Lo que comenzó como un personaje de relevo, se convirtió en uno de los más entrañables que ha traspasado el tiempo manteniéndose vigente
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de junio.- “Fue sin querer, queriendo”, “Es que no me tienes paciencia”, “Bueno, pero no te enojes” son frases que cotidianamente se usan y que han pasado de generación en generación, gracias a El Chavo del 8, personaje que mañana cumple 40 años de divertir a millones de personas en el mundo entero.
Sin embargo, y aunque la mayoría del público lo sabe, el niño pobre, con pantalón corto y raído, zapatos viejos y gorra muy peculiar, nació de la imaginación de Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, lo que no se sabía es que El chavo del 8 surgió como emergente, pues fue una solución a un problema que se le presentó al autor y que debía resolver de inmediato, así lo explicó Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito, quien vivió en carne propia ese proceso creativo.
“El nacimiento del Chavo es curioso, es más, diría que fue por casualidad. En ese entonces, 1971, mi papá tenía el programa de Chespirito y ahí había un scketch, Los Chifladitos, que eran Chaparrón Bonaparte (Chespirito) y Lu Castañeda, que fueron de los primeros personajes fijos, junto con el Dr. Chapatín.
“Lu Castañeda lo interpretaba Rubén Aguirre, a quien le hicieron una oferta de trabajo muy buena en el canal de la competencia, en el 2, Chespirito era del 8. Le ofrecieron un programa de concurso que se llamaba El club de Chori (así apodaban a Aguirre), y mi padre le dijo
que aprovechara la oportunidad”, recordó.
La situación era apremiante, se tenía que sustituir al actor y Bolaños consideró que nadie podía hacerlo, así que echó mano de un scketch un tanto olvidado, que involucraba a un globero que odiaba a los pequeños y a unos niños interpretados por adultos.
“Esto era mientras encontraba como sustituir este vacío, fue de relevo. Cuando ve la aceptación y descubre que tiene elementos de comedia muy atractivos, vuelve a escribirlo, pero ya con más forma. Al principio no tenía ni nombres, no existía La Chilindrina (María Antonieta de las Nieves), ni Don Ramón (Ramón Valdés), ni el Chavo (Roberto Gómez Bolaños); sin embargo, la clave fue meterlos en una vecindad donde hubo un potencial más grande y poco a poco lo armó”, relató.
“Si a Rubén Aguirre no le hubieran dado esa oferta, seguramente no existiría El Chavo del 8 ”, aseguró a Función.
Vistiendo al Chavo
Un año antes, la familia de Chespirito ayudó a darle forma a otro personaje entrañable como El Chapulín Colorado, y en esta ocasión también participaron, aunque los elementos para el atuendo del Chavo fueron básicamente de la covacha de vestuario de Canal 8.
“Mi papá se emocionaba mucho el verse con pecas o sin ellas. A mí me daba mucha ternura verlo vestido de niño”, comentó Marcela Gómez Fernández.
“Fue una experiencia familiar el ver a mi mamá rasgándole los pantalones y pasándole la máquina para hacer los parches, o haciendo el hoyo a la playera; en fin toda la creación del vestuario de El Chavo fue algo familiar”, continúo su hija.
El aspecto físico ya estaba cubierto, pero faltaba la parte emocional del personaje. Para ello, Gómez Bolaños echó mano de uno de los dones que ha explotado durante toda su carrera creativa: la observación.
Los primeros que pasaron bajo la lupa fueron sus propios hijos, y de ellos sacó diversas peculiaridades para heredárselas de por vida a El Chavo del 8.
“Sí hay muchos ademanes que teníamos de niños y que mi papá adoptó para El Chavo, los brinquitos cuando dice : ‘Y sí vamos... y le decimos y juegamos (sic) y hacemos y... ¡zaz!’, son de mi hermana Tere, que era muy inquieta”, analizó la presidenta de La fundación Chespirito IAP.
“Mío, que también es característica de mi papá, es ese dejo de timidez; el ‘es que no me tienen paciencia’ lo sacó de mí y también es parte de él. Las reacciones de cara escondida son mías”, recordó su hija.
“Lo que mi padre trató de encontrar fueron valores universales infantiles, con personajes que pudieran tener grandes contradicciones, elementos opuestos, así surge la comedia; por ejemplo, si tienes un alto y un chaparro, un gordo y un flaco, un inteligente y un tonto, aparece lo chistoso y eso lo sabía perfectamente”, opino Gómez Fernández, ahora alto ejecutivo de Televisa.
