Por Marco Antonio Islas Parra
PLAYAS DE ROSARITO.- Jonatán Abarca es un ex reportero metido a la política que aparte de ser pariente en grado de tentativa del alcalde de la tercera palabra, Silvano Abarca Macklis, “finge” que “funge” como secretario particular aunque ya le pusieron un “arete” que responde como Manuel Ochoa Magallón y que tiende a sustituirlo definitivamente en el cargo, desde el cual ha ocasionado más conflictos que servicios al presidente municipal de Playas de Rosarito.
Solo como muestra, sepan que en el “mal entendido” que surgió entre el alcalde rosaritense de origen ensenadense y el diputado Felipe Mayoral, como consecuencia de que oficiales de la policía municipal de Rosarito detuvieron al suplente del segundo con una arma de fuego, Abarca tuvo información de primera mano y no la reportó, de ahí que nadie corrió la cortesía de avisar al edil, cumpliendo, -aunque haya sido involuntariamente- con el viejo adagio que dice que “cuando la perra es brava hasta a los de casa muerde”, no obstante que para conseguir recursos extras para aplicarlos en obras, servicios o beneficios para la gente más amolada, es vital la buena relación con el legislador, pero igual veremos él desenlace de esta historia sobre la marcha.
No conforme con ello, Jonathan Abarca se ha convertido en una especie de dador de vidas y haciendas, pretendiendo ningunear a ciertos comunicadores que ejercen el oficio o profesión de comunicar sin tergiversar, desde publicaciones consideradas por el “supremo gobierno” como de tipo marginal, echándose en cambio a los pies de quienes laboran en la prensa tradicional, olvidando que en materia de comunicadores resentidos no hay enemigo pequeño, como debe de saberlo a consciencia este chavalo cuyo modo de andar se antoja más fregón que el del alcalde casanova que dicen los que saben, se encuentra rodeado por lobos colmilludos que se disfrazan de ovejas, pero sobre la marcha seguiremos informando.
De hecho, como filtro para llegar al alcalde, el supuesto secretario particular se ha convertido en un estorbo para la mayoría de los que necesitan ver al hombre que cuando explota le mienta la madre al infinito.
Por cierto, hay quien se pregunta el por qué este chavalo maneja un vehículo más o menos regular, que porta placas de norte américa. Claro: se atiene a que él si es influyente entre los policías municipales y ni quien se atreva a secuestrarle la unidad, como le sucedió a mi hermano el flaco y dentón que sobre una piedra continúa moliendo maíz.
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