martes, 14 de diciembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* El ¨Rector¨ ordena
Por Gilberto Lavenánt
El Lic. José Luis Huape Rodríguez, Presidente del Colegio de Abogados de Mexicali, A.C., ha advertido, a protagonistas y espectadores, que el proceso de designación del Rector de la UABC, ya concluyó y que por lo tanto carece de validez cualquier cosa que se pretenda hacer fuera del término legal previsto para ello.
Sin embargo, el ¨Rector¨ Felipe Cuamea Velázquez ya ordenó –bueno, si es cierto, exhortó- al Dr. Luis Llorens Báez, Presidente de la Junta de Gobierno, encargada de la designación, que continue con el procedimiento.

Para quienes no tengan una idea clara al respecto, se les recomienda leer detenidamente la opinión vertida por Huape Rodríguez, publicada en el portal del Observatorio Académico Universitario, en donde aún la pueden consultar.

En tanto lo hacen, e incluso en caso de que aún persistan las dudas, cabe observar que si bien es cierto la norma jurídica es de interpretación, básicamente es lógica.

Veamos estos, para ubicarnos sobre el tema.

Si la disposición jurídica que invoca el encargado de la Rectoría, fuera aplicable a este caso y resultase procedente que la Junta de Gobierno estuviera obligada a designar al Rector definitivo dentro de los 30 días posteriores a la conclusión de la gestión del anterior Rector, sería tan absurdo como lo siguiente :

El Secretario General de la UABC, investido de Rector provisional, exhorta a la Junta de Gobierno a que lo beneficie, en su papel de candidato a la Rectroría, designándolo nuevo Rector, para que le descarguen de la doble responsabilidad, que le resulta excesiva, además de incómoda, pues a ratos funge como Secretario General, y a veces como encargado de la Rectoría, por un mismo sueldo, y no le permite o le limita realizar actividades proselitista como candidato a la Rectoría. Estas cosas, solo ocurren en México.

Y conste, Cuamea dice que que el doble cargo que ostenta en estos momentos, no le da ventaja alguna en su posición como candidato o aspirante a la Rectoría, sino que lo limita. ¿Diría esto con sarcsmo, ironía, burla, excesiva ingenuidad o piensa que los universitarios son retrazados mentales ?

Pero si no obstante la observación elemental al respecto, aún persisten las dudas, traten de responder los cuestionamientos siguientes :

¿Para qué exhortar a la Junta de Gobierno que designe al nuevo Rector, si el proceso concluyó con votos de 6 a 5 de los 11 miembros y estos persisten en sus posturas?
¿Para qué exhortar a la Junta de Gobierno que designe al nuevo Rector, si la legislación actual no les permitió cumplir con su cometido?

¿Cómo designar Rector definitivo, si quienes eran candidatos, ahora son simples excandidatos ?

¿Cómo pretender que se designe Rector definitivo, apareciendo él mismo como uno de los principales posibles beneficiados, cuando que legal y moralmente está impedido para recibir tal designación, por los dos cargos que ostenta y desempeña, Secretario General y Rector provisional o encargado de la Rectoría ?

¿Será acaso que efectivamente Cuamea ya se siente Rector, y piensa que basta una orden de su parte, para que la Junta de Gobierno le otorgue el cargo definitivo, que ahora ostenta solo de manera provisional ?

La segunda parte del exhorto de Cuamea al Presidente de la Junta de Gobierno, tiene también un alto contenido de sarcasmo, ironía o burla, cuando le observa : ¨…Aprovecho la oportunidad para solicitarle que una vez hecha la designación del rector definitivo, se sirva comunicármelo por escrito, para proceder a la entrega-recepción del cargo que desempeño, en los términos de la normatividad vigente¨.

Esto, traducido al español, es tanto como decir : ¨…Una vez que me designen Rector, avísenme, para entregarme, como encargado de la Rectoría, y recibir, como beneficiado, el cargo de Rector¨. Igualito que como lo haría un rey, monarca, emperador o dictador. Ni más, ni menos.

Pero ya lo ordenó su ¨alteza¨ el Dr. Felipe Cuamea Velázquez. Solo falta que los súbditos obedezcan.

Los caprichos y la necedad, no tienen nada de lógicos, ni se llevan con la lógica jurídica. Imaginen a un jugador, de cualquier tipo de deporte, jugando a ratos en el campo y luego como arbitro. Absurdo y aberrante. No se requiere ser perito en derecho, para entenderlo.

gil_lavenant@hotmail.com

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