martes, 12 de julio de 2011

Expediente Político: Negocio fallido

Por Alfredo Calva
Acongojados, tristes y desilusionados, se encuentran el Secretario de Gobierno y el coordinador del gabinete, Roberto Alcide Beltrones Rivera y Antonio Cano Jiménez, respectivamente, con su operador y alfil administrativo, Manuel Guevara Morales, por el aborto en la negociación de intercambio de seis y media hectáreas propiedad del patrimonio municipal, producto de donaciones de fraccionadores, por el centro comercial denominado Plaza San Ángel.



En su rostro denotan la congoja que les ha producido la intervención de la Sindico Municipal, Yolanda Enríquez, en la acción negativa que emprendió ante el alcalde Carlos Bustamante Anchondo, la cual arrojo como resultado la cancelación de toda maniobra que permitiera llevar a buen término el intercambio de predios propiedad de Tijuana, con el ¨dueño¨ de la Plaza San Ángel.
















La negociación inmobiliaria dio inicio en la corrupta administración de Jorge Ramos Hernández, y fue el propio Guevara Morales, como administrador de la ciudad, el responsable de llevar avante esta acción, que le permitiría obtener a los actores del trueque de propiedades, una sustancial ganancia de acuerdo a la diferencia económica existente entre los terrenos y el centro comercial.















Los terrenos que se ofertaron al dueño de Plaza San Ángel, son predios que se localizan en diferentes puntos de este municipio, en aéreas que envidiaría cualquier inmobiliario o constructor, en colindancia con terrenos en la zona conocida como el Tecolote, se encuentran hectárea y media, en el área de Costa Coronado, en ese sitio se ubican tres hectáreas y dos hectáreas más, en la segunda entrada a Playas de Tijuana.















A los anteriores, se suman algunos otros cuyas dimensiones no se comparan con los descritos, pero que, al igual que ellos, su plusvalía es magnífica, además, como plus, podemos agregar que, todos cuentan con todos los servicios, luz, agua, drenaje, teléfono y pavimento.















Ahora bien, de Plaza San Ángel, podemos señalar que este inmueble de aproximadamente seis mil metros cuadrados de construcción, se encuentra localizado en la calle Coahuila justo enfrente de la estación de Bomberos en la zona norte. Su edificación data de hace aproximadamente 25 años y los materiales con que fue construida aparentemente son de mala calidad.















Cuando el asunto le fue planteado a Jorge Ramos Hernández, de forma inmediata dio su aprobación a Manuel Guevara para que este llevase a cabo el trueque inmobiliario con su amigo Mauricio Fernández, pero eso si, ¨advirtió¨ siguiendo con todas las normas protocolarias establecidas para estos asuntos, para evitar llamar la atención en la trácala financiera.















Siguiendo como de costumbre, las instrucciones recibidas, Manuel Guevara Morales, se dio a la tarea de solicitar a sus amigos del área de avalúos en el gobierno del estado, por cierto, curiosamente también de extracción panista, realizaran un peritaje sobre el costo de los inmuebles inmersos en la pretensa de intercambio entre el gobierno municipal y Mauricio Fernández.















La solicitud fue atendida y los ¨resultados¨, amañados por supuesto, se le hicieron llegar al Administrador de Tijuana, este a su vez, como el buen lacayo que siempre ha sido, se apersono ante su jefe, el alcalde, y le presento los ¨fríos¨ números, estos indicaban que de efectuares el cambio de la plaza comercial por las seis y media hectáreas, gobierno local y dueño, quedarían en igual circunstancia.















Por tanto, el gobierno de Jorge Ramos, podía con toda la confianza, llevar a efecto la negociación y obtener el centro comercial Plaza San Ángel, para dar así solución al problema añejo de estar pagando renta para oficinas gubernamentales que se encontraban en diversos puntos de la ciudad.















De acuerdo a los amigos evaluadores de Manuel Guevara Morales, la propiedad de Mauricio Fernández, se estimaba en un valor de 22 millones de pesos, y los terrenos del municipio de Tijuana, coincidentemente, oscilaban en la misma cantidad, lo que facilitaba la realización del convenio.















Sin embargo, el tiempo le gano a la administración de Ramos Hernández y no se concreto la operación, uno de los predios no había sido entregado por el fraccionador, y la ambición de contar con ese también, les impidió que se llevara adelante la transacción.















Pero las circunstancias fueron favorables para Manuel Guevara Morales y pese a ser un mediocre panista, su amigo Antonio Cano Jiménez, un pusilánime político, cuya mejor carta es sentirse cercano al primer edil, quien lo designo como coordinador de gabinete, éste, apoyo su continuidad en la administración de Carlos Bustamante Anchondo y lo designo titular del Instituto Municipal de Metropolización.















Ya amarrada la posición, y con el apoyo y conocimiento de su protector y del Secretario de Gobierno, Roberto Alcide Beltrones Rivera, se dio a la tarea de revivir, entre otros asuntos (esos serán temas independientes), lo relativo la Plaza San Ángel y el intercambio por las seis y media hectáreas, retomando las acciones truncadas empezó a preparar la elaboración y ejecución del convenio.















Sin embargo, al arribar la nueva administración, la Sindico Procurador, Yolanda Enríquez, al conocer del predio que el fraccionador estaba por entregar en donación, y ser enterada de que este junto a otros, iba a ser intercambiado por el centro comercial Plaza San Ángel, se dio a la tarea de supervisar la ubicación y extensión de los terrenos que estaban en el mismo estatus, y lo que observo no fue de su agrado, para desgracia de Guevara Morales.















Por ello, la Sindico, giro instrucciones a su personal para que realizaran trabajos de evaluación de los predios y del centro comercial de manera independiente, con personal y técnicos de confianza, y los resultados no le extrañaron, la Plaza San Ángel, resulto, como en el primer avaluó, con un costo de 22 millones de pesos, pero el monto de las seis y media hectáreas, se disparo a 57 millones de pesos, lo que causaría un daño a las arcas municipales por casi tres millones de dólares.















Ante tal diferencia, la Sindicatura acudió con el alcalde e hizo de su conocimiento de la irregular e ilegal acción de intercambio que pretendía llevar a efecto el titular del Instituto Municipal de Metropolización, Manuel Guevara, bajo el auspicio de su protector, Antonio Cano y del Secretario de Gobierno, Roberto Alcide Beltrones, con el propietario de Plaza San Ángel, Mauricio Fernández.















La cancelación no se hizo esperar, la orden del alcalde Carlos Bustamante, fue tajante, no hay negociación, y como arte de magia se suspendió toda acción de Manuel Guevara en ese tema, eso sí, con las obvias consecuencias de resabio, encono y frustración, de los implicados, y debe de ser así, no es nada fácil, supongo, no obtener tres millones de dólares.















Como remate diré que, aparte se derrumbo otro negocio, pero este solo pertenecería a Mauricio Fernández, como su Plaza no cuenta con el estacionamiento que se ocuparía, para en caso de que se hubiese llevado la transacción, les rentaría el edificio contiguo, que es de su propiedad, para que se lo rentara el gobierno local para ser utilizado como estacionamiento de los automóviles de sus funcionarios.























Un muy buen negocio, pero















Un negocio fallido

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