miércoles, 26 de enero de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

* Los decepcionados
Por Gilberto Lavenánt
Ayer martes 25 de enero en curso, se llevó a cabo una reunión sumamente especial. Como si el autor de Palco de Prensa hubiese visto la bola de cristal, los “presidentitos” municipales acudieron al Palacio Municipal a externar sus decepciones y preocupaciones.
Efectivamente, ayer aquí en Palco de Prensa, hacía alusión al papel que desempeñan los delegados municipales, que siendo representantes del Alcalde, en una zona determinada, son simples burócratas encargados de una oficina administrativa, sin facultades para nada.

Pues bien, los nueve delegados municipales se reunieron con Obed Silva, Director de Gobierno del XX Ayuntamiento, para externarle que están sumamente preocupados por el centralismo con que se están manejando las cosas en la actual administración.

La reunión se llevó a cabo en la sala de juntas de la Secretaria General de Gobierno, de las 3:00 a las 7:30 de la noche. Por razones que se desconocen, no estuvo presente Roberto Alcides Beltrones, Secretario General del Ayuntamiento.

Cada delegado municipal, expuso las penurias que padece, al no contar con recurso alguno para atender a la población de sus respectivas zonas. Sin dinero, no pueden dar respuesta inmediata a las demandas de apoyos.

De lo único que aparentemente pueden disponer, es de lo que llaman presupuesto para gasto social, que son algo así como 300 mil pesos anuales por delegación, que divididos en 12 meses, les alcanzan 25 mil pesos mensuales, algo así como 833 pesos diarios. Si a algún colono, por ejemplo, se le incendia su casa, y acuden en su auxilio, se agotan el presupuesto, no de un mes, sino de varios, en un solo día. Y aún así, hay que correr el trámite burocrático de la solicitud, en original y diez copias.

De nada sirvió a los delegados municipales, señalar, desesperados, que el exagerado centralismo que se esta ejerciendo en la administración municipal, los está asfixiando, que ya no hallan la puerta, que le abran a los recursos.

Al final, todo quedó igual. Hubo la promesa de reunirse nuevamente, cuantas veces sea necesario, ver mecanismos para destrabar estas cosas y, en concreto, la única justificación que encontraron, es que las arcas municipales están vacias, que los miles de millones de pesos presupuestados como ingresos para este 2011, están cayendo como a “cuenta gotas”, y apenas alcanza para cubrir los adeudos que se heredaron de la administración de jorgito Ramos.

Es algo irónico, pero estos políticos que a la hora de la repartición de puestos públicos, al inicio de la gestión del XX Ayuntamiento, y que se sintieron privilegiados cuando don Carlos Bustamante los “palomeó” en la larga lista de aspirantes, designándolos delegados municipales, hoy no saben si reir o llorar. Algunos, en serio, están pensando en dejar la chamba, pues en lugar de proyectarlos políticamente, les representará un severo desgaste, al quedar ante la ciudadanía como funcionarios que no resuelven nada de nada.

Por cierto, el texto de “Los presidentitos” de Palco de Prensa, circuló entre los presentes, y varios de ellos se sintieron reflejados en los comentarios del columnista. Incluso, no faltaron las bromas al respecto.

El orgullo que mostraban al inicio, hoy, apenas a unos días de gestión, se ha convertido en pena. En decepción.

Y no es para menos. Sobre todo, ante el abandono general en que Ramos Hernández mantuvo a la ciudad durante los tres años de su administración.

La mayoría de los delegados, se vieron retratados en el ejemplo citado por el columnista, del chamaco regiomontano, que ansioso le pregunta al padre : -Papá, papá, me dejas ver la televisión ? y el padre, en tono un tanto perezoso, responde : -Sí, m´hijo, nada más no la prenda. Y ellos ahí están en las oficinas de sus respectivas delegaciones, viendo la “tele”, sin poder prenderla.

Las obras que se realicen, aquí o allá, son a cargo y por instrucciones del gobierno central. Los delegados, no tienen necesidad de mover ni un solo dedo. Son meros espectadores o, en su caso, receptores de quejas o reclamos.

Por cierto, algunos cibernautas, en relación a lo que representan los delegados municipales y la falta de recursos, cuestionaron si entonces, en lugar de acudir a las delegaciones, es necesario acudir ante las oficinas del Alcalde. Probablemente sea más efectivo.

Total, las observaciones hechas aquí en Palco de Prensa, respecto a los “presidentitos”, fueron reconocidas y ratificadas por ellos mismos, ayer en la maratónica reunión.

Lo cierto es que, tratando de hacer valer aquello de que “Dios no escucha al que no habla”, los delegados municipales hablaron, los escucharon, pero no les dieron nada. Salieron de la junta, más decepcionados que como entraron.

Contra su voluntad, regresaron a sus oficinas a seguir viendo la “tele”, sin poder prenderla.


gil_lavenant@hotmail.com

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