* Camino empedrado
Por Gilberto Lavenant
Comentaba en días pasados, aquí en Palco de Prensa, que por fin, después de muchos apuros, jaloneos y negociaciones, doña Beatriz Paredes, dirigente nacional del PRI, le allanó el camino al empresario Carlos Bustamante Anchondo, precandidato priísta a la Alcaldía de Tijuana, para que luego de que sea postulado para dicho cargo, realice su campaña sin obstáculo alguno, sin sustos, ni sobresaltos.
Hacia referencia a que efectivamente, uno de los primeros problemas que estaba enfrentando Bustamante, lo fue la toma del edificio del PRI en Tijuana, por parte del Gremio de Choferes Mexicanos, conocido como Taxis Amarillos, encabezados por su líder, Oscar Morales, hijo del extinto Rafael Morales Vizcarra, “El Quelite”, quien de paso amenazaba con boicotear la campaña priísta.
Explicaba que esto tuvo su origen en la composición de la planilla priísta de precandidatos a regidores, encabezada por Bustamante, pues Morales reclamaba una mejor posición para su familiar, Luz María Morales Rico. Concretamente que la consideraran dentro de las cuatro primeras posiciones, que son los que logran regiduría, aunque pierdan las elecciones.
Decia también que Bustamante estuvo a punto de “tirar la toalla” y recordaba que precisamente por eso fue que el dirigente de la Cámara de Comercio de Tijuana, Mario Escobedo Carignan, desistió de buscar la postulación a la Alcaldía, no obstante el compadrazgo que le liga a Manlio Fabio Beltrones, uno de los priístas mas influyentes a nivel nacional.
Que el empresario tijuanense se fue a la capital del país a hablar con doña Beatriz Paredes, y allá salió a relucir que todo este desastre lo ocasionó el Senador Fernando Castro Trenti, escudero de Beltrones, quien vino a Baja California y armó las planillas de precandidatos priístas a su gusto y en atención a compromisos que tiene con el dirigente estatal de la CTM, Eligio Valencia Roque.
Que las cosas no estuvieron nada sencillas. Que doña Beatriz comisionó al diputado federal Humberto Lepe Lepe para desenredar esta madeja. Y que por fin lo lograron. Todo, luego de jaloneos, negociaciones y promesas. Que no se sabe a ciencia cierta qué se prometieron mútuamente, pero al fin le encontraron la cuadratura al círculo y recompusieron la planilla de Bustamante, sacaron a los protagonistas del embrollo y todos felices. En apariencia, claro.
Hacia hincapié en que una de las condiciones de doña Beatriz fue que, para evitar más conflictos, propusieran nombres, pero que no aparecieran los dirigentes crocistas, ni cetemistas. Y así fue. Que por ello sacaron de la jugada a Francisco Hernández Vera, dirigente de la CTM en Tijuana y yerno de Valencia Roque, el líder estatal cetemista, y al propio Jorge Escobar, dirigente estatal de la CROC, que inicialmente aparecían como precandidatos a regidores. Admás de otros que también fueron eliminados. Que atrás quedaron los insultos, las amenazas, las descalificaciones, las advertencias de denuncias penales.
Que don Carlos Bustamante tiene pues libre el camino y que solo le faltaba ser electo en la convención priísta y a iniciar su campaña, para ganarse a los electores. Ya hubo elecciones y las cosas salieron como estaban planeadas. Solo es cuestión de trámites para que Bustamante sea postulado formal y oficialmente como candidato priísta a Alcalde de Tijuana.
Por cierto, entonces cuestionaba sobre los posibles ofrecimientos para que Oscar Morales, dirigente de los taistas amarillos devolviera el edificio del PRI, que se dejara de bravatas, que hiciera a un lado sus amenazas en contra de Bustamante y de paso que aceptara, aparentemente con toda tranquilidad, que sacaran de la planilla priísta a su pariente Luz María, pues que se sepa, nadie controla a Oscar.
Y que lo mismo se podría decir del dirigente estatal de la CTM, Eligio Valencia Roque. Que sería interesante saber qué le prometieron, para que aceptara que su yerno, Francisco Hernández, fuera retirado de la planilla priísta, en donde una regiduría la comparten como si fuese patrimonio familiar. Un trienio uno, el siguiente el otro.
Pues bien, ya empezó a trascender que más que ofrecimientos, hubo amenazas y que los eliminados tuvieron que aguantarse sus corajes por haber sido sacados del escenario político.
Estos serán serias “piedras” en el camino de Carlos Bustamante hacia la Alcaldía de Tijuana. Las que le preocupan mucho más que lo que pudiese representar el PAN y su joven candidato.
“Piedras” como la supuesta “huelga de hambre” del pre-candidato Rafael García Vázquez, que se queja de que el proceso interno del PRI fue un fraude para favorecer a Bustamante, o bien la determinación de la CTM de no participar en la campaña, que aunque supuestamente solo es para el caso Ensenada, alegando defensa de sus posiciones, lo cierto es que básicamente la reacción fue por los ajustes de la planilla priísta tijuanense.
Por cierto, Eligio Valencia Roque, dirigente de la CTM, Director y propietario de El Mexicano, ya empezó una campaña, a través de su periódico, para responsabilizar al diputado federal Humberto Lepe Lepe, por todo el desastre que hizo el Senador Fernando Castro Trenti y el propio Valencia Roque, al pretender negociar libremente la integración de planillas priístas en toda la entidad. Aunque todo mundo sabe que fueron ellos y no Lepe.
No cabe duda que el camino de Bustamante, estará bastante empedrado. Ya habrá tiempo de comentar más al respecto.
gil_lavenant@hotmail.com
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