jueves, 12 de agosto de 2010

Crean auto que funciona con metano de excremento

* El BioBug, un Volks Wagen Beetle rediseñado por ingenieros británicos, es el primer carro que funciona con este tipo de combustible.
De la boca al estómago. Del estómago al inodoro. Del inodoro a la cloaca y de la cloaca... ¡al automóvil! Este —aunque simplificado, por cierto— es el proceso para producir el combustible limpio del que se abastece un novedoso vehículo presentado recientemente en la ciudad de Bristol.

El BioBug, un Volks Wagen Beetle rediseñado por ingenieros británicos, es el primer auto que funciona con gas metano, un hidrocarburo generado por los excrementos humanos y otros desperdicios orgánicos que van a parar a las cloacas de dicha ciudad, en el sureste de Reino Unido, donde la firma que desarrolló el coche (GENeco) cuenta con una planta de biogás que sólo utilizaba para generar electricidad.

“Si hacemos a un lado las diferencias internas que le permiten rodar con metano, es igual a un auto común y corriente”, aseguró Mohammed Saddiq, ingeniero de la compañía que se dedica a la producción de energía sostenible.

El carro alcanza la misma velocidad que uno normal y al andar tampoco se sienten diferencias. Laura Plitt, reportera de BBC, atestiguó las ventajas del modelo y comentó que “para saciar la curiosidad de muchos, podemos confirmar que, pese a que las heces y otros desechos son la materia prima de su combustible, el tubo de escape no despide ningún olor desagradable”.

Ahorro

La planta de la empresa GENeco produce 18 mil metros cúbicos de biogás al año. Si éste se transforma en biocombustible para automóviles, implicará dejar de emitir varias toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera en el mismo lapso.

En promedio, 70 hogares producen anualmente residuos orgánicos como para que el automóvil pueda recorrer 16 mil kilómetros, la distancia que suelen abarcar en el mismo periodo de tiempo. Un tanque lleno le permite al BioBug andar por 400 kilómetros.

Desde hace ya varios años la planta de tratamiento de aguas residuales de Avonmouth, en las afueras de Bristol, produce biogás.

Las aguas que llegan allí a través de las cañerías de la ciudad y sus alrededores son sometidas a una serie de procesos de filtración para depositarse luego en unos gigantescos digestores anaeróbicos.

Allí, este lodo recibe calor, y, privado de oxígeno, las bacterias presentes naturalmente en la materia orgánica comienzan a descomponer los desechos, lo que produce el gas metano.

Como obtienen más biogás del que necesitan para abastecer sus necesidades energéticas, la empresa encargada de las instalaciones decidió aprovechar el metano sobrante y así nació la idea de crear un automóvil que funcione con ese tipo de combustible.

Futuro verde

“Esta planta produce aproximadamente 18 mil metros cúbicos de biogás al año. Si lo convirtiésemos en biocombustible para vehículos, y reemplazáramos al combustible fósil, podríamos dejar de emitir 19 mil toneladas de bióxido de carbono”, explicó Saddiq.

El BioBug es por ahora sólo un prototipo que no se comercializa. Existen camiones y autobuses que utilizan gas metano en países como China e India, pero esta posibilidad —así como la de adaptar a los automóviles para funcionar con ese tipo de combustible— aún no ha sido explorada para abastecer a vehículos más pequeños, cuyos motores aún necesitan de derivados del petróleo para marchar.

La ambición de la empresa en la que trabaja Saddiq es analizar en mayor profundidad los aspectos técnicos, ambientales y económicos de este carro para ampliar el proyecto en el futuro.

“No veo razones técnicas que impidan capturar el gas y venderlo en las gasolineras como otros combustibles. Creo que el biogás puede convertirse en una alternativa a los combustibles fósiles. Esa es mi visión y espero que un día se haga realidad”, concluyó el experto.

CEM hace propuesta climática

••• La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) elabora un documento sobre las afectaciones ambientales que pueden vulnerar la paz del país, el cual presentará en la cumbre de la ONU sobre el cambio climático que se realizará en Cancún, Quintana Roo.

Al anunciar que buscarán promover en templos una educación ambientalista que apoye las políticas públicas, Gustavo Rodríguez, presidente de Pastoral Social del Episcopado Mexicano, sostuvo que la Iglesia está preocupada por el cuidado del medio ambiente.

“Hay signos evidentes de que nuestro planeta no goza de buena salud y, en gran parte, la humanidad ha sido responsable. No hemos sido justos con nuestra madre Tierra, hemos fingido sordera a las voces de las creaturas; hemos atentado contra el aire, el agua y el suelo; cortamos, arrancamos pero no plantamos; pisoteamos, contaminamos, destruimos, nos mueve el ansia de consumir y desechar; hemos perdido el sentido de administradores y hemos olvidado que la Creación nos fue entregada para cuidarla”, destacó Rodríguez. (Cuautitlán Izcalli, Edomex • Eugenia Jiménez)

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