Por Alfredo Calva
Bajo el hipócrita manto del trabajo y la preocupación por superarse y ser mejores en su desempeño (¿Cuál?) como representantes de los rosaritenses, nueve de los diez ediles que integran el cabildo del V Ayuntamiento de Playas de Rosarito, se trasladaron a las hermosas playas de Cancún, a gozar de unos días de maravilloso asueto.
Carentes de toda ética y moral política, Antonio Serret, Felipe Mayoral, Arturo Vega, Sergio Sotelo, Guillermo Torres, Dora Esquivel, Diego Ramírez, Francisco Bautista y Herlinda Pimentel, se abalanzaron como buitres tras los exiguos dineros de las arcas municipales y dispusieron de más de cien mil pesos para correr su aventura playera, que por cierto, ni en sus sueños más exóticos algunos de ellos jamás llevarían al cabo, pero que gracias a los dineros públicos municipales lo lograron.
Hay que establecer que, no es carente de legalidad la acción que llevaron a efecto los ediles, claro que no, lo que si es, por las carencias económicas que atraviesa el gobierno local y los rosaritenses, un ausencia de moral política, de la otra, ya es asunto de índole personal, en estos momentos 100 mil pesos, dotarían a 200 niños de un uniforme o, servirían para adquirir diesel para que la maquinaria pesada del gobierno se movilizara para raspar las arterias de terracería de las diversas colonias que se encuentran en paupérrimas condiciones, solo por citar dos ejemplos.
El pretexto en el que soportaron su inmoralidad los ínclitos defensores de las clases más necesitadas e incansables legisladores procuradores del bien común, fue la de asistir al Congreso Nacional de Cabildos, para ¨aprehender¨ nuevas tácticas y sistemas legislativo para aplicarlas en esa municipalidad y con ello contribuir al engrandecimiento de Playas de Rosarito.
Planteado de esta forma, cualquier ciudadano les daría su aprobación y justificación por el gasto que llevaran a cabo, sin embargo, para que esto sea una realidad, o cuando menos, se tenga una esperanza de que así suceda, se requiere fundamentalmente tener el I.Q. suficiente para asimilar lo que ahí se exponga y se exprese por aparte del resto de los participantes, y damos como un hecho de que asistan a todo el curso, pero con sus excepciones, ese hecho no se da.
Por lo que en resumen, si llevamos a efecto una relación de costo beneficio con los regidores viajeros, dije viajeros, creo que las arcas municipales, fueron desfondadas en vano.
Y todavía les quedan 2 años y tres meses.
Pobre Rosarito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario