miércoles, 19 de enero de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

* Zona de desastre
Por Gilberto Lavenánt
Los nuevos funcionarios municipales, que forman parte del XX Ayuntamiento de Tijuana, que encabeza el empresario Carlos Bustamante Anchondo, en sus inicios de labores encontraron una ciudad desolada. Cual si fuese una zona de desastre.
En muchas oficinas, por ejemplo, no encontraron ni escobas para limpiar la áreas de trabajo.

No puede decirse, propiamente, que hayan sido saqueadas, por los colaboradores del panista Jorge Ramos Hernández, pero al final de cuentas es lo mismo. En algunos sitios si se llevaron hasta al perico, pero muchas de ellas las encontraron en completo abandono, como si nunca hayan sido utilizadas.

Escritorios quebrados, lo mismo que las escasas sillas disponibles. Expedientes incompletos. Papelería deteriorada.

El equipo vehicular para la prestación de servicios públicos, como bacheo y limpia, inservible. Los vecinos ya estaban acostumbrados, porque hay zonas a donde nunca acudió algún funcionario municipal a atender demandas ciudadanas. Ni siquiera sabían, quienes supuestamente laboraban en las oficinas de cada delegación municipal.

En labores de bacheo, no se tapó ni un solo bache. Ni siquiera con tierrita. El contraste con las vialidades cubiertas con el White Topping del PIRE, es enorme.

En algunas delegaciones, en su estructura tenían contemplado o autorizado el servicio civil, para la celebración de matrimonios o registro de nacimientos, pero los mismos nunca operaron. Los ciudadanos tenían qué recorrer grandes distancias para llegar hasta el Palacio Municipal o a alguna delegación municipal donde sí se prestaran dichos servicios.

En otros casos, operar una delegación implicaba la erogación de varios millones de pesos, y como no prestaba servicios a la comunidad, no recaudaba ni un centavo.

Uno de los casos más notables, la Delegación Centenario, considerada la tercera en importancia en el municipio, por cuanto hace a población, y que incluso se había considerado desaparecerla de la estructura de gobierno municipal, se encontraba en completo abandono, en todos los sentidos.

Ahí, en el 2010, solo se tramitaron unos cuantos permisos para uso de suelo y no hubo expedición de permisos de construcción.

Lo mismo ocurrió en el área de verificación del comercio en puestos fijos y semifijos. Ni listados recientes de vendedores, ni renovación de permisos, ni expedición de nuevos.
Pero tampoco vayan a suponer que quienes realizaban tales actividades estaban fuera de control. ¨Religiosamente¨ eran ¨vacunados¨, por un ejército de ¨voluntarios¨, al parecer ¨coordinados¨ por Gustavo Lemus, el autor del ¨Lemusgate¨, aquel que fue balconeado cuando por vía telefónica comentaba con un propietario de bares de la Zona Norte, que estaba sorprendido porque el Gobernador Osuna Millán y el Alcalde Jore Ramos, coordinaban la pre campaña a la Alcaldía, de Carlitos Torres Torres.

Esos ¨voluntarios¨, se encargaban de prestar el ¨servicio privado de recolección de cuotas¨. Igual que como le hacen los mafiosos que ¨cobran piso¨. Ellos recorrían las calles a exigir el pago de las cuotas que habían establecido, a vendedores ambulantes o de puestos fijos, lo mismo a quienes realizaban alguna construcción.

De los pobres expedientes encontrados, al verificarlos en campo, se encontró que las supuestas obras, nunca se realizaron, o se realizaron parcialmente y de pésima calidad. Así mismo, se pasaron por alto la normatividad que regula la inversión pública y las asignaron en forma directa, seguramente a sus amigos o parientes.

En la Ciudad Industrial, algunos industriales estaban pensando seriamente en emigrar a otra parte de la República Mexicana, porque no obstante la importancia de su funcionamiento, básicamente porque dan empleo a cientos o miles de trabajadores, las calles están completamente destrozados, y las autoridades municipales nunca atendieron sus reclamos.

Y no se trata de meras especulaciones, ni exageraciones. Hay constancias de todo ello. Suficientes para enviar a la cárcel a varios funcionarios públicos, del equipo de Jorge Ramos, que nunca funcionaron. Que nunca cumplieron con sus responsabilidades, pero que se sirvieron de la función pública, para llenar sus bolsillos de dinero. Solo falta que la Síndico Procuradora proceda como legalmente corresponda.

A tal grado llega todo esto, que el Alcalde Carlos Bustamante puede declarar a Tijuana Zona de Desastre y pedir fondos de emergencia para atender las necesidades urgentes de los tijuanenses. Todo, a consecuencia del ¨tornado¨ llamado ¨Jorge Ramos¨, que azotó a Tijuana durante los pasados tres años.

Y todavía, directivos de organismos empresariales, le colgaron ¨medallas¨ a Ramos Hernández, y lo declararon uno de los mejores Alcaldes que haya tenido Tijuana. Son, o se hacen.

gil_lavenant@hotmail.com

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