Por Sergio Anzures.
La realidad de México es digna de una novela donde su final no es alentador y conforme pasan los capítulos no deja de sorprender al lector.
Ante una violencia creciente, una inseguridad generalizada y una serie de asesinatos de todo tipo, incluyendo feminicidios y muertes de estudiantes, adolescentes y niños el pais sufre una de sus peores crisis.
Andrés Manuel López Obrador como crítico opositor, señaló y reclamó puntualmente a sus adversarios políticos.
Sin embargo, ahora como presidente no ha sido capaz de implementar una estrategia eficaz para serenar al país.
Es obvio que en su discurso el presidente de la República acuse a los gobiernos anteriores del PRI y del PAN, que todo lo que haya sucedido en 2019, es decir, en su primer año de gobierno, es culpa de ellos, priístas y panistas.
Sin embargo, especialistas en seguridad, analistas y criminólogos, señalan que es momento que López Obrador acepte que las cosas no van bien en materia de seguridad en lo que va de su administración.
No es malo no aceptar, al contrario, hacerlo retiene el apoyo de los mexicanos.
Recordemos que en la segunda semana de octubre del presente año, Alfonso Durazo, secretario de seguridad y protección ciudadana, habló de un punto de inflexión (descender) en la incidencia delictiva.
Unos días después, ocurrió el "culiacanazo", el operativo fallido para lograr la captura de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán.
Todavía no se reponían de este incidente ni desaparecía de la mente de los mexicanos al fracasado operativo militar, la repartición de culpas y filtración de nombres a cargo de la estrategia cuando de pronto vino la ejecución de la familia LeBarón en los límites de Chihuahua y Sonora, donde murieron nueve personas, entre ellos seis niños.
Apenas ayer el informe de incidencia delictiva del fuero común que difunde el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), revelaba que solo en octubre se cometieron 177 mil 792 delitos en el país.
Destaca la cifra de homicidios, 2 mil 866 en México.
Especialistas en materia de seguridad advierten que tenemos el año más violento en la historia.
En diez meses del 2019 se contabilizaron de enero a octubre 29 mil 547 asesinatos, casi mil crímenes más que en todo 2018, último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando se registraron 28 mil 868 muertes.
Para visualizar esta cifra o ejemplificarla es como la muerte de todas las personas que caben en el estadio Nemesio Diez en Toluca.
En esta espiral de violencia en la que estamos inmersos, Baja California ocupa el tercer lugar de los Estados con más ejecuciones en el país y se lo debe a Tijuana principalmente.
Fuentes consultadas por AJEDREZ POLÍTICO señalan que debe haber mayor coordinación y una estrategia contundente para combatir la violencia e inseguridad por las autoridades federales, estatales y municipales (por cierto todos de MORENA), de lo contrario nada cambiará.
En Tijuana hasta el día de ayer iban
mil 975 asesinados en 2019, cifra dada a conocer por la Secretaría de Seguridad Pública.
Aunque no nos guste, principalmente a las autoridades, es la ciudad más violenta del país y los números lo confirman, a pesar que a columnistas y articulistas del centro del país no les llame la atención, porque aquí no se dan asesinatos de alto impacto como en otros municipios del país.
Sin embargo en Tijuana diariamente matan al menos cinco personas, incluyendo menores de edad y mujeres, sin contabilizar lesionados y otros hechos violentos.
De repente en un día no ha habido reportes de asesinatos y al otro día mataron a diez.
Es la realidad de México, de Baja California y de Tijuana.
Presiona la imagen y...
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