jueves, 23 de junio de 2011

Víctima de 'Migra' era residente de TJ y sería padre dentro de 4 meses

TIJUANA (la-Ch.com).- José Alfredo Yáñez Reyes, muerto por un agente de la Border Patrol, era residente de Tijuana, donde estaba casado, tenía un hijo y esperaba a otro dentro de 4 meses. El hombre de 40 años, quien perdió la vida la noche del martes presuntamente por un agente de la patrulla fronteriza, era chofer de una grúa y periódicamente viajaba a Ensenada, con su padre, donde realizaba trabajos de carpintería.

Su esposa Mayra Paredes Lino, de 18 años, acudió ayer a las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) para rendir la declaración sobre el crimen de su esposo.




La joven explicó que José Alfredo estaba cerca de la línea internacional porque acudirían a recuperar un vehículo que días antes les había sido robado.



La cita sería en la colonia Castillo de Tijuana, a escasos 500 metros de donde ocurrió el crimen, donde ella lo esperaría en otro vehículo.



Lo anterior fue dado a conocer por el titular de la Procuraduría de los Derechos Humanos en Baja California (PDH), Heriberto García García, ya que personal a su cargo ha atendido a la esposa de la víctima por la crisis que padeció tras el homicidio.



Yáñez Pérez fue muerto alrededor de las 19:40 horas del martes, en la avenida Internacional, a escasos metros de la malla fronteriza entre Tijuana y San Diego.



Las primeras versiones del crimen apuntan que José Alfredo intentaba cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos, pero fue sorprendido por agentes de la Border Patrol, uno de los cuales le disparó cuando se daba a la fuga.



El connacional recibió un impacto de bala en el ojo y su cuerpo sin vida quedó tendido en el lado mexicano.



La muerte de Yáñez Pérez revivió la indignación de grupos de migrantes, quienes recordaron las muertes que oficiales estadounidenses han cometido contra mexicanos cerca de la línea divisoria entre Tijuana y San Diego.



Anterior al homicidio de José Alfredo fue el caso de Anastasio Hernández, quien murió en mayo de 2010, tras recibir golpes en diferentes partes del cuerpo por agentes de la patrulla fronteriza que lo deportarían a Tijuana.



La agresión contra el connacional provocó que sufriera muerte cerebral y posteriormente perdiera la vida.



También en mayo, pero de 2006, el migrante Óscar García Barrios fue asesinado por agentes de Estados Unidos a escasos 100 metros de la puerta de entrada de San Ysidro a México.



Un año antes, el 30 de diciembre de 2005, cerca de la malla fronteriza, a la altura de la colonia Libertad de Tijuana, Guillermo Martínez Rodríguez perdió la vida en territorio mexicano luego que agentes de la patrulla fronteriza lo hirieron en su huída hacia suelo nacional.



Los crímenes contra connacionales no han sido sancionados, por lo cual el titular de la PDH, Heriberto García García, considera que ocurrirá lo mismo con la muerte de José Alfredo Yáñez Reyes.



"La experiencia nos indica que los resultados serán nulos. Falta contundencia por parte del Estado mexicano para proteger a los mexicanos en el exterior. Esta es la realidad", apuntó.



El crimen de José Alfredo motivó que ayer un grupo de pro-migrantes llevara un féretro a la puerta de entrada peatonal de Tijuana a San Ysidro y cerrara el acceso por alrededor de 10 minutos.



La versión de las autoridades estadounidenses es que Yáñez Reyes, junto con dos personas, intentó cruzar de manera ilegal hacia Estados unidos, pero fue sorprendido por agentes de la Patrulla Fronteriza.



En su intento de regreso a México, uno de los aspirantes a indocumentados fue detenido y para tratar de rescatarlo, José Alfredo y su otro compañero arrojaron piedras y una tabla con clavos a los migrantes.



Los agentes norteamericanos reaccionaron y dispararon, una de cuyas balas dio en uno de los ojos de Yáñez Reyes.



La investigación en México fue atraída por la Procuraduría General de la República. El cuerpo de José Alfredo se presume que será trasladado a Ensenada para ser enterrado.

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