* Los Infiltrados
Por Alfredo Calva
No se trata del filme de Martin Scorsese que protagonizan Leonardo Di Caprio y Matt Damon, si no de lo que sucede en el gobierno municipal que preside Carlos Bustamante Anchondo, gracias a la voluntad y operación de los hombres que, por años han tenido y mantenido la confianza del empresario hotelero, Antonio Cano y Rufo Ibarra.
Estos personajes han permitido la estancia y permanencia de funcionarios de la anterior administración (Manuel Guevara), vinculada al PAN, y no solo eso, si no que han traído de otros municipios, como el de Playas de Rosarito, excolaboradores panistas (Rodrigo Bojorquez) que han incrustado en la nomina oficial como parte del acuerdo realizado con el grupo del PAN en el poder estatal.
Este acuerdo tiene como finalidad dos metas, la primera, hacer dinero (ellos por supuesto), con las obras de infraestructura (haciendo a un lado a Administración Urbana) que puedan consolidar a través de los recursos que existen en el programa del gobierno federal denominado, Desarrollo Metropolitano, para ello cuentan con la ayuda para los fines trazados experiencia y habilidad de Manuel Guevara.
La segunda, y tal vez la más importante, la soterrada desarticulación del gobierno de Bustamante, haciendo una impostura del ejercicio gubernamental, con el control absoluto del rubro económico, teniendo este, como una herramienta de ayuda y apoyo para obtener los resultados deseados, la pérdida de credibilidad y confianza en el gobierno local.
A estos daños intangibles, pero sensibles, se suma el colateral que se deriva de la presencia y consecuencia de tener en nomina a miembros del PAN laborando en una administración que, por justicia debe de ser emanada del Partido Revolucionario Institucional, la filtración de información privilegiada, prueba de ello, la reconfiguración del sistema que a partir del primer día del presente mes, están llevando a efecto.
La erradicación de los infiltrados (Cano y Rufo) y sus asociados, debe de ser pronta, antes de que el deterioro sea irreparable. Está en manos del alcalde, es su responsabilidad, los tijuanenses le dieron su confianza para llevar a cabo un gobierno honesto, honrado, austero y transparente, no debe de haber consideración por quienes después del cuatro de julio, cambiaron de bandera, lealtad por la ambición. Quien traiciona una vez, traiciona siempre.
Corregir es de sabios.
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