El Alcalde Silvano Abarca Macklis, deberá cuidar mejor sus palabras y asesorarse bien, si quiere “vender mejor” a Rosarito, como destino turístico seguro y no caer en equívocos o malos entendidos. Cuando se queja de que recibió una “Ciudad Oscura”, en su costosa Inserción Pagada a un suplemento de un semanario regional, Silvano debió decir que recibió a una Ciudad a Oscuras, pero al parecer le traicionó el subconsciente.
Luego, al hablar de la inseguridad con que recibió al gobierno, en la misma ciudad que ya presidió antes y también dirigió como delegado de gobierno que fue, el alcalde también desaprovechó la costosa publicidad. Después de presentar un panorama sombrío y desolador, Silvano se encajona en un discurso superficial, simplón y maniquíesta (nosotros los buenos, ustedes los malos).
Pues de todos es sabido que justamente la inseguridad ha sido su " talón de Aquiles" y por desgracia ha marcado el inicio de su trienio actual, mientras muchos siguen en espera, de que el hombre muestre en los hechos toda esa experiencia que se supone tiene y se necesita aplicar en los momentos difíciles.
Ejecuciones, balaceras, secuestros, levantones y extorsiones en todas sus modalidades fueron la marca diaria. Carente de ingenio, chispa y sin calar el ánimo de la gente, Silvano sigue en su tararilla o monólogo, que tanto recuerda por cierto, al estilo puritano de Don Hugo Torres a quien le duce " El Mister".
Silvano se pone en evidencia también, al "hacer caravana con sombrero ajeno" pues presume muchas de las "grandes obras" que se realizan actualmente sí, pero con recursos del Gobierno Federal y del Estado: la re-pavimentación del Bulevar Juárez, el Lienzo Charro, el Centro Tenístico, el Centro de Las Artes, entre otros y en los que el buen Silvano olvida, otra vez, aquello de que " alabanza en boca propia, suena a vituperio".
Poco caballeroso (que nuevas) sistemáticamente evade al menos reconocer las gestiones de los diputados como Mayra Robles, para destinar el millonario presupuesto a este olvidado municipio. En vez de eso repite hasta el cansancio, "gestionamos", "logramos", "obtuvimos", lo que al final de cuentas a nadie engaña, según comentaron regidores de oposición, líderes comunitarios y representantes de los sectores empresariales al reprocharle a Silvano que "cero y van dos" en alusión de que van dos directores de seguridad pública, el Capitán Eduardo Montero y el Pepo Joaquín Olea López, en quien el Secretario de Seguridad en el Estado, Daniel de La Rosa Anaya, "tiene todas sus complacencias" pero es hora que los números no mejoran, ni el buen ánimo entre la tropa, ni la coordinación tan prometida.
Total que el buen Silvano deberá echar ahora si manó de su experiencia en verdad, mejorar sus estrategias y dejarse de perder más el tiempo para concretar su promesa de ofrecer "Un Rosarito limpio, chiquito, bonito y seguro".
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