sábado, 7 de septiembre de 2013

Se acaba “jugoso negocio” de tramitador

* Con la autorización de permisos
Por Hugo Isaac Rea Torres
TIJUANA.- Cobros hasta por 12 mil dólares aplicaba el tramitador Francisco Armenta Apodaca a “sus clientes” por gestionar un permiso para la operación de un restaurante bar.
La autorización de medio centenar de permisos en las últimas sesiones de cabildo para abatir el rezago que existía en la entrega de las anuencias, hizo que el jugoso negocio que tenía el tramitador se le esfumara y dejara de obtener los pagos que tenía pendientes de parte de sus timados clientes.


Al terminársele el negocio, el tramitador se vio involucrado en una serie de demandas de “sus clientes” por el delito de fraude por no haberles cumplido con lo pactado. Al no poder devolver las diversas cantidades de recibió para que retiraran  sus denuncias, Armenta Apodaca intentó involucrar a algunos funcionarios del Ayuntamiento para “justificar” ante sus demandantes que “él no era responsable y que todo fue un ardid del gobierno”.

Un ejemplo de este asunto es el caso de Octavio Márquez Gómez, quien le entregó cinco mil 950 dólares, de un total de 12 mil, que Francisco Armenta Apodaca logró quitarle por la gestión del permiso para la operación del restaurante bar denominado “La O bar”, ubicado en avenida Paseo del Guaycura, colonia Ampliación Guaycura.

En el caso de Octavio Márquez Gómez, Francisco Armenta expidió cuatro recibos: uno por la cantidad de dos mil dólares; dos con la misma fecha pero por cantidades diferentes: el primero de tres mil 138 dólares y el segundo por 862 dólares y el último por la suma de 950 dólares, en los cuales se establecía como concepto que era “anticipo de 12,000 dólares pactados a cuenta de trámites para tratar de obtener permiso nuevo para la venta de bebidas alcohólicas en la modalidad de envase abierto para el giro de restaurante bar del negocio denominado “La O bar”…”

Algunos de los afectados aseguran que al presunto defraudador lo contactaron a través de personas conocidas del ex regidor  y hoy diputado local electo, Gerardo Álvarez Hernández, por lo que consideraron que era posible obtener “con facilidad” sus permisos para la venta de bebidas con contenido alcohólico.

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