Densos nubarrones se ciernen sobre la nación ante el adverso panorama, la crisis económica que se agudiza en todo el país cuyo panorama se ve más que sombrío.
El estallido social registrado el pasado 17 de Marzo en San Quintín, es una clara muestra de lo que viene, anticipó el senador Ernesto Ruffo, quien reapareció como siempre para “decir sus netas” y para hablar de la crisis económica que agobia al país en donde, al coincidir el Senador con otros analistas quienes aseveran que esto que hoy vemos con cierto estupor, es apenas el inicio de lo peor. Una verdadera catástrofe económica es la que se nos viene encima a los mexicanos, como ya nos lo están anticipando los jornaleros agrícolas del Valle de San Quintín, es el nubarrón antes de la tormenta. Esto al quedar rezagado el país varias décadas y con ello el haber perdido competitividad. México hoy carece de las fortalezas financieras necesarias para un sano desarrollo, para acompasarse en el plano mundial, o siquiera competir y adelante en el concierto de las naciones. Todo indica que el desplome del precio del petróleo a nivel internacional, será el detonador de una serie de medidas emergentes que se habrán de tomar, agrega el ensenadense. Efectos negativos que en cierta forma fueron amortiguados este año por el seguro adquirido previamente por el Gobierno Federal, pero esto ya no sucederá el próximo año por lo que los efectos de este desplome son de pronóstico reservado. Pero está claro que el Congreso de la Unión llegó a un acuerdo, tácito, de no aprobar más créditos para su endeudamiento. Es así que sugiere el ex mandatario que antes de llegarse a los despidos masivos, se debe de optar por reducir salarios como ya lo propuso en la Cámara para iniciar con los legisladores poniendo el ejemplo. Medida de ajuste extremo al que por cierto, no están muy dispuestos la gran mayoría de sus compañeros legisladores, de tomarla tan apecho. No obstante, todos los sectores se verán alcanzados por esta crisis que se avecina. Urge pues adelgazar el obeso aparato burocrático, realizar transferencias en todos los ámbitos y rubros, pues es también una realidad que hay una gran cantidad de estructuras y organismos que no se justifican, no rinden o de plano están demás. Algo parecido con el contexto en que se propició la llamada revolución: una crisis galopante, el descontento social y el reclamo generalizado contra la clase política gobernante anquilosada en el poder, incapaz de enfrentar esta catástrofe, mucho menos de congregar al pueblo y darle rumbo a un plan de salida para salvar a la Nación.
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