lunes, 9 de diciembre de 2013

Cicuta: José Luis Hernández Silerio, Oscar Montes de Oca, Evaristo Alvarado Sánchez, Samanta Machaín

Por Jaime Flores Martínez
Dueto: Seguro que el nuevo director de Transporte de Tijuana José Luis Hernández Silerio desconocía el cochinero que practicaban personajes que iniciaron labores hace 8 días en esa dependencia. Tan descaradas eran sus corruptelas que la mañana del jueves el alcalde Jorge Astiazarán decidió cesar al subdirector Oscar Montes de Oca.


Hernández Silerio, nuevo director, y ex presidente del PRI en Tijuana, debió sorprenderse por las desaseadas maniobras de Oscar Montes de Oca, quien hasta concluida la campaña política se esmeró en la coordinación de campaña de Jorge Astiazarán. Obvio que su intención de agarrar un jugoso hueso y retomar el pendiente que dejó en esa dependencia en el gobierno hankista.

Para información del respetable, el cesado Montes de Oca se desempeñó como asesor jurídico del empresario transportista Ramón Torres, mandamás en la empresa transportista Unión de Transportistas Independientes Mariano Matamoros (UNTIMA). Quienes conocen del tema, recuerdan que Montes de Oca "picó los ojos a Ramón Torres" (se quedó con dinero que no le correspondía) y por eso le cayó la guillotina laboral.

En entrevista radiofónica que el alcalde Astiazarán concedió el jueves al mediodía, reveló que esa mañana destituyó al primer funcionario municipal de su gobierno. Y aunque el alcalde aseguró que no recordaba el nombre del empleado destituido, esa misma tarde trascendió una fotografía donde ambos lucían sonrientes. Montes de Oca logró engañar a Astiazarán aunque su gusto le duró apenas tres días.

Otro personaje que el pasado lunes inició labores en la Dirección de Transporte de Tijuana es Evaristo Alvarado Sánchez, quien también laboró en esa dependencia durante el trienio que inició el empresario metido a político Jorge Hank Rhon. El señor Alvarado hizo una magnífica mancuerna con su señora esposa, quien en ese momento se encargaba de operar la caja registradora para concretar las transas de su cónyuge.

Justo en el gobierno de Hank, los señores Montes de Oca y Alvarado se retacaron los bolsillos con dinero de los incautos que cayeron en sus garras. Ellos vendían permisos apócrifos a través de la transferencia de permisos inexistentes. Dicho de otra manera, con la complicidad de la señora, ambos utilizaban las oficinas de Transporte para proyectar credibilidad ante los ojos de los incautos.

Estaban tan bien organizados que Montes de Oca contactaba a las víctimas y de inmediato las canalizaba con Alvarado. Este último acordaba el monto económico del arreglo y de inmediato mandaba a los incautos a pasar a la máquina registradora. Si el ciudadano recibía un recibo oficial del gobierno, difícilmente sospecharía que en realidad lo asaltaban.

La mujer ubicada frente a la caja registradora, cónyuge del señor Alvarado, simulaba el ingreso del dinero aunque en realidad el recurso era repartido entre la banda. Cicuta tiene perfectamente identificada a la mujer, así como el sitio donde laboró durante la gestión de Carlos Bustamante y la identidad de la persona que la cobija.

También habrá que señalar que la mancuerna Montes de Oca-Alvarado formaron parte de "la fuerza aérea" de Carlos Bustamante en la Delegación Mesa de Otay donde cobraban sin trabajar con la entrega de recibos de honorarios. Algunos empleados del lugar se manifiestan indignados por la existencia de estos aviadores.

De regreso al tema, la señora cajera (cuyo nombre propio empieza con "I") recibía el dinero y utilizaba el registro y sello oficial para que el usuario se retirara satisfecho sin sospechar que era víctima de fraude.

Y es que Evaristo Alvarado era entonces encargado de Transferencias del Departamento de Control Vehicular de la Dirección de Transportes, mientras su audaz esposa se desempeñaba como cajera de la dependencia. Más allá de su audacia, destacaba su talento para cobrar dinero que en realidad no ingresaba a las arcas municipales.

Personal de la dependencia confió a Cicuta que en sus momentos de ocio, el abogado Montes de Oca deambulaba por los pasillos del Ayuntamiento para ofrecer resolver revalidaciones difíciles o transferencia de permisos "fast track" por la miserable cantidad de mil 200 dólares.

De esa cantidad Montes de Oca entregaba 500 dólares al señor Alvarado y no los 600 que le correspondían. El abogado le decía a su socio que el acuerdo había sido por Mil dólares solamente y como la transacción había sido en efectivo, no existía manera de reclamar. !Ni su socio se salvaba del piquete de ojos!

Aún con la confianza que acostumbra regalar, José Luis Hernández Silerio debió colocar videocámaras sobre las manos de estos personajes, aunque nunca espero que tres días después de iniciar operaciones el señor Montes de Oca caería en la trampa.

Ah, por cierto, un grupo de transportistas de Tijuana contactaron con Cicuta para manifestarse satisfechos por el cese de Montes de Oca quien =aparentemente= está bajo la lupa de la Procuraduría de Justicia porque muchos de los trasquilados por este dueto decidieron denunciarlos.

Botellita

La joven Samanta Machaín, quien el trienio pasado se desempeñó como encargada de destaparle las botellitas de agua al ex alcalde Carlos Bustamante piensa =seriamente= en renunciar a su labor como burócrata.

Samanta fue una de la bellas jovencitas beneficiadas con una base nivel 16 gestionadas por Bustamante. La señorita Machain fue reubicada a la Dirección de Inspección y Verificación donde "sí trabaja". Tan bonita señorita trabajó hasta el cansancio. Junto con su belleza acabó rendida. Eso no se vale.

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