Por Alfredo Calva.
La corrupción en la delegación federal de la Secretaria de Bienestar en Tijuana sin lugar a dudas rinde grandes y sustanciales frutos, porque solo así se puede entender la imperiosa necesidad de retornar a la dependencia de dos de sus ex empleados, Gilberto Herrera Solórzano, quien se desempeñaba como delegado regional, y de la diputada local electa, Evelyn Sánchez Sánchez, quien antes lucró en la posición de coordinadora del sexto distrito en el ente federal.
Durante su paso inicial por Bienestar ambos personajes hicieron del abuso de sus atribuciones y acciones de corrupción su cotidianidad, amparados con la venia del súper delegado federal, Alejandro Ruíz Uribe, a quien en reiteradas ocasiones fue alertado de las trapacerías que llevaban a cabo Herrera y Sánchez, quienes utilizaban a incondicionales como Alfredo Godínez para garantizar la ejecución de sus anomalías.
Acciones como, acoso y explotación laboral en contra de los servidores de la nación, abuso de autoridad, represión y despidos injustificados en contra de aquellos que se atrevían a protestar y manifestar inconformidad, no entrega de los apoyos a los beneficiados y, la comercialización de certificados de preparatoria y secundaria apócrifos, delito del que fue notificado de manera oficial Gilberto Herrera y que por así convenir a sus intereses, mostró indolencia y encubrimiento del hecho, por lo que los denunciantes optaron por acudir a denunciar a la FGR.
Estos hechos también fueron del conocimiento no solo del súper delegado Ruiz Uribe, sino también de quien en esos momentos era su jefe inmediato, Gabriel García Hernández, Coordinador General de Programas Integrales de Desarrollo, quien al igual que su subordinado puso oídos sordos a las denuncias.
Sin importar los señalamientos y la exposición que de ellos han hecho diversos servidores de la nación ante superiores jerárquicos y en las redes sociales, Herrera Solórzano y Evelyn Sánchez retornaron hace unas semanas con singular cinismo y descaro a los terrenos que les han sido fértiles y los han avituallado de grandes y jugosos satisfactores, luego de que renunciaron a sus cargos para ir a participar en el proceso electoral reciente y en el que, por circunstancias políticas relativas a las denominadas acciones afirmativas, Sánchez terminó ungida como candidata a la diputación local por el onceavo distrito por Morena, y Herrera Solórzano de auxiliar de todo y jefe de nada en el equipo de campaña a la gubernatura de Marina del Pilar.
Y gracias al padrinazgo de Ruíz Uribe y del gobernador, Jaime Bonilla, como lo presume a voz en cuello Gilberto Herrera a todo aquel que lo quiere escuchar, es que regresaron por sus fueros a los lucrativos lares de Bienestar, solo que en esta ocasión el depredador de Herrera quedará incrustado en la nomina oficial, y su coludida Evelyn Sánchez, al tener que sentarse a partir del próximo uno de agosto en la curul que corresponde al distrito once local, se apersonó en la dependencia como una “voluntaria" deseosa de contribuir en las tareas que realiza la dependencia que tan retribuible le ha sido.
Para los denunciantes fue decepcionante y frustrante el comportamiento de protección y encubrimiento que recibieron Herrera y Sánchez por parte de quienes en su momento fueron informado de sus correrías, quienes se suponía debieron de haber investigado y sancionar sus irregularidades, pero no fue así, es por ello que, ante el regreso de la dupla perniciosa, los denunciantes tomaron la decisión de entregar las pruebas de sus acusaciones al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo que realizaron durante su reciente visita a Baja California, a través de una menoría USB que pusieron en sus manos.
Para ellos es su ultima esperanza de que se actué en contra de Herrera, Sánchez y su gavilla, porque de no ser así, la decepción de todos los que creen en la probidad y el discurso de combate a la corrupción de López Obrador, será enorme.
Ya lo veremos, el tiempo corre.
Y mientras tanto….
Cada día que pasa, crece el temor en Araceli Brown de que la elección de municipe en la que participó, se anule.
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