jueves, 17 de septiembre de 2009

MALTRATO HACIA LOS ANIMALES

Por Rodrigo Montes-ValenzuelaEl maltrato hacia los animales puede manifestarse de diferentes formas: negligencia, abandono, posesión irresponsable, espectáculos crueles (peleas de perros) o actos de crueldad manifiesta, etc. Y bajo cualquiera que sean las circunstancias en que estas se den, es un asunto que no debemos permitir y en caso de ser testigo de estas, nos corresponderá denunciarlas a las autoridades competentes.

Los actos de crueldad en los animales en nuestra ciudad son castigados aplicando multas administrativas, de acuerdo al Reglamento para la Protección de Animales Domésticos en el Municipio de Playas de Rosarito, B.C. Publicado en el Periódico Oficial No. 25, de fecha 14 de Junio de 2002, Tomo 109. El cual presta atención a las disposiciones de orden público y observancia general y que tiene por objeto la protección de los animales domésticos o mantenidos en cautiverio, de cualquier acción de crueldad que los martirice o cause daño; además de una serie de obligaciones para los propietarios, en los que se destaca un trato humanitario hacia ellos.

Recientemente conocimos el caso de un joven que presumiblemente bajo los efectos de alguna droga corto con sus propios dientes la lengua de su perro pit bull llamado “Muñeco” frente a varios testigos, a plena luz del día en la playa de la zona centro de la ciudad.
Es difícil entender, la capacidad del ser humano en su destrucción, torturar y maltratar a un animal indefenso, solo por el simple hecho de disfrutar o acreditar un simple espectáculo, penoso y a la vez de triste.
¿De dónde sale toda esa crueldad a la hora de destrozar a un ser vivo?, ¿de dónde proviene el estimulo cuando se comete esa atroz mutilación?
Cualquier acto de crueldad animal debe ser notificado inmediatamente a las autoridades competentes para que tomen cartas en el asunto y con ello contribuir a que estos acontecimientos dejen de suceder o que sean vistos como algo natural o como si no se tratara de un ser vivo.

La violencia requiere un grado de raciocinio y lógica que solo existe en el hombre. En cambio los animales ejercen violencia por instinto lo que significa la explicación de su acción al logro de un fin determinado. La violencia, por lo tanto, es la contracara del afecto, y es un acto que no debemos soslayar.

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