* “Uno entiende que la represión se pudiera encontrar en el ramillete de acciones de su partido desde hace muchos años, pero no puede decir que su candidato sufrió ataques de intolerancia mientras usted la propaga con su deseo de represión”: estudiante de la Ibero al promotor involuntario de #YoSoy132.
Por Rodolfo Montes (Luces del Siglo)
Siempre a su diestra, Pedro Joaquín Coldwell se ha convertido en uno de los principales y más cercanos colaboradores de Enrique Peña Nieto, a grado tal que en los círculos políticos del Revolucionario Institucional aseguran que el exgobernador de Quintana Roo no sólo tendrá un cargo “importante y trascendente” en el gabinete presidencial. También se asegura que Pedro Joaquín es consultado en todo momento por el candidato presidencial del PRI cada vez que llega el momento de tomar decisiones rumbo a la próxima administración federal. Por eso el nombre de Pedro Joaquín ya se baraja en distintos cargos, desde la oficina particular de la residencia oficial de Los Pinos hasta secretarías de Estado, que se convertirán en pieza clave para apuntalar el proyecto de nación que se comprometió a impulsar Peña Nieto con su lema “Compromiso por México”. El mensaje ha sido claro por parte de Peña Nieto hacia los liderazgos regionales que estructuran al Partido Revolucionario Institucional: Pedro Joaquín es uno de los hombres de todas sus confianzas. Durante el proceso electoral, el presidente del PRI mostró su lealtad a Peña Nieto hasta la ignominia. Fue Pedro Joaquín quien recibió la refriega de estudiantes de la Iberoamericana, que prácticamente echaron de la universidad al candidato presidencial del PRI y que dio origen al movimiento #YoSoy132. En defensa de Peña Nieto, el político quintanarroense reprochó el que la Ibero, su alma mater, “ya no es la universidad respetuosa y crítica que solía ser”. Y acusó de intolerantes a los universitarios inconformes: “No puedes actuar de esa manera, Enrique Peña Nieto vino en absoluta disposición a dialogar y no rehuyó ni una sola de las preguntas, qué necesidad hay de recurrir a la ofensa personal”. “Yo sólo quiero dejar un saludo a ese otro gran segmento de la Ibero que no se siente representado en estos grupos de jóvenes intolerantes, quiero dejar un testimonio de reconocimiento a ese segmento que aunque no simpaticen con la causa de Peña Nieto van a reprobar la actitud”, remachó en entrevista con Radio Ibero. La respuesta fue inmediata. Un joven estudiante de la Ibero, orgulloso de ser llamado intolerante por el presidente nacional del PRI difundió el mensaje que fue el parteaguas para el surgimiento del movimiento #YoSoy132. “Usted textualmente dijo que la Ibero ya no es la universidad respetuosa y crítica que solía ser –se le reprochó en la misiva–. Si ser respetuoso es ser lambiscón, servil y lame-copetes, tiene usted razón senador Coldwell, la Ibero no fue nada respetuosa. “Usted no tiene ninguna autoridad para reprobar a los estudiantes de la Ibero ni de alguna otra universidad. Son los estudiantes los que tienen todo el derecho de reprobar a los representantes de la clase política. Ésa misma a la que pertenecen tanto usted como su candidato. “Usted pide una investigación y un castigo para los alumnos de la Ibero que pudieran estar involucrados en las protestas hacia su candidato. ¿Y los alumnos de la Ibero son los intolerantes, senador Coldwell? “Uno entiende que la represión se pudiera encontrar en el ramillete de acciones de su partido desde hace muchos años, pero no puede decir que su candidato sufrió ataques de intolerancia mientras usted la propaga con su deseo de represión”. Al interior del PRI, los grupos contrarios a la actual dirigencia nacional, aprovecharon la ocasión para responsabilizar a Joaquín Coldwell de la arremetida de los universitarios que vino después contra Peña Nieto, a quien encararon en varios de sus actos de campaña. Muchos de sus correligionarios llegaron a sugerir el desplazamiento de Joaquín Coldwell de la campaña presidencial y hasta se le vio ausente los días subsiguientes del zafarrancho. Pero lejos de despertar polarización entre ellos, el movimiento estudiantil unió más a Peña Nieto con Joaquín Coldwell. En el plano personal, el acercamiento también se dejó sentir cuando el candidato presidencial fue invitado a la boda de la hija del presidente nacional del PRI. El cuarto de guerra Los priístas que han conformado la dirigencia nacional y el equipo de campaña de Peña Nieto no dudan en señalar que entre el virtual presidente de México y Pedro Joaquín Coldwell se dio “una absoluta y total sinergia”… “pronto hicieron química entre ellos”, lo cual da una señal clara