viernes, 5 de agosto de 2011

Palco de Prensa: Las percepciones

Por Gilberto Lavenant
Poco a poco, luego de 9 meses de aprendizaje, ensayos, labores de calentamiento, controversias estériles y pleitos políticos inútiles, la administración del XX Ayuntamiento de Tijuana, que encabeza el Alcalde priísta, Carlos Bustamante Achondo, como que empieza a agarrar su paso. Las percepciones populares así lo indican.
Ya se ve al Alcalde inaugurando obras, un tanto modestas, podrían decir algunos, pero al final de cuentas los actos le han permitido salir de su oficina y darse “baños de pueblo”.



El enfrentamiento que estaba teniendo con la mayoría de los regidores de todos los partidos, aparentemente ya se está superando. Esta semana, el Secretario de Desarrollo Urbano, David Navarro, llevó a dar la vuelta a varios de los regidores y otros funcionarios municipales, para que en personal observaran las obras de pavimentación e incluso se expresó de manera positiva respecto a la importancia de tal acercamiento, pues estos son quienes aprueban los programas y las inversiones.



Hasta ahí, las percepciones indican que el XX Ayuntamiento está funcionando. Ya era hora, pues han transcurrido casi 9 meses del inicio de esta administración municipal y no se le veía casi nada.



Sin embargo, aún hay muchos puntos pendientes de atender, aclarar y resolver. El principal de ellos, sin duda alguna, es el relativo a la seguridad pública. Las percepciones indican que el Secretario de Seguridad Pública, Gustavo Huerta, no está haciendo bien su tarea. Siguen surgiendo casos de abusos policiacos, que independientemente de que no hay quien los frene, tampoco hay quien determine y aplique castigos a los malos elementos.



Como que hay que cambiarle la estructura a la Comisión de Desarrollo Policial, que encabeza el propio Huerta, pues prácticamente no funciona y los expedientes sobre abusos policiacos se le acumulan. Algunos de ellos datan de la administración de Jorge Ramos y los arbitrarios agentes, siguen haciendo de las suyas, en tanto que las víctimas están más que decepcionadas porque su reclamo, no sirvió de nada.



Otro tema que sigue sin quedar debidamente clarificado, lo es el del refinanciamiento de las deudas, porque nadie ha podido explicar y precisar, cuántos años tendrán que pasar para que Tijuana pueda pagarlas y el gobierno municipal tener una hacienda sana, que le permita operar con normalidad, sin limitaciones, como lo ha venido haciendo ahora.



De este, se han tejido diversas leyendas urbanas, que refieren negociaciones ilícitas e indebido pago de honorarios a intermediarios, negociadores o meros tramitadores. Se habla mucho de Gustavo Almaraz, como figura central de esto. Si no es ahora, los legisladores, al revisar las cuentas del Ayuntamiento de Tijuana, o quienes estén al frente del XXI Ayuntamiento, deberán indagar, aclarar y castigar a quien resulte involucrado en malos manejos.



Por cierto, otro de los temas pendientes, es el relativo a la herencia del exalcalde Jorge Ramos Hernández. Mucho se dijo que dejó un cochinero y a casi 10 meses de distancia, aún no sacan “trapos sucios”, al grado de que se especula que hubo arreglos para tapar cochinadas. Esas son las percepciones populares. Principalmente en el caso del PIRE. Los tijuanenses siguen esperando que se les diga si efectivamente hubo cosas turbias, si el panista manejó bien las cosas, o bien las manejó mal pero negoció o los actuales son pésimos como investigadores.



También sigue pendiente de aclarar, lo de la concesión del estacionamiento público a particulares, contiguo al Palacio Municipal, bajo condiciones exageradamente generosas a favor de los concesionarios, a quienes incluso se les permitió invadir las calles aledañas y otras áreas públicas.



El asunto del proyecto del Zócalo o Plaza Pública 11 de Julio, que insisten en llevarlo a cabo, tal y como lo han venido propalando, pretendiendo ubicarlo en una zona ya agotada, olvidando aquello de que “…los zapatos, ni con calzador”. Se han relevado algunas caras, pero las intenciones siguen siendo las mismas. Para coraje de los promotores, los opositores también se han aferrado a no cambiar de postura.



Quien la ha jugado “de muertito”, en este asunto, lo es el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, pues siendo titular y responsable del proyecto, lo ha dejado que parezca un asunto de particulares. Quizás no ha querido correr riegos que pudiesen afectar sus aspiraciones e intereses políticos.



Lo que definitivamente ha afectado la imágen institucional del Alcalde Bustamante y del XX Ayuntamiento en General, lo son las múltiples limitantes por la raquítica economía, derivada de las fuertes deudas heredadas y que resultan una seria amenaza para muchos ayuntamientos tijuanenses, en los próximos años.



De la misma manera, le han afectado, las rivalidades políticas. Don Carlos no oculta, por una parte, su estrecha relación con Jorge Hank, ni tampoco su rechazo a todo lo que huela a Fernando Castro Trenti. Si el Alcalde tuviera menos edad, se entendería que está cuidando su futuro político. Aunque aún no es viejo, ya no está para aventuras políticas, que le han llevado a rivalidades que le podrían ocasionar serios problemas. El enjuiciamiento político de su Síndico, y su posible destitución e inhabiliotación, podría ser considerado como un ejemplo de ello.



Por si fuese poco, las luchas y pugnas de intereses al interior del gobierno municipal, los rumores o especulaciones sobre actos de corrupción, las inexperiencias de otros, las tibiezas, los excesos de soberbia e intrigas, manipulaciones, descalificaciones recíprocas, generan percepciones de que el equipo de Bustamante no está tan sólido como lo requiere el propio Alcalde y Tijuana. El no percibir tales percepciones, evidencian insensibilidad.



gil_lavenants@hotmail.com

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