causante de su derrota en la contienda por la gubernatura estatal, ante el panista José Guadalupe Osuna Millán, en los comicios del 5 de agosto del 2007. De ahí su distanciamiento irreconciliable.

De ese desencuentro se cuentan muchas cosas y es el principal obstáculo en la carrera política de Castro Trenti, que ya se autodestapó como precandidato a Gobernador de Baja California. Posición que está dispuesto a disputar, dijo, incluso al propio Hank Rhon. A algo se atendrá.

Pocos saben cuando nació, pero dicen que al final de cuentas la edad sale sobrando, pues sabe más por “diablo”, que por Viejo.

Castro Trenti es algo así como esos futbolistas habilidosos, algunos dirían seguramente que mañosos, pues aunque no siempre las ha tenido todas consigo, y es más temido que estimado, ha llegado más lejos que muchos priístas bajacalifornianos. Tan solo con los recursos propios de los politicos : labia, engaño, sumisión, alianzas, traiciones y tantas cosas más.

Es algo así como un cacique politico moderno. No puede decirse que tenga un grupo politico definido, pero la actual estructura del Partido Revolucionario Institucional en Baja California, prácticamente es de su exclusiva propiedad.

Es él quien destapa, ordena, dá consignas, y aunque no mueva un dedo, cobra los supuestos favores o apoyos.

Fué quien en diciembre del 2007, un lunes 21, por la noche, destapó como precandidatos a Alcalde de Tijuana, a Carlos Bustamante Anchondo, Mario Escobedo Carignan y René Mendívil. Realmente pretendía que fuese Mendívil, su súbdito, pero finalmente se pronunció a favor de Escobedo Carignan. Lo hizo por mera conveniencia.

Y no era para menos, Escobedo, es compadre de Manlio Fabio Beltrones Rivera, lider del grupo parlamentario priísta en la Cámara de Senadores y al apoyarlo, “mataría 2 pájaros de un tiro”. Efectivamente, quedaría bien con Beltrones, su “padrino político” y al hacerle “el favor” al dirigente del comercio organizado de Tijuana, podría ser algo así como “el poder tras el trono” o el verdadero Presidente Municipal de Tijuana.

Pero ocurrió que se le pasó la mano. Le impuso a Escobedo a todos los integrantes de su planilla, no le dió oportunidad de colocar ni a uno solo de sus allegados y el aprendiz de politico no soportó y estalló, renunciando a la contienda, antes de ser postulado. No fue para menos.

Castro Trenti fue el responsable de todo el embrollo que se formó antes de la postulación del candidato priísta, al grado que el PRI estuvo en riesgo de quedar sin representación en los comicios del pasado 4 de Julio. Negoció a sus anchas todas y cada una de las posiciones de elección popular. Desde alcaldías, regidurías, hasta diputaciones. Incluso las suplencias.

Las cosas llegaron al nivel del escándalo y tuvo que intervenir la propia dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, para recomponer “las diabluras” de Castro Trenti. En tales condiciones, ante el retiro de Mario Escobedo y los reclamos de grupos priístas por todas partes, el “diablo” ya no pudo seguir promoviendo a Mendívil para la Alcaldía y tuvo que ceder y replegarse, dejando el paso libre a Carlos Bustamante.

Pero incluso con Bustamante hizo lo mismo que con Escobedo. Le impuso a todos los integrantes de su planilla, previamente negociadas por el propio Castro Trenti y de paso como que había negociado la derrota de este, pues le cerró la llave de los recursos oficiales para su campaña, al grado que Bustamante renunció a la candidatura en plena campaña y aceptó continuar, luego de la promesa de que tendría todo el apoyo requerido. La verdad es que tuvo el apoyo, pero no la movilización de grupos manipulados por Castro Trenti. Este iba por la derrota priísta, como lo prueba el hecho de que acomodó a Mendívil y a Eligio Valencia, dirigente de la CTM, en las candidaturas de lista, que solo se obtienen precisamente cuando se pierde. Aunque al final le falló y no hubo ni una de esas.

Los resultados de los comicios del 4 de Julio, ya son hartos conocidos. Los priístas lograron triunfos, casi de “carro completo”, como en los tiempos antiguos. Pero no por ser los mejores candidatos, sino los menos peores, como advirtieron los dirigentes empresariales, y además por el hartazgo social ante la pésima actuación de los gobiernos panistas, que generó una corriente antipanista. Perdió el PAN, no ganó el PRI, dicen.

Sin embargo, Castro Trenti, se adjudica los triunfos y es el primero en estar cerca de los candidatos priístas ganadores, para hacerles sentir que ganaron gracias a su apoyo. Para luego cobrarles la factura, exigiendo favores y posiciones en las próximas administraciones priístas. De paso, para aprovechar el terreno a fin de lanzarse por la gubernatura estatal en el 2013.

No va a ser nada fácil. Muchos ya lo conocen y no confian nadita en “el diablo”. Pero otros, apantallados ante las presunciones de las relaciones de Castro Trenti, están cediendo al chantaje o extorsión. Nadie les ha advertido que “quien vende su alma al diablo, no llega al cielo”. Pero…el “diablo”, gobernador ? Que dios nos agarre persignados, dirán algunos.

gil_lavenant@hotmail.com

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