Con pies de plomo
Lo que para Chespirito empezó como una casualidad, se convirtió en el éxito de su vida, así que al año siguiente, El Chavo pasó de ser un scketch para convertirse en una emisión semanal de media hora con personalidad propia.
El Chavo del 8 se convirtió en la carta de presentación en cuanto a emisiones mexicanas en Latinoamérica, pues ya se veía en todo el continente. Llegando a más de 350 millones de personas semanalmente y si hablamos de rating, en 1975, registró números entre los 55 y 60 puntos.
Tanto fue el éxito de esta emisión mexicana que llegó a doblarse a 50 idiomas y alcanzó a países tan lejanos como China, Japón, Corea, Tailandia, Marruecos e India. Actualmente se ve en, por lo menos, 20 países, incluyendo Italia, Rusia y Angola.
Evidentemente el éxito se dio desde el nacimiento de este personaje, sin embargo, aunque El Chavo y el elenco que pertenecía a la vecindad llenaron dos veces en un día enormes foros como el Luna Park en Argentina (con capacidad para 23 mil personas) o el Estadio de Futbol
de Santiago de Chile (80 mil asistentes), Roberto Gómez Bolaños, creador de este personaje siguió siendo tan sencillo como siempre.
“Afortunadamente mi papá empezó a hacer El Chavo cuando tenía 41 años, es decir, muy grande, eso le ayudó a asimilar el éxito que alcanzó y que todavía tiene, la edad le ayudó a tener los pies bien puestos sobre la tierra”, explicó su hijo.
“Siempre ha puesto una línea muy clara entre lo que es su trabajo y su vida personal, ese fue otro elemento que le ayudó en el momento de más éxito de El Chavo. Una cosa es el efecto que tiene en la televisión y otra lo que pasa en su casa”, comentó Gómez Fernández.
Un boom sorpresivo
Este emblemático personaje recibió su nombre al canal en que vio su origen, Canal 8, al menos así lo comentó su hijo aunque en la trama se explicó que vivía en el departamento 8 de la vecindad, casa que nunca se vio y que el barril, donde acostumbraba meterse era solamente un refugio.
El elenco de esta serie estuvo conformado de inicio por el propio Chespirito, Ramón Valdés (don Ramón) y María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina) y después se agregaron más personajes, como Florinda Meza (doña Florinda y la Popis), Rubén Aguirre (profesor Jirafales), Carlos Villagrán (Quico), Édgar Vivar (Sr. Barriga y Ñoño), Angelines Fernández (doña Clotilde) y en la última etapa Raúl Padilla (Jaimito, el cartero), entre otros.
“Este proyecto me trae mucha nostalgia y cosas buenas, al final, uno ve en retrospectiva y me quedó con lo bonito, son mucho más recuerdos felices, haber conocido tanta gente, viajado a tantos lugares, y hoy por hoy sigue siendo el programa que se sigue transmitiendo ininterrumpidamente en más de 30 países, es un lujo que no cualquiera tiene la oportunidad de vivirlo”, comentó Édgar Vivar.
“Trabajar con Roberto (Gómez Bolaños) fue mera casualidad, fue por rebote, un cazatalentos me invitó a actuar y me lo presentó, para mí fue algo totalmente no planeado, me gustaba ver teatro y cine, pero nunca pensé estar en este proyecto que a la postre, después de 40 años sigue vigente. Ha tenido mucha resonancia, tanto que hasta la BBC de Londres vino a hacerme una entrevista al respecto”, dijo el médico en la vida real.
El boom de El Chavo fue tal que empezaron a circular cientos de objetos con la imagen de los personajes y en 1974, justo el sábado 30 de mayo, salió la historieta que en ese entonces costaba dos pesos y se vendió en toda la República Mexicana y Guatemala. Meses después la distribución se extendió a toda Latinoamérica.
La última emisión de media hora de El Chavo del 8 se registró el 1 de enero de 1980; sin embargo, como scketch siguió hasta el 12 de junio de 1992 aunque sólo era El Chavo, eso sin contar con las repeticiones que desde entonces aparecen en diversos países del mundo.
La popularidad del unitario sigue fomentándose en las nuevas generaciones a través de la serie animada que comenzó el 22 de octubre de 2006, primero echando mano de episodios clásicos de la serie pasados a formato de caricatura y ahora que ya llegaron al capitulo 100 con argumentos del propio Roberto Gómez Bolaños.
