Por Sergio Anzures.
El último día de se gestión (30 de septiembre del 2019), el hoy ex alcalde Juan Manuel Gastélum entregó a través de la Dirección Municipal de Urbanización, una licencia de construcción para un edificio habitacional que prácticamente ya está concluido.
Se trata del edificio habitacional ubicado en el "corazón" del fraccionamiento Chapultepec —atrás del Club Deportivo y Social Campestre—, y el permiso fue gestionado por su propietario Jorge Antonio Perroni Lutteroth, revelan documentos en poder de AJEDREZ POLÍTICO.
El colmo del cinismo es que el Reglamento de Acciones de Urbanización, en el Artículo 29 establece: Son obligaciones del responsable director de obra;
I - Iniciar las obras hasta contar con el permiso correspondiente.
III - Notificar por escrito a la autoridad, cuando el propietario no atienda instrucciones con relación al cumplimiento del presente reglamento...
Es decir, el gobierno de "El Patas" consintió el inicio de la construcción del edificio habitacional, violentando del reglamento de acciones de urbanización.
Y como se dice en la política, "lo que no suena lógico, suena metálico".
La pregunta a las anteriores autoridades municipales ¿por qué se permitió la construcción de la obra, si no contaba con licencia de construcción? y segundo ¿por qué otorgarle el documento (permiso) el último día de su gestión?.
La solicitud para la entrega de la licencia de construcción se efectuó en noviembre del 2016, cuando la administración de "El Patas" Gastélum aún no entraba en funciones.
El documento de la Dirección de Administración Urbana, dice textualmente:
“Esta Dirección determina que no tiene inconveniente en autorizar licencia de construcción de Edificio Habitacional para 20 viviendas”.
Así las cosas, una prueba más de presuntas irregularidades cometidas en el anterior gobierno municipal.
MAURICIO FERNÁNDEZ, EL EMPRESARIO QUE DE UN MILLÓN AHORA QUIERE LE PAGUEN 228 MILLONES DE PESOS
Señor Mauricio Fernández, propietario del restaurante Churrascaría, porqué no le explica a los tijuanenses lo que quiere cobrar por un terreno que primero se dijo fue donación y luego que no, que Tijuana le debía un millón de pesos.
Eso fue en el gobierno municipal de su amigo y compadre Jorge Ramos Hernández, en el 2009, cuando se presumió que Mauricio Fernández donó un terreno para la construcción de la comandancia “Margarito Saldaña” y las canchas deportivas del Libramiento Rosas Magallón.
Antes de terminar su gestión Ramos Hernández, de repente se dijo que la donación no era donación, que se le debía a Mauricio Fernández un millón de pesos.
Diez años después resulta que quiere cobrarle al pueblo de Tijuana, 228 millones de pesos.
Eso no se vale, es el dinero del pueblo y todo indica que dejaron pasar lo legal 10 años para que la deuda se incrementara con intereses y todo, llegando a esa exhorbitante cantidad.
Recordemos que hay denuncias penales contra ex funcionarios municipales por ese asunto.
Qué vergüenza y ambición.
Presiona la imagen y...
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