sábado, 2 de abril de 2011

Si lo sabia, malo; si no, peor

Por Teresa Gurza
Al revés del rey Midas que convertía en oro lo que tocaba, el actual gobierno federal echa a perder casi todo en lo que se mete.


Y al igual de lo que pasa en poblados calurosos, donde al levantar una piedra es
común que aparezcan alacranes; son muchas las dependencias en donde a poco de
escarbar, se encuentran irregularidades.
 
 
Estamos ya acostumbrándonos a que a cada rato la prensa denuncie desvío de
fondos en tal y cual dependencia.

A que el presidente Calderón y sus colaboradores, metan a México en broncas y
pleitos internacionales a los que se avientan como el Borras haciéndole perder
prestigio.
 
A las mentiras y medias verdades oficiales; a las metidas de pata propias y de
sus cercanos.
 
 
Y a las aclaraciones de que no dijo lo que se dice que dijo; o sí hace lo que se
dice no hace.
 
Pero con mucho, lo peor de los recientes escándalos, son las violaciones gringas
a nuestra soberanía; y la falta de respuesta a las introducciones de armas y a
las incursiones de aviones espías que entran a nuestros cielos fronterizos como
Pedro por su casa.
 
 
Todas las ineficiencias y las ilegalidades de que nos hemos enterado los últimos
días pueden explicar, pero no justificar, el ansia presidencial de hacerse
propaganda; de promocionarse rebasando 300 veces, el ya de por sí excesivo
aprobado para eso.
 
 
Y que según los entendidos, sobrepasa lo erogado en publicidad gubernamental por
Francia y España juntos.
 
 
Millonadas que agregadas al billón 16 mil millones de pesos, el 8 punto 9 del
producto interno bruto que nos ha costado su guerra contra el narco, podrían
haber sacado a los mexicanos más pobres de su marginación.
 
 
No es raro que ante las consecuencias del despilfarro de estas multimillonarias
cifras, que además han sido malgastadas porque no han rendido lo que se
pretendía ya que pocos son los que creen que el gobierno va viento en popa y más
pocos aún los que piensan que esa guerra será victoriosa, el presidente aparezca
irritable y nervioso, al grado de provocar que Obama piense que está
"frustrado".
 
 
Frustrado y errático agregaría yo, porque las tonterías están a la orden del día
con amigos y enemigos, como consta en su ignorante comportamiento en el asunto
del embajador Carlos Pascual; de quién Calderón nunca sospechó que estaba en
México para informar a su gobierno de lo que oía o veía.
 
 
Y en el enredo armado por su secretario particular para desmentir las
declaraciones de la siempre ineficaz e inoportuna secretaria del PAN, Cecilia
Romero.
 
 
Pero más grave es la ineficiencia de la administración, al no haber podido parar
los frecuentes hackeos que se hacen a sitios como el Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (Cisen), dependiente de la Secretaría de Gobernación; y que
entre el primero de enero de 2007 y el 31 de diciembre de 2010, ha sido objeto
de 211 mil 262 ataques de este tipo, uno cada 10 minutos en promedio.

Al hacerse la gallina distraída o no haber podido detectar, el operativo "Rápido
y Furioso" por el que Estados Unidos introdujo a México miles de armas de manera
clandestina, provocativa e ilegal.
 
 
Lo que indica, que el actualgobierno no cumple con sus tareas de velar por la
seguridad nacional; y carece de controles efectivos para garantizar una vida
tranquila a sus gobernados.
 
 
Es simplemente increíble, que nadie estuviera enterado de la operación Rápido y
Furioso; que ni Gobernación, aduanas, o los servicios de inteligencia, se hayan
dado color de lo que sucedía.
 
¿Qué hacían funcionarios y aduaneros estos dos años, mientras las armas pasaban
frente a sus narices?

 
 
Y para mayor vergüenza, no fue México el que descubrió el "operativo"; fue
necesario que uno de los gringos implicados lo denunciara.
 
 
Es indigno y una lástima que Calderón no haya sido ni rápido ni furioso para
reaccionar, exigiendo explicaciones a Estados Unidos y a su presidente.
 
 
La verdad que quemada…

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