viernes, 26 de agosto de 2011

Camila y Marcos

Por Teresa Gurza
Como ocurre siempre y en todas partes, en Chile no hay acuerdo en el número de participantes que tuvo el paro de dos días convocado por la Central Unica de Trabajadores de Chile, CUT, y los estudiantes que claman por educación gratuita y de calidad.
La diferencia en las cifras dadas por el gobierno de Sebastián Piñera, que asegura no pasaron de 175 mil personas; y por los dirigentes de la CUT que sostienen fueron casi 750 mil, es grande.



Pero ambas son cantidades importantes, para un país con menos de 17 millones de habitantes; y muestran el descontento que crece y ha dejado cientos de detenidos y 491 policías heridos.



No dejan de ser curiosas, las declaraciones de algunos funcionarios que no saben ya que decir para bajarle el tono a esa inconformidad masiva, que no se veía desde el final de la dictadura pinochetista.



“Al paro se unió menos del ocho por ciento de los trabajadores y el país no se paralizó”, afirmó el vocero de la presidencia Andrés Chadwick, el miércoles primer día de las movilizaciones; provocando que desde la CUT le dijeran que vería lo que sería el del día siguiente, jueves.



Pero tampoco esos cientos de miles, que desafiando el intenso frío del crudo invierno austral, salieron a las calles del centro de Santiago y de las principales ciudades del país en 51 marchas autorizadas, le parecieron suficientes al ministro Chadwick.



"El paro no ha tenido ningún éxito", reiteró.



Lo cierto es que los marchistas fueron en su mayoría estudiantes, y que no han visto con buenos ojos que se sumen a su descubierta dirigentes obreros o de partidos políticos.



Y ni siquiera en el gobierno hay uniformidad en ver las cosas; y mientras que el presidente Piñera dijo que le dolía que algunos estén trabajando para que el país se paralice, su Ministro de Economía, Pablo Longueira, está tan de acuerdo en la indignación, que declaró “si no pudiera pagar la educación de mis hijos, también yo estaría marchando"



Entre las declaraciones que la situación ha detonado, destaca también la del intendente nombrado por Piñera para la sureña Región del Bío Bío, Víctor Lobos.



“El estallido social lo están provocando hijos nacidos fuera del matrimonio” explicó en un seminario organizado por la Universidad San Sebastián de Concepción, al dar a conocer su hipótesis de que los jóvenes así concebidos, “llegan muy fácilmente al anarquismo”.



Lobos agregó que descontento, odio y encapuchados han crecido, porque hay más niños que no nacen en familias constituidas religiosa y legalmente.



“Hasta hace algunos años el 40 por ciento de las personas nacían fuera del matrimonio y actualmente es el 65”, dijo.



Estuvo de acuerdo el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, influyente prelado de la Iglesia Católica, que como propietaria de casi el 70 por ciento de las universidades y centros de enseñanza no se opone al lucro en la educación superior.



Por eso, Chomalí llamó a no ceder en las demandas de educación gratuita; y a acabar con el descontento, fortaleciendo la familia y el matrimonio, el emprendimiento y la educación.



Coincidiendo con el paro, algunos medios chilenos difundieron un artículo del periódico inglés The Guardian, donde comparan a la dirigente estudiantil chilena Camila Vallejo, con el subcomandante Marcos.



“Desde los días del zapatista subcomandante Marcos, que Latinoamérica no se veía encantada por una líder rebelde", indica el diario.



Precisa que a diferencia de Marcos, "esta vez no hay pasamontañas, ni pipa, ni armas, sólo un aro de plata en la nariz".



Y que el actuar de Camila, militante del Partido Comunista de Chile y segunda mujer en encabezar a los estudiantes de la Universidad de Chile en sus 105 años de historia, ha afectado no sólo a Piñera; sino a toda la clase política chilena.



"Camila se ha convertido en una figura de culto; y sus conferencias de prensa podrían costarle la cabeza a algún ministro”, indica la publicación.



En realidad ya le costó; porque el excandidato presidencial derechista Joaquín Lavin, era hasta hace muy poco ministro de Educación; y dejó de serlo porque Piñera lo cambió de ministerio cuando los estudiantes lo cuestionaron por haber “invertido” en una de las principales universidades, y obtenido dividendos económicos,.

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