Por Gilberto Lavenant
La detención del priísta Jorge Hank Rhon, la madrugada de este sábado, provocó una variedad enorme de reacciones. Sobre todo, muchas lecturas políticas.
La noticia corrió -esta sí, no como en otros casos- como reguero de pólvora. La incredulidad, el escepticismo, la sorpresa. Unos reían, otros casi lloraban. Unos festejaban y otros lamentaban. Los allegados al propietario del Hipódromo, seguramente hubieran querido decir que se trataba de una simple pesadilla.
Los hechos : un operativo militar, a las 3:30 de la madrugada, allanó el domicilio particular del empresario, detenido junto con 10 de sus colaboradores y afirman que le decomisaron 40 armas largas, 48 armas cortas, poco más de 9 mil cartuchos, 70 cargadores y una granada de gas.
Quienes simpatizan con Hank, dicen que es algo normal la existencia de armas, dado el clima de inseguriad prevaleciente, su potencial económico y el tipo de negocios que maneja. No lo ven mal, pues.
La detención es coincidente con la percepción de intenciones del gobierno federal, de detener a prominentes priístas, bajo supuestas sospechas, pero con la intención de “meterle zancadilla” al PRI, que aventaja al PRD y al PAN en las preferencias electorales, no solo en los comicios del Estado de México, sino sobre todo en la antesala de las elecciones presidenciales del 2012.
Los rivales de los priístas, PAN y PRD, celebran la detención. El PRI, por boca de su dirigente nacional, Humberto Moreira, se ha mostrado un tanto escéptico y cauto. Lo que si se dá como un hecho, es que la órden para detener a Hank, surgió inicialmente de Los Pinos, de la Oficina del Presidente de la República. De ahí a Bucareli, a la Secretaria de Gobernación, donde despacha como titular el tijuanense Francisco Blake Mora.
Lo que “no cuadra”, es el hecho de que colaboradores de Hank, en los últimos meses han mantenido una estrecha relación con Blake Mora. Entre ellos se negoció el “voto traidor” de la entonces diputada local Edna Pérez, para tener mayoría en la legislatura estatal, al momento de resolver la designación de integrantes del Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Se suponía que el político priísta estaba “blindado” contra este tipo de acciones. Se suponía.
Algunos comentan que aunque Hank Rhon recupere su libertad, se ha truncado su carrera política. Sobre todo, que le rompieron sus aspiraciones de contender por la gubernatura estatal en el 2013. Quienes se habían cobijado bajo su sombra, hoy no los calienta ni el sol. Aunque en estos momentos el emblemático centro hípico, está caliente, caliente.
¿Nombres ?, ni para qué mencionarlos, pero destaca en especial, el del alcalde priísta tijuanense, Carlos Bustamante Anchondo, quien tratando de eludir relaciones y posibles compromisos con el Senador Fernando Castro Trenti, se abrigaba con Hank y estaba utilizando a sus operadores políticos, para librar la “tormenta” que se vive en torno al XX Ayuntamiento de Tijuana. Sobre esto, basta adelantar que don Carlos ha logrado lo que nadie : unió a la gran mayoría de los regidores, de los diversos partidos, pero en su contra. Son pocos los que titubean. Los que aún le son leales.
Muchos otros políticos, priístas principalmente, que se estaban habituando a acudir al Grupo Caliente, a “apostar” sus modestos capitales políticos, ante este incidente de corte penal, inusitado e inesperado, han reculado, han empezado a deslindarse. Buscan nuevos rumbos, tratan de establecer nuevas alianzas. Por ahí, dicen, desfilaron personajes como el “negro” Eduardo Martínez Palomera y el Ing. Oscar Baylón Chacón, además de muchos otros.
Cierto, o mentira, independientemente de cómo termine este pasaje de la vida del controvertido político, sin duda alguna le aleja enormemente del Estado de México, apenas a unos meses del destape de aspirantes a la candidatura presidencial. Ya, ni de broma, podrá presumir cercanía con el aún gobernador mexiquense y cuasicandidato presidencial, Enrique Peña Nieto.
Quienes participan en este proyecto, de inmediato han tomado las debidas precauciones para “blindar” al mexiquense y alejarlo de cualquier sospecha respecto a posibles relaciones con individuos de conductas no muy claras. A partir de este sábado, sin duda alguna, Hank es uno de los que encabezan esa lista.
Con esto se pone de manifiesto que el poderío hankista, era simplemente virtual. Que se requerirá tiempo para conocer las causas reales de todo esto. El asunto de las armas, como que no convence a nadie. A los ojos de propios y extraños, el priísta aparece como víctima del sistema político, en estos momentos dominado por el convulsionado y agonizante calderonismo.
Hay quienes aseguran que esto es un “complo” político en contra del dueño de los Xolos, pero la verdad, si de frenarlo políticamente se tratara, había muchas maneras de hacerlo, y no con un “asalto” como este.
Falta solo mencionar a un personaje, al Senador priísta Fernando Castro Trenti, a quien tal parece se le allana el camino en sus aspiraciones por la gubernatura estatal en el 2013. Hank Rhon, dentro del PRI, aparecía como su más duro rival. No tanto por sus dotes políticos, sino por su poderío económico.
Aún hay mucha tela de donde cortar, en torno a este asunto. Baste decir que a partir de este sábado, muchos dejaron de “correr” en el hipódromo de Tijuana o perdieron el gusto por las apuestas.
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