miércoles, 10 de agosto de 2011

Facebook está condenado, como los perros en Sonora

Por Jairo Calixto Albarrán
Los terroristas cibernéticos de Anonymous han amenazado con destruir Facebook no por su contribución a la enajenación y la ludopatía en granjitas, sino por usar los datos de los usuarios para ponerlos al servicio de las grandes corporaciones.
Esto ha desatado más histeria que la caída de las bolsas del mundo, los escándalos de Galilea Montijo y Adal Ramones, las violentas protestas en Londres (el primer ministro David Cameron parece la versión sin gracia del señor Poiré, que no Poirot) y la recia que La Reina del Pacífico le está dando en los juzgados a la PGR, forjando así el próximo michoacanazo.



¿Cuántos hankazos más aguantará la procuradora? Igual y la señora Morales dura otros 25, pero la institución ya está muy cuarteada. Seguro que Jelipillo espera que Sarah Palin se desocupe para ofrecerle el cargo, al fin que aquí los gringos tienen la nómina infiltrada.



Para ser venerada como La Reina del Sur, doña Marisela tendría que dar un golpe mediático. Tiene que lanzarse con toda su guaruriza a San Luis Río Colorado, Sonora, a armarle un operativo feroz tipo Greg Sánchez al edil, Manuel de Jesús Baldenebro, linda personita que tuvo la feliz ocurrencia de ofrecer reducciones hacendarias e impositivas a los vecinos de la zona que le entreguen a la autoridad perros callejeros para que sean sacrificados. Una cosa que, por supuesto, desatará la barbarie en una geografía que lo último que necesita es premiar la masacre en cadena. Cómo se pretende reducir el índice de hijos de la chingada, si se premia a quienes entregan animales a una autoridad que sólo sabe de matazones en cadena y elevarle sus plegarias a la Virgen de los Sicarios.



Sería mucho más útil que el calderonato atacara esos detalles técnicos que expresan la decadencia en la que chapoteamos, en vez de andar de gira artística por Apatzingán y Ciudad Juárez tirando numeralia dudosa para demostrar que vamos ganando, aunque no parezca, mientras los gobernadores aplauden cual focas de Six Flags. Sobre todo porque cada vez que Jelipillo se echa flores, confeti y fanfarrias en materia de seguridad, de inmediato le crecen los enanos y la cosa se pone heavy metal.



Igual pasa con los secres de Hacienda, para los que nunca hay crisis ni peligros hasta que nos pasa el tsunami catarriento encima. Ahí tienen a San Mr. Bean Cordero que, luego de echarle la culpa a fenómenos que ni de nuestro país son de la desaceleración económica, anuncia que él siempre ganará, que le pongan a quien sea y que lo sigan los buenos.



Les apuesto que no le aguanta ni un round a Lupita Jones.



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