de que el nuevo PRI que propone Peña Nieto, habrá de contar con la experiencia del priísmo “efectivo y estratégico”. Inclusive en los hechos, durante la campaña presidencial y en días recientes, se sigue manteniendo la misma línea discursiva y estratégica entre ambas estructuras, a grado tal que Peña Nieto ahora despacha más en el segundo y tercer pisos de la sede nacional del tricolor, sobre la avenida Insurgentes Norte de la ciudad de México. “Lo mismo se ve entrar y salir a Enrique Peña Nieto de sus oficinas, que a las del presidente nacional del PRI y viceversa”, comentan priístas del primer círculo político, y como un ejemplo más de esa relación, refieren las conferencias de prensa en las que el candidato presidencial da sus mensajes. “En todos y cada uno aparece Pedro Joaquín Coldwell al lado de Peña Nieto y esa relación va más allá de protocolos y de cortesías institucionales”. El pasado miércoles 11 de julio, Enrique Peña Nieto salió ante cámaras y micrófonos a presentar a su primer grupo de colaboradores que lo acompañarán en labores de coordinación y desarrollo de políticas antes de conformar el equipo de transición. En primer plano figuran Luis Videgaray, quien fuera coordinador de su campaña y ahora ocupará el cargo de coordinador de Políticas Públicas. Miguel Ángel Osorio Chong será coordinador del Diálogo y el Acuerdo Político, y dejará la Secretaría de Organización que ocupaba en el PRI. Por último, Jesús Murillo Karam fue nombrado como coordinador de Asuntos Jurídicos y estará a cargo de la Defensa del Triunfo Electoral. Ese miércoles el candidato aclaró que para cumplir con los tiempos legales, el equipo de transición no será nombrado, sino hasta el mes de septiembre, una vez que se le entregue la constancia de mayoría como presidente electo. Sin embargo, adelantó que se trabajará sobre algunos ejes, en los que dijo que se tienen acuerdos con otras fuerzas políticas, como es la creación de la Comisión Anticorrupción, la ampliación de facultades del IFAI para una mayor transparencia en los gobiernos municipales y estatales, así como en el Poder Judicial y el Legislativo. También la creación de una comisión ciudadana para transparentar los acuerdos de publicidad entre los medios y el gobierno federal. Enrique Peña Nieto dijo que además de la voluntad ciudadana que le dio la mayoría como presidente de la república, también determinó que no habrá una mayoría absoluta en el Congreso, por lo que se comprometió a convocar a acuerdos y a privilegiar coincidencias. Dijo que es el tiempo de acordar y no de imponer, y de construir, lejos de obstruir, en lo que mejor convenga al país. La democracia debe dar resultados y no sólo se expresa en la participación en las urnas, consideró. Sin dar mayores detalles, prometió que se trabajará en reformas económicas para dar mayores beneficios y el diseño contará con la participación de expertos en políticas públicas, analistas y economistas. Esa es la estrategia que fijó Peña Nieto y a su diestra Joaquín Coldwell, quien también es bien visto en las cúpulas empresariales que por cierto ya están en plena recomposición frente a los resultados electorales que virtualmente favorecen al priísta. Ya como presidente, Peña Nieto se propone dos objetivos: desempanizar criterios entre líderes que apostaron por Josefina Vázquez Mota para conformar las comisiones de trabajo que habrán de entregar la agenda empresarial, tanto a los nuevos legisladores como al equipo de transición. La otra vertiente es cabildear intensamente para tener acercamientos con los previsibles secretarios de Estado del próximo gobierno y, por consecuencia, ya empiezan a barajarse nombres: a Luis Videgaray lo ubican como coordinador del gabinete presidencial; a Miguel Osorio Chong en Sedesol, con una encomienda clave para Peña Nieto; a Jorge Montaño en Relaciones Exteriores… Jesús Murillo Karam en Gobernación o la Procuraduría General de la República. César Camacho y Francisco Suárez Dávila figuran como personajes centrales para detonar el desarrollo económico y social con una nueva visión de la banca de Desarrollo, del sector energético, de infraestructura y nuevas tecnologías. A Santiago Levy lo ubican en la Secretaría de Hacienda. El nombre de Ivonne Ortega, la actual gobernadora de Yucatán y cuyo estado fue el que más votos le dio a Peña Nieto, la ubican como la próxima secretaria de Turismo. El nombre de Pedro Joaquín Coldwell también ha sido incluido en la visión de los empresarios debido a que en sus cabildeos con el tricolor, lo saben un personaje político que “será clave en el siguiente sexenio”.
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