El alcalde Carlos Bustamante Anchondo, además de inútil y bueno para nada, resultó un verdadero ratero, un sujeto corrupto que, junto con su cómplice, el secretario general, el vicioso Alcide Roberto Beltrones Rivera, se han dedicado a saquear a la ciudad, más allá de las arcas del municipio. Ambos personajes y sus respectivas pandillas, dedican 24 horas al día, a buscar víctimas a las que puedan extorsionar. El pretexto es lo de menos.
Y es que el desteñido, tanto como inútil y bandido, Bustamante Anchondo sólo piensa en una cosa: ser candidato al gobierno del Estado por el PRI, aunque la posibilidad esté lejísimos. Es casi inalcanzable. Su peor enemigo es él mismo. De nada le sirvió al blof y presumirse como gastón billetes, si al llegar al ayuntamiento, se convirtió en el peor de los rateros. Además de corrupto, para colmo, es incapaz, inepto y traicionero.
No sólo eso, para tener contento al todavía senador Manlio Fabio Beltrones Rivera quien, según él, lo hará candidato a gobernador, a petición de su secretario, el extorsionador, pederasta y vicioso, Alcide Roberto, el alcalde Bustamante permitió un desvergonzado saqueo de las arcas municipales, para patrocinar candidaturas.
Quienes se encargaron del desvío millonario de recursos, para patrocinar las campañas, fueron el mismo Alcide y el secretario de Desarrollo Social, David Saúl Guakil; en tanto que la extorsión a comerciantes y enviciadores, estuvo a cargo del cantinero, el licenciado Javier Fuentes y, su socio, el salvadoreño Salvador Alfonso Elías El Chava. Ambos, como lo han hecho hace meses, se encargan de reportarle a Daniel Arturo León Valdez, Director de Inspección y Verificación Municipal.
Pero el asunto no queda ahí, los propietarios de congales, obvio, los que están arreglados con Fuentes y el Chava, están en libertad de abrir las 24 horas del día y, desde luego, además de embriagantes y mujeres, permiten la venta de droga en sus negocios. Para eso entregan miles de dólares a la semana a la Secretaría de Seguridad Pública, cuyos corruptos, titular y comandantes, no hacen más de cumplir con la máxima aquella que dicta que lo que hace la mano hace la tras.
De Alberto Capella Ibarra, Secretario de Seguridad Pública Municipal, se posee información en el sentido de que apoya a numerosos grupos de traficantes de droga, así como de personas, de cuyos cabecillas, reporta, al igual que Fuentes y Chava, miles de dólares a sus superiores: Alcide Roberto Beltrones y Carlos Bustamante, en ese orden.
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