TIJUANA.- Para El Hijo del Santo continuar con el personaje de El Santo el Enmascarado de Plata no es fácil porque es darle vida a una leyenda tanto mucho arraigo popular. Es una gran responsabilidad, pero también un gran orgullo y reveló que la primera máscara que usó su padre, fue de piel de puerco y él mismo la cosió, porque antes de dedicarse a la lucha libre fue obrero y trabajada en una fábrica de medias.
El Hijo del Santo se reunió con el director general de la institución, Virgilio Muñoz, con quien compartió datos relacionados con el libro Santo, el enmascarado de Plata. Imágenes.
Editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el volumen reúne cientos de imágenes de uno de los luchadores que más fama y fortuna ha dado a este deporte-espectáculo en México, muchas de ellas inéditas, que lo muestran dentro y fuera del cuadrilátero.
Santo, el Enmascarado de Plata. Imágenes fue compilado por Gabriela Olivarez Celis, quien contó con la colaboración del hijo de esta leyenda de los encordados y fue presentado en la 28 Feria del Libro de Tijuana la noche del mismo miércoles.
Respecto al libro que rinde homenaje a su padre, El Hijo del Santo reveló que su preparación implicó un trabajo arduo de poco más de un año, en el que la autora estuvo seleccionando fotos y haciendo propiamente la compilación. Buscar las frases que aparecen en el libro tomó otro tiempo.
Indicó que todas las frases que contiene el libro son expresiones del Santo. “Por ejemplo ella me decía ‘A ver, en este espacio quiero una frase’. Y Ahí me tiene buscando en revistas y recortes de prensa. Tenía que localizar algo que tuviera que ver con la foto, que la frase se relacionara con la imagen”, reveló el hijo del afamado luchador, héroe de historietas e ídolo de películas.
“Hay unas frases muy buenas, porque las puede uno aplicar a diferentes campos”, dijo el maestro Muñoz y citó la que en ese momento tenía a la vista: “Por ejemplo, ésta: ‘Arriba del ring todos somos enemigos’, que sirve para muchas cosas, para la política y a ratos también para la casa, ¿verdad?”.
“Sí”, respondió El Hijo del Santo, “buscamos frases que tuvieran algo importante que transmitir y que puedan aplicarse más allá del ring”.
El libro ha corrido con buena fortuna desde su inicio, pues, según relató, durante un viaje a Colombia, Gabriela compartió el vuelo con el maestro Enrique Krauze y aprovechó el momento para comentarle: “Maestro, tenemos un libro que seguramente le va a gustar” y le ofreció un ejemplar para que lo viera primero y después, si le inspiraba, que escribiera algo. Le encantó y nos regaló el texto que aparece como prólogo en el libro”.
Casi todas las fotografías que aparecen en el libro pertenecen a la colección familiar, pero hay algunas que estaban fuera incluso del país, reveló. “Por ejemplo, esta fotografía no la tenía El hijo del Santo”, dijo mientras señalaba una imagen en blanco y negro que muestra a su padre con una identidad anterior a la del Enmascarado de Plata, cuando se presentaba en el ring como El Hombre Rojo y que data de 1936.
“Un amigo mexicano que vive de España, donde tiene una cadena de restaurantes, tenía esta foto colgada en uno de sus locales, porque la decoración es con cosas alusivas a México y a la lucha libre; a él se la vendió uno de sus clientes y resulta que es una foto histórica del Santo, incluso de un tiempo anterior a que saltara a la fama”.
Luego, señalando otra foto, el Hijo del Santo relató: “Ésta es la primera foto que yo me tomé con él enmascarado, fue en el teatro Blanquita. Yo estaba en la universidad y llegué a visitarlo, y había allí un periodista que me dijo: ‘Oye, por qué no te pones la máscara de tu papá’, pero ‘yo no tengo máscara’, le respondí, ‘pues pídele una’. Entonces le dije a mi papá y me indicó que me pusiera un equipo, y así nació El Hijo del Santo, pero yo todavía ni luchaba”.
Entonces, intervino el director del CECUT para preguntar: “¿Cuál es su mayor satisfacción como El Hijo del Santo? Su sentimiento más fuerte”, a lo que el heredero del afamado luchador respondió sin titubear: “Yo creo que el haber tenido los pantalones de aceptar continuar con el personaje, porque no es fácil dar vida a una leyenda y a un personaje de tanto arraigo popular. Es una gran responsabilidad, pero también un gran orgullo”.
Explicó que él es el menor de cinco hermanos varones, pero el único que decidió continuar con la leyenda. “Él siempre quiso que su personaje lo hiciera alguno de sus hijos, pero ninguno quiso, excepto yo y esto ya han pasado 28 años de asumir la responsabilidad de continuar con su ejemplo. Y en todo ese tiempo lo hemos mantenido vigente, se sigue respetando. El Hijo del Santo ha hecho una carrera propia, yo creo que eso es lo más valioso”.
Luego, señaló otra de las fotos del libro que muestra a tres generaciones del Santo: el Enmascarado de Plata, el Hijo del Santo y el hijo de éste último. La foto fue tomada años después de la muerte del luchador, al pie de la estatua erigida en su honor en la Ciudad de México.
Tras hojear el libro, El Hijo del Santo se detuvo en otra de las fotos y reveló: “Éste sombrero fue de Javier Solís, pero todos los objetos que están aquí fotografiados él tuvo el cuidado de conservarlos por alguna razón; no sé qué tenía en su mente, si hacer un museo o qué destino les daría. Entonces hacer este libro es como darle al Santo ese gusto de compartir sus documentos con el público”.
Explicó por último que la foto de portada muestra la primera máscara que usó el Santo, es de piel de puerco y él mismo la cosió, porque antes de dedicarse a la lucha libre fue obrero y trabajada en una fábrica de medias. La foto es de Gabriela Olivarez, autora del libro, al igual que la que aparece en la contraportada y que corresponde a la que utilizó la última vez que subió a los cuadriláteros como luchador.
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