Por Gilberto Lavenant
En lo que podría ser su última visita a Baja California, con el cargo de Presidente de la República, este fin de semana estuvo de visita en la entidad, Felipe Calderón Hinojosa. Formalmente hablando, el motivo de su visita fue inaugurar obras viales, así como el Museo de la Vid y el Vino, allá en Ensenada.
De paso, disipó las inquietudes generadas por la posible homologación del IVA. Eso fue lo rescatable de esta visita. Bueno, también se hizo la presentación del Programa de Apoyo a la Industria Vitivinícola, que con un presupuesto inicial de 50 millones de pesos, servirá para apoyar financieramente a los productores del sector. Los apoyos podrán ser de 250 mil a un millón de pesos. Dicen que nunca es tarde para hacer algo, pero parece que Felipe Calderón tardó demasiado en saber de la existencia de los vitivinicultores de Ensenada y de su importancia en la economía de la región. Pone en marcha un programa que si bien es cierto no se puede despreciar, todo sería distinto si estuviese al inicio de su gestión y no solamente a 4 meses de que concluya. “Nuestro país –dijo ayer- tiene una gran demanda de vinos de mesa. Sin embargo, todavía se importa 66 por ciento del vino que se consume en México, de tal manera que hay un potencial enorme, un camino muy importante que recorrer. Hay un gran nicho de mercado”. Lástima que de eso se enteró demasiado tarde. Las reglas de este programa, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación, apenas el 20 de julio. Seguramente se acabará el 2012 y los vitivinicultores aún no podrán disponer de dichos recursos. Felipe Calderón será recordado como el visitante, más que por las inversiones o acciones federales en beneficio de Baja California. Vino, cuantas veces quizo, pero sin motivo válido, de relevancia. Es más, les quedó a deber a los bajacalifornianos. Llamado “el Presidente del empleo”, ocasionó el cierre de múltiples fuentes de trabajo. Tan solo por las restricciones en la importación de automóviles usados. Y qué decir de los efectos negativos con la implementación del Siave, la revisión vehicular fronteriza, dizque para impedir el contrabando de armas. La restricción en el manejo de los dólares, una medida injustificable y también seriamente lesiva. Las medidas centralistas calderonistas causaron mucho daño a Baja California. En días pasados corrió la versión sobre supuestas pretensiones de homologar el IVA del 11 al 16%, como en el resto del país, lo que dio pie para que el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán se ostentara como defensor de los bajacalifornianos, cuando que con una simple llamada telefónica pudo haberlo aclarado. Ayer, –evidentemente a valores entendidos- Osuna Millán expresó su desacuerdo con dicha propuesta, situación que sirvió para que Calderón se luciera, diciendo : “…Como ustedes saben, en mi gobierno no hemos propuesto, ni propondremos, ni tendremos planes de proponer una homologación del IVA en la frontera con el resto de la República”. “Desde luego, respeto, respeto y creo que son ideas respetables y discutibles finalmente, pero, ciertamente, no es el propósito de mi gobierno, y por eso seguiremos apoyando a Baja California, como lo hicimos, precisamente, con la zona económica que recientemente aprobamos”. Se refería, obviamente, a las migajas que les dio a los empresarios. Le pedían Zona Económica Estratégica y se las cambió por Zona Económica Fronteriza. Les dio “gato por liebre”, pues. De casi todos los Presidentes de México, los bajacalifornianos tienen algo bueno qué recordar. Sin duda alguna Calderón será la excepción. En especial para los correligionarios de su propio partido. Siempre lo recordarán como uno de los principales causantes de la debacle del partido blanquiazul. Entre Fox y Calderón, lo hicieron añicos. Ni la más mínima comparación con la formidable trayectoria de don Salvador Rosas Magallón. Está visto que unos corretean la liebre, y otros son los que la alcanzan. Las visitas de Calderón a Baja California, costaron más que los supuestos beneficios de las mismas. Nunca tuvo la voluntad de realmente ayudar a la entidad. Lo dijo en una de sus últimas visitas, cuando le insistieron en la creación de la zona estratégica económica. Como salida, les pidió que le ayudaran a vencer la resistencia de los empresarios del centro del país. Así lo hicieron y apenas si les liberó algunos aranceles. Los empresarios locales que le acompañaron en su visita a Ensenada, respiraron profundamente, como muestra de alivio, cuando les señaló que no tenía intenciones de homologar el IVA. Seguramente le hubieran colocado una placa de reconocimiento, si les hubiera anunciado que se suspendía el Siave y las restricciones en el manejo de los dólares. Pero no lo hizo y por lo tanto lo seguirán maldiciendo hasta el último día de su mandato. Durante varias entrevistas, han preguntado a Calderón que dónde vivirá cuando deje de ser Presidente. Los bajacalifornianos, seguramente, no desean que lo haga en esta zona del país. Que sea lo más lejos posible. Aquí, ni de visitante. Será difícil borrar de la mente de los mexicanos, los estragos de la narcoguerra, la pobreza extrema, el desempleo, aunque, según lo declaradop ayer aquí en Tijuana, cree que los tijuanenses deberían levantarle un monumento. Lo bueno es que solo le restan 4 meses de gestión. Ojalá que no se le ocurran más medidas centralistas. gil_lavenants@hotmail.com
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