domingo, 5 de diciembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* La catedra política
Por Gilberto Lavenánt
El Senador Fernando Castro Trenti, les dió una cátedra política a los panistas, en eso de las restricciones en los depósitos de dólares. Incluyendo al propio Gobernador José Guadalupe Osuna Millán.
Solito se metió en el tema, navegó contra la corriente, contra todos los panistas, los del DF y los de Baja California, y por fin logró una mejoría sustancial en las rígidas reglas establecidas por la Secretaria de Hacienda.

El viernes pasado, al hacer el anuncio, junto al propio Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, Castro Trenti no cabía en sí de orgullo. Casi gritaba el clásico ¡Sí se puede!

Sin embargo, el boletín de prensa, por parte del gobierno bajacaliforniano, le colgaba el mérito a Osuna Millán, al diputado federal panista Gastón Luken y al Senador Alejandro González Alcocer, y, como haciéndole un favor, al Senador priísta Castro Trenti.

La verdad es que quien estuvo presionando sobre este tema, lo fue Castro Trenti. Fue él quien acompañó a los representantes de los organismos empresariales de la entidad, ante funcionarios de la Secretaria de Hacienda, para tratar de que cambiaran las reglas.

Y al final lo logró.

Los panistas, en lugar de combatir estas medidas centralistas, en todo momento las apoyaron, las justificaron y se dedicaron a descalificar a Castro Trenti. Que tenía intereses políticos, al meterse en este asunto, decían,

El priísta incluso presentó una iniciativa de ley para que se hiciera a un lado a la Secretaria de Hacienda, toda vez que tratándose de divisas, le corresponde al Banco de México el manejo del tema. Los panistas, por ejemplo el diputado Kiko Vega de la Madrid, se fué a Europa a promover vinos, cual si fuese agente de ventas.

En honor a la verdad, el mérito de estos cambios, aunque según los dirigentes de organismos empresariales, no son suficientes, es de Fernando Castro Trenti. Por ello aparece a un lado del Secretario de Hacienda, en las fotos relativas al anuncio de dichos cambios. Osuna Millán fue solo un invitado.

Sin embargo, Castro Trenti, le dió un ¨muletazo¨ al Gobernador de Baja California, cuando en lugar de reclamar el reconocimiento por todo esto, dijo que eso fue posible ¨… gracias al liderazgo del Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, quien desde que se vinieron estas medidas tuvo la capacidad, el cuidado y la inteligencia para explicarle a la sociedad los rasgos necesarios de esta medida y entender junto con ellos la conveniencia de su modificación¨.

Por tal manifestación, algunos vieron a Castro Trenti, más ¨azul¨ que cualquier panista. Pero la intención era darle su lugar a Osuna Millán, que ha considerado a Castro Trenti como su principal enemigo político.

Y si en todo momento se resistía a aparecer junto a Fernando, ahora hasta se le vió sonriente y permitió que le tomaran fotos, estrechando la mano del priísta.

La medida centralista de restringir el manejo de los dólares, supuestamente para combatir el lavado de dinero proveniente del narcotráfico, es autoría del gobierno panista de Felipe Calderón. Fiel a su partido, Osuna Millán no se atrevió nunca a combatirla y Castro Trenti tuvo el cuidado de combatirla en forma serena, tratando de no herir susceptibilidades.

Así, mientras que Osuna Millán lamentó que era un ¨diálogo de sordos¨, el que se estaba desarrollando con los funcionarios federales, Castro Trenti insistió en el tema, una y otra vez, hasta que logró el ¨milagro¨, de hacer que los ¨sordos¨ escucharan los reclamos de los bajacalifornianos.

Ahora, ya no le llamarán ¨el diablo¨, sino ¨el brujo¨, ¨el curandero¨ o ¨el doctor¨, pues hacer que los sordos oigan, no es cualquier cosa.

Además, Castro Trenti tuvo la habilidad de hacer creer que el mérito de todo esto era de Osuna Millán, y le hizo creer a éste, que todos lo ven así, al grado de que el Gobernador dió el ¨paseillo¨ al ruedo, como quien merece dos orejas y el rabo, cuando que en realidad todo mundo sabe que nunca se atrevió a ¨tomar al toro por los cuernos¨.

La cátedra política fue completa. El priísta no solamente hizo la faena, colocó las ¨banderillas¨, lanzó la estocada hasta el fondo y luego cedió su lugar a otro, a Osuna Millán, para que se luciera. No es tonto, es ¨diablo¨.

gil_lavenant@hotmail.com




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