lunes, 13 de diciembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* La "tarjeta roja"
Por Gilberto Lavenánt
En tanto que muchos están en espera de que en los días que restan del presente mes de diciembre, la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de Baja California designe a quien deba ocupar el cargo de Rector durante el período 2010-2014, el Lic. José Luis Huape Rodríguez, Presidente del Colegio de Abogados de Mexicali, A.C., ha advertido, a protagonistas y espectadores, que el proceso ya concluyó y por lo tanto carece de validez cualquier cosa que se pretenda hacer fuera del término legal previsto para ello.
Dicho en palabras futbolísticas, Huape Rodríguez les sacó ¨tarjeta roja¨, a todos. Que conste, a todos.

El hecho de que no hayan designado Rector, antes de que concluyera su gestión el anterior, Gabriel Estrella Valenzuela, y haya entrado en funciones de encargado de la Rectoría el Secretario General, no significa que la Junta de Gobierno puede continuar el procedimiento durante 30 días o más, hasta que logre su cometido.

La normatividad universitaria marca pautas básicas, elementales, para un proceso normal de designación de nuevo Rector. Normal debe entenderse como fluída, sin contratiempos, con acuerdos, sino unánimes si por mayoría de los integrantes del órgano a cargo de la designación del nuevo Rector. En este caso quedaron divididos 6 a 5 y se requieren de mínimo 7 votos para resolver la designación. Se les acabó el tiempo, sin alcanzar ese némero de votos a favor de algún candidato en particular. Ya no pueden seguir intentándolo. Además las posturas de sus integrantes, son radicales.

La normatividad universitaria, no contempla casos de excepción, como fórmulas o candados para frenar la supremacía, la codícia y controles de grupos de poder dentro de la Máxima Casa de Estudios, que pretendan seguirla sometiendo a sus intereses o caprichos.

Hoy, el proceso ya concluyó, como lo advierte el Presidente del Colegio de Abogados de Mexicali y por lo tanto la Junta de Gobierno ya no puede, ni debe, reanudar o continuar el proceso. Incluso, los aspirantes, son excandidatos, ya no candidatos.

Necesariamente, debe convocarse a un nuevo proceso y en este se debe evitar caer en los mismos vicios en los que incurrieron en el que acaba de concluir.

Así mismo, lamentablemente, los protagonistas de este proceso, aprovecharon ambigüedades, imprecisiones o interpretaciones parciales, de la normativodad, para manipularlo al gusto, conforme a sus intereses.

Como el hecho de que quienes sean integrantes de la Junta de Gobierno, no deben ocupar cargos administrativos. El exRector Alejandro Mungaray, es Secretario de Desarrollo Económico, en base a lo cual se considera que está impedido para formar parte de dicho órgano universitario y por ello, por conducto de la Legislatura Estatal, le pidieron al Gobernador Osuna Millán, que lo retirara del proceso. Pero, ni uno, ni otro, atendieron la petición. Sabido es que ambos padecen de sordera crónica. Eso puede ser la razón. Quizás.

O bien, el caso del llamado ¨candidato oficial¨, Felipe Cuamea, quien ocupando el cargo de Secretario General de la UABC, participó como candidato, sin rubor alguno, y luego, al no darse la designación del Rector, conforme a la normatividad –cuando conviene, se apegan a las normas- se desempeña como encargado de la Rectoría, lo que prácticamente lo pone en el doble papel de juez y parte, además de que le impide el ser candidato en la designación del nuevo Rector.

Si Cuamea hubiese renunciado a la Secretaria General, antes de ser candidato a Rector, no estaría metido en este embrollo, ni estaría descalificado, legal y moralmente, en sus aspiraciones por la Rectoría, ni lo habría viciado, al grado de afectar de nulidad el proceso. Pero es obvio que no obstante su capacidad, conocimientos y grados académicos, sus valores morales y su respeto a la ley, son muy pobres.

Además, deben reconocer que estos vicios, anularían el proceso de designación del nuevo Rector, por la vía de un juicio de garantías, de insistir en continuar el desarrollado y que concluyó infructuosamente. Sin duda alguna. Para vergüenza de todos los universitarios.

¿Qué es lo que hay que hacer ahora ?

Pues como este asunto quedó entrampado y siendo la UABC una institución pública, y sus leyes no contemplan nuevas opciones, es urgente que los universitarios se reunan con los legisladores, para hacer reformas a la legislación universitarias, que permitan iniciar un nuevo proceso, estableciendo los plazos para ello, fijando reglas claras, precisas, como impedimentos para los aspirantes a Rector, la designación de un nuevo encargado de la Rectoría a partir del día 1 de Enero del 2010, que permita reordenar, jurídicamente, la existencia y funcionamiento de la Máxima Casa de Estudios.

Esto, en tanto se inicia un proceso de más fondo, para modernizar o actualizar la obsoleta legislación universitaria, al grado tal que se eviten otros vicios, tales como la presencia de grupos de poder, los compadrazgos, los amiguismos y el nepotismo. Que se privilegie la excelencia académica, no los privilegios económicos.

Así es que, señores universitarios, manos a la obra, porque el tiempo acaba, los señores diputados se van de vacaciones. Atiendan las observaciones del licenciado Huape Rodríguez. El colmo de un universitario, es actuar como un ignorante.

gil_lavenant@hotmail.com

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