Por Gilberto Lavenant
Bajo argumentos valientes, serios, contundentes, irrefutables y respetables, pero bajo la denominación con que se identifica a quienes ejercen el oficio más viejo del mundo, presuntamente este domingo 19 de junio, a partir de las 4:00 de la tarde, se llevará a cabo “La Marcha de las P….”.
La nota periodística correspondiente, en base a presuntas declaraciones de Flor Arballo Alejandre, vocera de la Red Iberoamericana Pro-Derechos Humanos, organismo que organiza esta marcha en la ciudad, señala que convoca a todas las mujeres en Tijuana a sumarse a La Marcha de las P…”, saliendo a manifestarse, “…con el único propósito de dejar en claro que NO, es NO”.
“Listas para reivindicar el derecho a nuestro cuerpo, a exigir medidas de seguridad humana que prevengan los delitos contra las mujeres, exigir la desmilitarización y manifestar nuestro repudio a la violencia y discriminación contra las mujeres, contra las indígenas, las pobres, las feministas, las negras, las trabajadoras de las maquiladoras, las lesbianas, las transexuales, las rehabilitadas, las discapacitadas, las indignadas ante los ojos del patriarcado”, advierte en principio.
Luego explica que : “…Este movimiento, pretende decirle a la sociedad civil, política, religiosa y cualquiera que sea su función en este país, que no importa la vestimenta, el lugar, ni la compañía; nada justifica la imposición de relaciones sexuales o el acoso sexual. Las mujeres no provocan VIOLENCIA ni la AGRESIÓN por el solo hecho de ser libres al ejercer su personalidad, ideas y principios”.
Así mismo, señala categórica : “…Rechazamos firmemente, y en una sola voz, que se siga perpetuando y naturalizando la idea de que somos culpables del acoso y ataque sexual; rechazamos que el día a día en pleno siglo XXI, continúe siendo un enfrentamiento al salir a las calles para estudiar, trabajar, divertirnos y vivir”.
Por cuanto hace al origen de la marcha, se dice que en Toronto, Canadá, a raíz de que el pasado 24 de enero, un policía, en una conferencia sobre seguridad civil, ante estudiantes universitarios, dijo que : “…las mujeres deben evitar vestirse como p… para no ser víctimas de la violencia sexual”.
Indignadas, las mujeres canadienses salieron a marchar, el 3 de abril, vestidas de tacones, ligueros, escotes y minifaldas, a la que se le unió toda la sociedad, para pedir una disculpa por la expresión policiaca. El ejemplo ha sido seguido en otras partes del mundo, marchando bajo la misma denominación, exigiendo el respeto y la protección sin discriminación. Ahora será en Tijuana.
Por cuanto hace a la denominación de la marcha, explica que la palabra utilizada comúnmente para identificar a las mujeres que ejercen la prostitución, se encuentra cargado de un significativo negativo y peyorativo, y se refiere a una mujer promiscua, que tiene relaciones sexuales por dinero, por placer, que viste de manera inapropiada, que no es una buena mujer.
Observa que el término sirve como una forma de insulto o etiqueta para el comportamiento de mujeres que se encuentran fuera de lo que la sociedad considera adecuado y aceptable y que bajo esos parámetros y criterios, en cualquier momento de sus vidas, las mujeres son p… y como tales deben aceptar y callar que se desplieguen comportamientos sexuales sin consentimiento.
Indica que con esta marcha, “…nos apropiamos de la palabra “p…” para rechazar cualquier tipo de violencia ejercida hacia nosotras con el pretexto de nuestra apariencia y manifestamos que ni las trabajadoras sexuales ni ninguna mujer deben ser violentadas “por p…”.
“…Cansadas de escuchar que las mujeres provocamos y por ende somos las culpables, hoy decidimos organizarnos para decir:.. ¡Basta! Yo decido sobre mi cuerpo y No, es No”, advierte tajante.
No se duda que las organizadoras de este evento, tengan razón, ponen de manifiesto las muchas condiciones inapropiadas o indignas, humillantes y denigrantes, que las mujeres padecen, sufren y afrontan constantemente, tan solo por el hecho de ser mujeres.
Los argumentos son valiosos e irrefutables, pero en lo único que se equivocan es en la denominación que adoptan, pues la sola palabra ofende y denigra al género femenino. Resulta grotesco el uso de la misma.
El hecho de tolerar o utilizar tal expresión, es dar paso a la ofensa, a la agresión, a la invasión de la esfera privada femenina. Las mujeres no lo merecen y las organizadoras de esta marcha, equivocan al camino para la búsqueda de respeto y libertad, independientemente del orígen de este movimiento.
Quizás se piensa que utilizar términos como ese, les muestra como personas modernas, que llaman a las cosas por su nombre y que son valientes al utilizar la denominación más despreciable y deplorable, para erguirse orgullosas a plantear sus reclamos.
Qué lástima que las mujeres mismas se enloden, para exigir respeto, cuando que con el uso de tal denominación, ellas mismas se lo faltan y dan paso para que los hombres también lo hagan. Qué lastima.
gil_lavenants@hotmail.com
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