* Directivos de la paraestatal reveló a legisladores que las instalaciones del Gigante Uno se encuentran cerradas y que mantienen a cinco personas secuestradas.
TAMAULIPAS.- El control del narcotráfico se extiende en territorio del país, incluso en el petróleo, que pertenece a los mexicanos. Desde el 23 de mayo, uno de los pozos más productivos de Tamaulipas se encuentra en manos de un comando armado.
Se trata de una de las instalaciones petroleras de la Cuenca de Burgos, el Gigante Uno, en Nueva Ciudad Guerrero, en el estado antes mencionado.
Además de tener tomadas las instalaciones, los delincuentes también mantienen secuestrados a cinco trabajadores de Pemex y dos de la empresa contratista Tecpetrol.
Aunque la paraestatal se había mantenido hermética en proporcionar información alguna, funcionarios de Pemex revelaron lo anterior ayer durante una conversación privada con el vicecoordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Cabe recordar que a principios de mes, SDPnoticias.com informó sobre la toma de las instalaciones, en base a una publicación del diario Reforma.
Durante una entrevista, Jorge Carlos Ramírez Marín dijo que directivos de Petróleos Mexicanos confirmaron que las instalaciones del Gigante Uno se encuentran cerradas, según dio a conocer el día de hoy el diario.
"El director prácticamente nos confesó que no pueden hacer nada, que tenían cinco gentes secuestradas desde hace un mes y no tienen ninguna posibilidad de hacer nada, que tienen convenios con el Ejército, pero que no les han servido de mucho", manifestó el legislador.
"También nos dijeron, en corto, que la central de distribución del Gigante Uno está cerrada. Por eso le pregunté qué impacto económico tenía esto. Es muy grave que se tenga que cerrar una fuente de producción porque no hay condiciones de seguridad, porque no hay condiciones para seguir trabajando", agregó.
Se sabe que en el pozo se genera gas líquido no asociado y desde hace años la delincuencia organizada roba y revende a empresas gasolineras del área.
El hecho salió a la luz, luego de que familiares de cinco trabajadores petroleros denunciaran que se encuentran secuestrados por delincuentes que se apoderaron del Gigante Uno, ubicado por la carretera Ribereña, en los límites de Nueva Ciudad Guerrero y Nuevo Laredo.
Los familiares de los plagiados aseguraban que los trabajadores no han sido liberados porque Pemex no ha querido pagar a los captores.
Los trabajadores secuestrados son sindicalizados de planta al servicio de Pemex-Reynosa y se llaman Saúl García, Anselmo Teodosio Sánchez, Christopher Adán Cadena, Mario Zúñiga y Martín Franco.
El día de ayer, en una comparecencia ante la Comisión de Hacienda de la Permanente, el director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, fue cuestionado sobre el tema.
Durante una entrevista con Reforma, Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción, reveló que, por esta situación, la empresa pierde diariamente 160 mil dólares.
Y aunque los funcionarios de la paraestatal aceptaron que ha sido necesaria la intervención de las Fuerzas Armadas, Suárez Coopel precisó que "no es que esté tomado el pozo. Secuestraron a cinco trabajadores de Pemex y no han aparecido".
Con información del diario Reforma
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