Por Gilberto Lavenánt
Como en las películas de serie, el Alcalde tijuanense, Carlos Bustamante Anchondo, y el Delegado de Sedesol en la entidad, Carlitos Torres Torres, han empezado a “rodar”, una nueva “versión” de la contienda que protagonizaron durante los comicios del 2011. Esta sería la segunda, de quien sabe cuantas.
A mediados del 2010, en la contienda por la Alcaldía de Tijuana, ambos protagonzaron casi una batalla campal. Hasta con la cubeta pretendían darse. Llegó un momento en que se optó por no programar eventos en los que estuviesen juntos, pues las agresiones verbales surgían de inmediato. Que beneficiado del Fobaproa, le decía uno. El otro le respondía que era un improvisado, que carecía de experiencia. Que él sí era empresario y sabía cómo hacer las cosas.
Carlitos Torres Torres, se sentía tan seguro de ganar, al fin y al cabo, siendo ahijado del Presidente Calderón, y teniendo en su esquina como “manejadores”, al Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, así como al entonces Alcalde, Jorge Ramos Hernández, pues pensaba que le resultaría facilísimo derrotar a su rival. Por ello la audacia de utilizar la leyenda : “El nuevo Presidente Municipal de Tijuana”.
Carlos Bustamante, por su parte, sabía que la batalla era sumamente difícil, dificilísima, diría cualquiera. Aprovechó que, debido a la crisis política y el tener que subir cuesta arriba, no tuvo quien le peleara la postulación. Además, todos lo querían “chamaquear” y lo trataban como novato en la política. Las esperanzas de ganar, eran pocas, casi nulas.
Sin embargo, el 4 de julio, los resultados electorales sorprendieron a muchos. En especial a los principales protagonistas de la contienda por la Alcaldía de Tijuana. El que presumía que ya era el Alcalde, se quedó “chiflando en la loma”. Nadie le dijo que “del plato a la boca, se cae la sopa”.
El otro, que quería, pero que veía lejana la posibilidad del triunfo, de pronto logró el puesto que tanto tiempo anheló y que la vida le dió la oportunidad de ostentarlo y disfrutar, en carne propia, el goce de tener en sus manos el poder público. Carlitos, parecía destinado al destierro político, al fin de su corta carrera política. Don Carlos, en cambio, en el final de su carrera política, por fin disfrutaría la sensación de tener en sus manos el poder público, que tantas veces buscó, sin éxito, durante su juventud.
Ninguno de los los se imaginó que sus caminos habrían de cruzarse en un futuro cercano. Mucho menos que habrían de tener un nuevo encuentro. Similar, o más explosivo que el de la contienda electoral del 2010.
Carlitos, al fin y al cabo ahijado del Presidente Calderón, fue rescatado por éste y designado delegado de la Secretaria de Desarrollo Social en la entidad. Una chamba más o menos sencilla. Como una sucursal de “santoclos”, aunque sin trineo, sin traje rojo y sin barba. Su labor consiste en recorrer Baja California, distribuyendo todo tipo de ayudas del gobierno federal a los bajacalifornianos. Aunque no se le oye decir : jo jo jo jo. Y, claro, como al barbudo, a donde quiera que va, es recibido con beneplácito. Al grado de que Carlitos piensa, y siente, que es popular, que goza del aprecio de los bajacalifornianos. Quizás igual o más que en la contienda del 2010.
Esto le ha hecho creer que si las elecciones son en el 2013, y sigue en la misma chamba que desempeña ahora, pues es como si anduviera en plena campaña electoral y no tiene duda alguna de que, ahora sí, podría llegar a ser Alcalde de Tijuana, o tal vez diputado federal, o Senador.
Para ello está aprovechando la delegación de Sedesol, la que, como si fuese un juguete de su propiedad, no se lo quiere prestar a nadie. Cualesquier evento que organiza, sólo él quiere aparecer en las fotos. No permite que se le arrimen otros funcionarios. En especial los colaboradores de su rival político, Carlos Bustamante.
Esto salió a relucir, por denuncia del propio secretario de Desarrollo Social Municipal, David Saúl Guakil, por cierto suplente del Alcalde Carlos Bustamante. El viernes de esta semana convocó a conferencia de prensa, para desahogarse, sacando de su ronco pecho todo el coraje que traía contra Carlitos.
La molestia de Wakil es que Carlitos programó un evento en la zona de La Presa, para distribuir cheques de Sedesol, del programa Oportunidades. Cuando llegan los funcionarios municipales, se llevaron la sopresa de que Carlitos Torres Torres, se llevó el evento a su oficina. Y las cosas no quedaron ahí, sino que cuando los enviados de Wakil llegaron al nuevo sitio, no los dejaron entrar.
El suplente de Bustamante, todo encorajinado, tronó. De Carlitos Torres Torres, dijo, hasta de lo que se va a morir. Entre otras cosas, dijo que “…El recién nombrado delegado federal de Sedesol, Carlos Torres Torres, quien al parecer aún resiente que los tijuanenses le hayan negado la entrada al Ayuntamiento, está actuando de manera muy unilateral”.
“Aquí sucede -dijo- una de dos cosas… y no son buenas para Tijuana y los tijuanenses, o la federación, desde ya, prepara el terreno para el relevo electoral del 2012 o el delegado de Sedesol, Carlos Torres, está actuando de manera unilateral, perjudicando el equilibrio federalista que tanto se pregona desde Los Pinos”.
Wakil no es Carlos Bustamante, pero para el caso es lo mismo, pues al ser Secretario de Desarollo Social Municipal, y de paso su suplente, pues es como si fuese el Alcalde en persona. Además, seguro que el propio Alcalde le dió la autorización para que se lanzara contra Carlitos.
Este es el inicio del rodaje de la nueva versión del melodrama político “Carlos vs Carlitos”. Sin duda alguna.
gil_lavenant@hotmail.com
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