Por Alfredo Calva
Lo sucedido el pasado domingo en la cámara de senadores durante la discusión de los cambios a los artículos 25, 27 y 28 de nuestra carta magna, en la arenga que la legisladora Layda Sansores, del partido Movimiento Ciudadano, lanzaba a sus coparlamentarios del PRI, PAN, PVEM y PANAL, y que culmino con el parafraseo al premio nobel de literatura, José Saramago, mandándolos a privatizar a ¨la puta que los pario¨ ha sido la mejor intervención en la tribuna de un senador en la presente legislatura.
Para muchos la expresión de Layda Sansores ha de rayar en la barbarie, en una carencia de tolerancia, capacidad y civilidad política para discutir los temas que son de trascendencia para este país, como lo es la denominada reforma energética, sin embargo, ante la colusión partidista de los tricolores, los panistas, los ecologistas y los panalistas, que pretenden entregar la única palanca real de desarrollo con la que cuenta el país, pues la reacción y acción, no solo es entendible, sino justificable.
Los artífices del presidente Enrique Peña Nieto en la cámara alta, presentaron, defendieron y aprobaron (en lo general), un dictamen diferente al que dieron a conocer en el mes de agosto, si bien es cierto, en aquel se contemplaba la figura de ¨Utilidad Compartida¨, lo que les redactaron a los senadores en esta ocasión contiene figuras que van más allá de una reforma energética para fortalecer a Pemex, es la simple y llana entrega de los energéticos a la iniciativa privada extranjera.
Un ejemplo de lo anterior, es la propuesta de creación del Fondo Mexicano Petrolero, un fideicomiso fiduciario que recibirá, administrará y distribuirá los ingresos petroleros. Este fideicomiso será manejado por el Banco de México, con lo cual se le quita a la Secretaría de Hacienda esa atribución y se modifica de fondo el origen de Pemex, ser la pieza y sustento fundamental de las finanzas públicas, la pieza toral de financiamiento nacional, para convertirse en empresa pública.
Peña Nieto cayó al terreno que deseaban los inversionistas que impulsan los panistas. La reforma energética dejo de ser priista, está pintada de azul, es mucho más de lo que había planteado la iniciativa presidencial, existen sectores tricolores que piensan que no debería abrirse de esa manera la puerta de Pemex y la CFE al sector privado.
La lucha será larga, se saldrá a las calles, la izquierda y sus actores principales Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, no se cruzaran de brazos, aun queda por llevarse a cabo la aprobación en lo particular en la cámara de senadores para pasar después a la de diputados, aunque en aritmética Peña Nieto cuenta con los votos, aun el juego no ha terminado.
Y retornando con la senadora Layda Sansores y su indirecta muy directa a los legisladores marionetas, pues se quedara con las ganas de que le hagan caso, ya que tal parece que estos, no tuvieron alumbramiento.
Pero al menos lo intento.
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