Por Teresa Gurza
Sólo eso; sólo doce centímetros bastaron para esconder en su propia cama durante nueve días, el cuerpo de una niñita de cuatro años.
Por absurdo y tonto que parezca, ni los padres, ni las nanas que tendieron la cama muchas veces, ni la tía que durmió en ella casi sobre el cuerpo de la sobrina, ni mucho menos los “experimentados” investigadores de la Procuraduría de Justicia del estado de México, vaya ni los entrenados perros, dieron con Paulette Gebara Farah quien oficialmente murió ahogada entre el barandal y el colchón de su rosada camita.No dudo que así haya sucedido; porque hace cuatro décadas un sobrinito de casi un año, murió en su cuna de manera parecida. Pero a este niño, lo encontró su madre a los pocos minutos de ocurrida la tragedia; simplemente porque al no ver a su bebé donde lo había dejado horas antes, quitó cobijas y almohadas.Y para ello, no tuvo necesidad de llamar a ninguna autoridad, ni de llenar su casa de policías, detectives y perros amaestrados; ni requirió tampoco de 85 peritajes para conocer como murió su niño.Es por eso que me parece tan increíble, el caso de Paulette; increíble que a nadie se le haya ocurrido buscarla en su cama; y si lo hicieron, que lo hayan hecho tan mal.Según lo informado, a esa habitación entraron decenas de personas; entre ellas los padres; los peritos que dos veces hicieron “reconstrucción de hechos”; las nanas que hasta mostraron por televisión, la forma como varias veces tendieron la cama; los periodistas; el procurador; y sobre todo la tía, que aseguró durmió en ella dos noches.Increíble que nadie, ninguno de todos ellos notara olor o bulto alguno. No puede llamarse pomposamente “investigación” a este conjunto de errores y tonterías; la incapacidad fue tanta que hubo que llamar en auxilio a la PGR y el FBI, y a se tuvieron que hacer análisis en universidades nacionales y extranjeras.Y lo peor es que todavía dos meses después, el aún no destituido o autorenunciado Alberto Baz Baz, tuviera el descaro de presumir su trabajo al informar sobre el resultado de las pesquisas; y mostrar su orgullo al decir que lo hecho por su dependencia coincidió en todo con lo realizado en otras partes; y que todo eso lo hizo además, bajo la presión de los medios. Medios a los que él mismo echó combustible cuando declaró que la muerte de Paulette era un indiscutible caso de homicidio; que la madre, el padre y las nanas incurrieron en contradicciones y falsedades; que todos ellos reprobaron la prueba del polígrafo y los exámenes sicológicos y que la madre de la niña era una mujer mentirosa, poco menos que adúltera, descuidada y casi loca.¿Pero si todo coincidió con otras conclusiones, si Baz Baz fue incapaz de solucionar desde el principio un caso al parecer tan poco complicado por tratarse de un simple, cual es la pertinencia de que exista una Procuraduría del estado de México? El día que dio a conocer su informe, Baz Baz tampoco dijo nada acerca de que prácticamente acusó Lissette Farah de haber cometido un crimen contra su propia hija; de que incurriendo en delito al informar sobre la vida privada de la señora, le ha hecho un daño moral espantoso, del que ni siquiera ha pedido disculpas.Ese acusador del principio, es el mismo Baz Baz que 60 días después; sin siquiera pedir disculpas por sus errores y sin reconocer su poca capacidad como investigador, aseguró que no fue crimen sino accidente.Así que ojo… porque tal como van las cosas, no sería nada raro que dentro de algunos años Baz Baz se nos aparezca en otro puesto…
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