La diputada local del PRI, Laura Torres Ramírez, le es imposible ocultar su urgencia de lograr empatía hacia su persona por parte de las dirigencias nacionales de su partido y del Verde Ecologista, la razón, lograr la nominación de esas dos fuerzas a su favor a la alcaldía de Rosarito que estará en disputa el próximo año.
El arribo de Manlio Fabio Beltrones Rivera al CEN del tricolor en sustitución de Cesar Camacho, fue un golpe duro de asimilar para la edil, su raquítica posibilidad de lograr su objetivo se encontraba centrada en que a esa posición llegara algún personaje que no tuviera vínculo alguno con su rival natural a la posición ambicionada, la ex diputada federal, Mayra Robles Aguirre.
Sin embargo, las circunstancias no le favorecieron y el andamiaje político movido por el jefe político de todos los priistas, Enrique Peña Nieto, se encarrilo hacia la persona de Beltrones Rivera, quien en el momento de la unción aun coordinaba a la bancada de diputados tricolores en la cámara baja del Congreso de la Unión, legislatura en la que participaba Robles Aguirre.
Estas acciones adversas sumadas a su personalidad fingida digna de una novela como la del doctor Jekyll y el señor Hyde, con la que intenta ocultar su misantropía hacia los desposeídos, Laura Torres, busco una alternativa política que le repusiera la oportunidad perdida, o mejor aún, que le proporcionara posibilidades reales de coronar su enfermiza ambición, la candidatura a la alcaldía rosaritense.
Su mejor plan comentan sus allegados y conocidos, así como miembros del verde ecologista, fue el de acercarse con líderes y personajes notables del partido del tucán, entre ellos, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, quien al escuchar la sarta de vituperios con los que intento obtener el respaldo del gobernante para que intercediera por ella ante los líderes del verde en Baja California y así lograr su apoyo, solo consiguió escuchar del ejecutivo la negativa a su solicitud, ya que en cada estado le indico, sus liderazgos tomaban las decisiones que mejor les convienen.
Con este segundo descalabro, la diputada local en su desesperante urgencia por enderezar el entuerto en el que se encuentra por las circunstancias políticas que no le han sido favorables, como alcayata se asió de Carlos Barbosa Castillo, quien es el mejor operador e intelectual en las lides electorales del clan hankista, tal vez, y solo como suposición, pensando que con esta acción pueda lograr hacer creer a los priistas rosaritense, que ella es impulsada por el zar de las apuestas y derrotado contendiente a la gubernatura, Jorge Hank Rhon.
Su futuro se vislumbra tétrico, su partido, ella dice que es priista, los priistas le imputan su panismo, se encuentra en la peor debacle de su historia en Rosarito, sus actuales líderes, Blanca Avilés y Alejandro Cabrera, son la antítesis de la capacidad, operatividad, convocatoria y movilidad política, que se requiere en un organismo para sacar avante un proyecto político.
El tiempo lo dirá.
Los descalabros ya iniciaron.
Ironía……
Es que, un errado aspirante a la alcaldía de Tijuana por el PRI, crea que el verbo infinitivo gobernar, es sinónimo al de hurtar.
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