sábado, 5 de octubre de 2013

¿Ya murió mi papá?

Por Raúl Martínez "Ramses II"
Fue la pregunta que hizo un niño de tres años a una empleada de un negocio de lavado de autos en la Zona del Río, segundos después de que hombres armados acribillaran a su padre y a un acompañante.
Eran aproximadamente las 14:50 horas del viernes 4 de octubre. Francisco de Jesús Cervantes, de 28 años, Pedro Francisco Avitia Beltrán, de 27, y un pequeño de tres años se encontraban en el car wash “Rapidito” ubicado sobre la Vía Rápida, en esquina con la calle David Alfaro Siqueiros.
Acudieron a recibir servicio de limpieza para una camioneta Ford Explorer, modelo 1994, en la cual estaban en el momento del ataque.

De manera abrupta fueron interceptados por una camioneta Ford Windstar y un pick up rojo, de modelo no identificado.
Un hombre descendió de la Windstar y con un rifle AK-47, de los conocidos como “cuerno de chivo”, disparó una ráfaga de medio centenar de balas  a los tripulantes de la Explorer.
 Francisco de Jesús murió instantáneamente. Pedro Francisco quedó gravemente herido. Uno de ellos sacó un arma para repeler la agresión pero  no alcanzó a reaccionar. En cuestión de segundos sus cuerpos estaban llenos de sangre y de balas.
Al cerciorarse de que habían cumplido con su objetivo, los agresores desaparecieron.
Los empleados del establecimiento y los clientes se quedaron pasmados, inmóviles. Segundos después, se percataron de que algo se movía en el asiento trasero.
“¡Un niño!” gritó alguien al ver que a bordo de la Explorer quedaba un sobreviviente.
Una empleada, sin titubear, se aproximó al vehículo. Sus compañeros le advirtieron “no te acerques, es peligroso”, pero la mujer se armó de valor y corrió a sacar al niño de la camioneta.
“Cuando mucho tiene tres años, estaba en shock, temblando, pero sin ninguna lágrima en los ojos”, relató un testigo de los hechos.
La empleada abrazó al pequeño. Verificó que no estuviera herido. Lo resguardó en la tienda del autolavado.
“¿Ya murió mi papá?”, fue la pregunta que hizo el niño.
Afuera, su padre y otro hombre yacían sobre los asientos de la camioneta, desangrándose, con decenas de balas sobre sus cuerpos.
Pedro Francisco aún se encontraba con vida. Socorristas de la Cruz Roja le proporcionaron primeros auxilios y lo trasladaron de emergencia al Hospital General. Sin embargo, su estado era sumamente delicado. Murió tres horas después.
En la escena del crimen, personal de la PGJE encontró 47 casquillos percutidos calibre 7.52 x 39. Algunos de los proyectiles llegaron a la fachada del edificio del Colegio de Arquitectos de Tijuana, que está ubicado frente al car wash “Rapidito”.
En las inmediaciones del lugar, en el bulevar Sánchez Taboada, fue localizado un vehículo, con armas de alto poder y cartuchos, que probablemente fue utilizado para cometer el doble homicidio.

Agentes de la Policía Municipal aseguraron a dos personas probablemente relacionadas con el crimen, sin embargo, la Procuraduría General de Justicia del Estado no ha emitido información oficial respecto a la detención de personas vinculadas con estos hechos.
(Fotos: OSCAR FLORES y RAÚL  MARTÍNEZ “RAMSÉS II”)

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