domingo, 5 de junio de 2011

A Chile no le da lo mismo...

Por Teresa Gurza
Por conflictos ancestrales con Perú que unas veces arrecian y otras están controlados, pero siempre latentes, a Chile no le da lo mismo quien gane las elecciones presidenciales en ese país.
Además de los problemas geopolíticos, que los llevaron a dos guerras y que se teme puedan desembocar en otra, como desarrolle la economía el nuevo presidente tendrá que ver con el número de peruanos que llegue a Chile buscando empleo.



Ya hay acá más de 70 mil peruanos lo que considerando la población total de Chile de poco más de 16 millones, no es poco.



Por todo eso es que los políticos y los chilenos comunes, observaron con atención y hasta con preocupación, el desarrollo de las campañas del vecino.



Y sobre todo, la segunda vuelta y a sus candidatos finales Ollanta Humana y Keiko Fujimori, a quienes las últimas encuestas consideraron en empate técnico.



Ambos han proclamado mejorar las relaciones con Chile; y aunque ninguno de los dos es el presidente ideal para los deseos chilenos, se prefiere a Keiko.



Mientras que a los peruanos residentes les gusta más el militar Ollanta; pese a que en la primera vuelta lo habían relegado a un cuarto lugar.



No pocos chilenos se han admirado de que el escritor Mario Vargas Llosa, buen amigo de Chile y muy admirado por la élite política, haya hecho explícita su inclinación por Humala, temiendo la influencia que en su hija pudiera tener el expresidentes Alberto Fujimori, actualmente preso.

Vargas Llosa fue enfático al decir que no quería para su país una dictadura tan dañina, tan perjudicial, y que tantos estragos causó como la del viejo Fujimori. “No sólo por los desaparecidos, los muertos, los torturados, sino por las terribles secuelas que deja la dictadura".



Vargas Llosa y otros intelectuales lograron que Humala suavizara algunos de sus postulados electorales, comprometiéndose a respetar la propiedad privada y las libertades públicas.



Y ya en su nuevo look, Humala desconoció sus declaraciones respecto a que Chile debía pedirle perdón a Perú por los abusos en la Guerra del Pacífico y la venta de armas a Ecuador.



"Esa es una decisión soberana del Estado chileno…Yo no he exigido eso, simplemente he dicho que eso ayudaría, facilitaría, mejoraría aún más nuestras relaciones; la idea es avanzar juntos", dijo al retractarse.



Y sobre el reclamo boliviano a Chile de una salida al mar, precisó que es tema bilateral y no trilateral; y que “el Perú no tiene por qué involucrarse en un problema de a dos”.



“Debemos comprender ambos pueblos que vamos a ser vecinos por siempre. Y qué mejor que llevarnos bien; lo que implica un respeto mutuo, resolver problemas históricos donde tiene que hacerse, en la Corte de La Haya, y que haya un compromiso de ambos estados de respetar el fallo, sea cual sea".



Ha dicho también, parodiando al expresidentes brasileño Lula Da Silva, que hay que entender que no puede haber un vecino rico con vecinos pobres; y que permitirá que capitales chilenos entren a su país, pero al mismo tiempo impulsará que dinero peruano se invierta en Chile.



Por su parte Keiko, ha prometido entre otras cosas, dar continuidad al acuerdo entre los cuatro países latinoamericanos del Pacífico, Chile, Perú, México y Colombia, que conforman una inmensa región con un mercado potencial de más de 200 millones de consumidores.



Sea como sea y resulte quien resulte, hay que tener en cuenta la importancia que reviste la candidatura de Keiko.



Hace sólo 15 0 20 años hubiera sido impensable que algún país

sudamericano pudiera tener una presidenta mujer.



Era entonces como de locos pensar que Michelle Bachelet, Cristina Kirchner, Dilma Rouseff o Keiko Fujimori pudieran llegar a ser siquiera candidatas a la presidencia de sus países.

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