viernes, 5 de marzo de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

Hipocresías
Por Gilberto Lavenant
Unas de las cualidades esenciales para participar en política, es ser hipócrita, falso, ladino, mentiroso.

Aquel que es franco, sincero, directo, que no sabe mentir, que no sabe fingir, nunca podrá ser un buen político.

Se debe tener capacidad para “detectar” cualidades en quien no las tenga. Alabar las supuests virtudes de individuos sin oficio, ni beneficio.

Saludar enfática y “fraternalmente”, hasta a sus más acérrimos enemigos : -!Mi hermano!, ¡Que gusto de verte!, ¡Es un honor para mí el poder estrecharte!. Y apenas se retiran un poco y sueltan pestes del “halagado”.

Esto lo saben los políticos. Saben que tienen que ser falsos de toda falsedad. Pareciera que juegan competencias para ver quien es más falso. Si hubiera un concurso de hipócritas, sería difícil sacar a un solo ganador. Todos están por igual.

Quien tenga un compadre que sea político, que se mantenga a distancia. Como dicen por ahí, son más falsos que un billete de quince pesos.

Esto lo está viviendo el precandidato priísta a la Presidencia Municipal de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo.

Si es cierto, es una persona respetable, atento, a quien seguramente nadie se atrevería a faltarle al respeto, pero a quien generalmente saludan como saludan a cualesquier otro personaje conocido.

Hasta hace unos días, el industrial miraba cómo muchos pasaban a su lado, atropelladamente, para ir a ofrecerle apoyos al dirigente de la Cámara de Comercio, Mario Escobedo Carignan, para que fuese postulado por el PRI para Alcalde de Tijuana.

Y escuchaba, o se enteraba, cómo se desvivian en halagos hacia el pretenso : -Eres el mejor hombre. –Eres la mejor opción para el partido. –Siempre supe que tú serías el elegido. –Nadie como tú. –Cuenta con nosotros en todo. –Nuestra lealtad, ante todo.

Ahora esas expresiones son para él. Allá él si se las cree.

Así se la pasará en los días siguientes. Tendrán que darle unguentos y pomadas, para las molestias de la espalda, por tanto abrazo, efusivo, hipócrita. Sobre todo, tendrá que adquirir grandes cantidades de desinfectante y antibióticos. Que no olvide las advertencias sobre la influenza.

Los “hermanos”, “amigos”, “compadres” y “simpatizantes”, le resultarán por montones y en todas partes. Derrochará simpatías que antes nadie observó.

Bueno, seguramente al pararse frente al espejo dirá soprendido : Siempre me he considerado un individuo valioso, importante, estimado, pero no pensé que fuese tanto.

Algo así como decir : ¡Qué guapo soy! No hay duda.

Después de los comicios del 4 de Julio, continuará conservando tales cualidades. Y seguramente se incrementarán los “amigos” y los “compadres”.

Pero si pierde, le pasará lo que a la “cenicienta”. Súbitamente perderá sus “encantos” y sus aduladores desaparecerán como por arte de mágia. Así es la política.

Y los más malo de todo esto es que generalmente los adulados, caen en el juego de las hipocresías. Se creen que efectivamente son guapos, o bonitas, inteligentes, capaces, merecedores de tantos halagos. Y se marean.

Entonces se da una transformación extraoredinaria. Bueno, el simple poder, lo mismo que el dinero, da ese efecto. La sencillez se convierte en soberbia. La humildad en petulancia. La sensatez en prepotencia. Esto no falla.

gil_lavenant@hotmail.com

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