“El 2 de junio de este año se transmitió y es un gran logro de Grupo Televisa y Chespirito, porque inicialmente se pensó en hacer 13 capítulos y si funcionaba quizá otro tanto y bueno llegar al 100 y tener un rating más alto que todo canal 7 es algo bastante bueno”, comentó Roberto Gómez Fernández
“De hecho ya estamos preparando la quinta temporada y es resultado del éxito que ha tenido esta traducción de la serie original a la animada”, adelantó.
Actualmente, a sus 82 años de edad, el creador de El Chavo del 8 vive la mayor parte del tiempo en Cancún y, desde ahí, no para de escribir y aunque consiente del próximo 40 aniversario del niño de la vecindad, no planea festejar de ningún modo.
“Procura no tener ningún tipo de celebración de nada, cualquier reunión que requiera más de seis personas, ya no le gusta, es de grupos pequeños y las fiestas definitivamente no le encantan”, describió su hijo.
“Sigue escribiendo sus
ensayos sobre la risa y una especie de historia mundial, combinación de profundidad y comedia, además de un libro sobre el futbol y teatro que convierte en cine”, concluyó Gómez Fernández.
Otro éxito
Después de una gran labor de convencimiento, Roberto Gómez Bolaños por fin aceptó usar la red social Twitter, y en tres semanas ya reunió 669 mil 610 seguidores y en los 114 twitts que ha emitido, siempre muestra su filosofía de vida, por ejemplo:
“El verdadero artista no hace obras para el público; prefiere hacer público para sus obras.”
“Hola. Soy Chespirito, recordando que, para sobrevivir, el Ser Humano necesita respirar, tomar agua, comer... ¡y divertirse!”
“James: no conozco ninguna clave del éxito; pero conozco la mejor clave del fracaso: tratar de darle gusto a todo mundo.”
“Debo ser más tarado que fascista. Perdón; yo sólo quiero que nos permitan andar libremente en nuestra casa propia.”
“Soy Chespirito; la risa es una expresión de triunfo del cerebro. Si te ríes por un chiste es porque lo entendiste.”
Conócelo
Nombre: Roberto Gómez Bolaños
Nació el 21 de febrero de 1929, tiene 82 años.
En su etapa de adolescente se dedicó al boxeo y futbol de manera amateur.
Es ingeniero eléctrico y mecánico de profesión, pero nunca ejerció, pues sus inquietudes artísticas pesaron más.
A mitad de la década de los 50 del siglo pasado, Chespirito tuvo su primer trabajo creativo como guionista de radio y televisión, teniendo a su cargo programas como Cómicos y canciones y el Estudio de Pedro Vargas.
En 1970, creó a El Chapulín Colorado, un superhéroe cuya característica principal era la honestidad y sus antenitas de vinil, y en 1971 El Chavo del 8, un niño huérfano que vivía en una vecindad y que se escondía en un barril de cerveza, para llorar, o cuando estaba enojado, personajes que lo catapultaron al éxito y lo coronaron como uno de los ídolos de Latinoamérica.
Escribió el guión y además actúo en El Chanfle (1978).
En 1992 estrenó la obra de teatro 11 y 12, que duró en cartelera más de diez años.
En 2000, sus personajes fueron plasmados en los billetes de lotería.
En 2006 presentó el libro Sin querer queriendo, en el que plasma sus memorias y estrena la serie animada de El Chavo del 8.
Apuntes
El Chavo del 8 fue visto, en promedio, por 350 millones de personas a la semana.
Cuando La Popis, interpretada por Florinda Meza, surgió lo hizo con voz gangosa. A los pocos días, un señor le dijo a Chespirito que jamás volvería a ver su programa, porque su hijo tenía ese problema y los niños se burlaban de él en la escuela. El autor decidió desaparecer el personaje y un año después lo reincorporó con voz normal.
El futbolista Pelé llamó a Roberto Gómez por teléfono para hacer la película de El Chavo, pero Roberto no quiso que llegara al cine.
Durante el transcurso del programa, los actores nunca usaron apuntador.
La primera historieta
de El Chavo fue impresa el sábado 30 de mayo de 1974 en México. Era semanal y costaba dos pesos mexicanos; eran vendidas en México y Guatemala.
Estas historietas, primero fueron escritas por Chespirito, luego por su hermano, Horacio Gómez.
El personaje Ñoño fue creado por el actor Édgar Vivar.
El último episodio en que apareció Quico fue en el segundo capítulo de Acapulco, perteneciente a la temporada de 1978.
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