lunes, 10 de diciembre de 2012

Palco de Prensa: Los desastres

Por Gilberto Lavenant
Aunque el proceso de transición, aparentemente, fue terso, o sea sin mayores contratiempos, apenas asumen los cargos los integrantes del equipo del Presidente Enrique Peña Nieto y no pueden ocultar la sopresa por las condiciones desastrosas en que los antecesores dejaron las instituciones federales.



Con todo y que a lo largo de los seis años de la gestión calderonista, constantemente “daban la nota” funcionarios de  la Procuraduría General de la República, que estuvo a cargo de Marisela Morales, o sea la dependencia encargada del combate a los delitos federales, entre ellos el narcotráfico, los nuevos funcionarios federales se han percatado que las cosas están peor de lo que imaginaban.



Suponían que el área de procuración de justicia, con todo y sus limitantes, estaba más o menos, porque el combate al narcotráfico fue el tema de lucimiento de Felipe Calderón. Luego de corroborar las condiciones deprimentes de la PGR, los peñanietistas cuestionan : ¿ cómo han de estar las dependencias menos importantes ?



Jesús Murillo Karam, quien apenas esta semana asumió el cargo de Procurador General de la República, no se anduvo con rodeos cuando los periodistas los cuestionaron sobre las condiciones en que recibió dicha dependencia de su antecesora Marisela Morales.



“La Procuraduría General de la República está desmantelada, por lo que requiere un fortalecimiento para poder mejorar su imagen”, señaló.



El funcionario dijo que es necesario que la PGR regrese a su función original, o sea la representación de la sociedad, darle fuerza o capacidad para que cumpla con sus objetivos, que sea una institución para la sociedad.



La Procuraduría General de la República, formalmente hablando, es la encargada de recibir las denuncias sobre la presunta comisión de delitos del órden federal, realizar las indagatorias correspondientes y ejercer acción penal en contra de quien o quienes aparezcan como presuntos responsables.



Los periodistas le señalaron que en muchas ocasiones la PGR fue acusada de actuar de manera política. Murillo Karam respondió de inmediato y sin rodeos : -Pues sí, y de muchas cosas más, no solo de eso y la confiabilidad radica en que podamos eliminar todas las razones que causan esa sensación y poder hacer una PGR que, insisto, su principal característica tiene que ser, que sea confiable”.



Lo primero que hizo al asumir el cargo, fue precisamente comprometerse a hacer de la PGR un órgano confiable y respetable. De manera especial, se pronunció por la desaparición de la figura del arraigo, la que permite mantener privados de su libertad a los presuntos responsables de la comisión de determinado delito, en tanto se integra la indagatoria y se reúnen los elementos de su presunta responsabilidad.


El problema del arraigo, no lo es la figura en sí, sino el abuso de la misma. Por “angas o por mangas” detienen a los sospechosos, los encierran en determinado lugar por un período de hasta 40 días, prorrogando el plazo una y otra vez, al final de lo cual, como si se tratase de un simple “volado”, los turnan ante juez competente o simplemente los ponen en libertad.



El abuso del arraigo, evidencia con claridad la incapacidad de la institución para realizar labores de investigación, o que simplemente se utiliza por consigna política, para fastidiar a determinado personaje y estropearle su carrera política.



Murillo Karam dijo que pretende que el respeto y acatamiento de la ley, sean el sello distintivo de la institución. Comúnmente se le cponoce por los actos arbitrarios de sus elementos, los que ante denuncias de las víctimas, simplemente son transferidos a otras zonas del país.



Insiste en que la Procuraduría debe ser absolutamente imparcial, ciega ante el color de las políticas, para estar absolutamente despierta en la justicia. Que requiere ser renovada y modificada, para que no sea un órgano de policías mal encarados, sino una representación social y ciudadana. Que no sea solamente una persecutora de los criminales.



Murillo Karam debe saber que muchos casos de secuestro, son cometidos por policías federales, los que tienen la desfachatez de citar a sus víctimas en sus propias oficinas, para que cubran el monto exigido por el rescate de sus familiares, bajo la amenaza de repetir la agresión en caso de ser denunciados.



El desmantelamiento de la PGR se dió a lo largo del sexenio calderonista. El equipo tecnológico de la entonces Agencia Federal de Investigaciones, que sirvió de base para la llamada Plataforma México, fue desmantelado y entregado a la Secretaria de Seguridad Pública Federal.



De las 4 mil plazas de agentes del Ministerio Público, solo están cubiertas 2 mil. El resto, en su mayoría, fueron cesados, acusados de estar involucrados con el crímen organizado. Incluso, se dice que doña Marisela Morales, de abril del 2011 al 30 de noviembre de este año, cuando concluyó su gestión, cesó a 40 delegados estatales, muchos de los cuales no fueron sustituidos por nadie.



Otro rasgo importante de este desmantelamiento, es el hecho de que la PGR ya no cuenta con flota área, no obstante que llegó a tener hasta 163 aeronaves y hoy tiene que rentar nueve aviones y un helicóptero para trasladar a su personal. 



Evidentemente, para los elementos de la PGR, no valen para nada los exámenes de control y confianza. Sus elementos, en su mayoría, son individuos aribitrarios y déspotas. En zonas como la de Baja California, prácticamente es inexistente. La PGR es simple membrete, cuyos funcionarios y empleados realizan tareas de poca importancia.

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