TIJUANA.- El año 2009 fue especial para el deporte bajacaliforniano, ya que albergó la Olimpiada Nacional, siendo Mexicali una de sus sedes.
El calendario original sufrió cambios inesperados debido al brote de influenza que originó la suspension de toda actividad masiva, entre ellas la propia olimpiada.
Sin embargo, esta no fue una limitante en la preparación de los atletas con miras a la justa, en la que también los boxeadores dieron su granito de arena para hacer historia en lo que hasta el momento ha sido el mejor resultado deportivo de Baja California.
Para Félix Castro Verdugo no hubo sorpresas, pues luego de una exitosa fase estatal y regional, subió al cuadrilátero para enfrentarse en la final al jalisciense José Alberto Mata el 5 de junio de 2009, contribuyendo para que Baja California se mantuviera en el primer sitio.
Castro sacó la casta, y vino de atrás para llevarse la pelea finalmente a su favor cumpliendo con lo que había vaticinado a finales de 2008.
"Ahora también me voy a sentir muy motivado por pelear en casa en la olimpiada, soy bajacaliforniano y este primer lugar lo voy a ratificar con todo el orgullo que tengo", aseguró meses antes.
Ni la influenza, ni la reprogramación de la Olimpiada Nacional infringieron su hambre de triunfo, consolidándose como campeón de la division de 91 kilogramos en la categorya Juvenil Mayor.
Sus padres y sus amigos concuerdan en que fue siempre un gran estudiante, un muchacho que a pesar de su corta edad siempre estuvo entregado a la práctica del boxeo, pero llevando siempre juntos los guantes y los libros,
"Entonces lo que tengo que hacer es prepararme en la escuela y sacar buenas calificaciones, por que de salir bien, sé que seguiré teniendo el permiso de mis papás para seguir boxeando", agregó.
"Me gustan mucho estos deportes, todo tipo de contacto, pero en especial el box por que es lo que me apasiona y de vez en cuando seguimos mucho el kickboxing además del fútbol americano, me junto a verlo con mi papa”, dijo en otra de sus entrevistas.
Su padre, lo llevaba de niño a las funciones de box, confesándole después que le interesaba llegar a pelear. Pese a que en su familia aseguraban que estaba un poco loco por el deseo de querer ser boxeador, se preparó y después de los cinco años le gustó el amateur.
"Es algo que me apasionó tanto que por eso estamos aquí", indicó en ese entonces el púgil mexicano que vivía la experiencia de estudiar "al otro lado", donde se ha ganado el respeto y la admiración de sus compañeros de la preparatoria.
“No soy bravucón en la escuela, soy muy tranquilo, me gusta utilizar la fuerza pero en el gimnasio, cuando me preparo para el cuadrilátero”, puntualizó el joven que desafortunadamente falleció el fin de semana pasado, tras ingerir accidentalmente un objeto que le provocó asfixia. Descanse en Paz.
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