Dicen, que “juego que tiene desquite, ni quien se pique”, además de que se advierte que “los pleitos, ni ganados son buenos”. Pero, evidentemente, los políticos no entienden, ni lo uno, ni lo otro. Cuando alguien, les “pisa el callo”, simplemente estallan, sin detenerse a pensar en la posible revancha o venganza.
Ese es el caso del exalcalde Carlos Bustamante Anchondo. Agobiado por publicaciones periodísticas, relativas a presuntas irregularidades de su gestión, le declararó la guerra a Eligio Valencia Roque, dirigente estatal cetemista y propietario del periódico El Mexicano.
Y surtió efectos aquello de que “cuando las comadres se enojan, salen a relucir las verdades”.
El jueves 15 de mayo, en conferencia de prensa, citada ex profeso, Bustamante acusó a Valencia Roque, de haberle orquestado una campaña de desprestigio, supuestamente manipulando detalles y errores de su administración, relativos al Programa de Modernización del Alumbrado Público de Tijuana.
Bustamante afirmó, que la campaña de Eligio, en su contra, es como venganza, por no haberle pagado más de 7 millones de pesos de una supuesta campaña publicitaria y por no ceder en sus pretensiones de otorgarle permisos para vendedores ambulantes y terrenos en donación.
Los hechos denunciados por el exalcalde, se refieren a negociaciones irregulares, llevadas a cabo entre el Alcalde panista Jorge Ramos Hernández, y el propietario de El Mexicano, en los últimos días de su administración, exhibiendo copias de las constancias correspondientes.
La denuncia en cuestión, muestra, cómo los alcaldes de esta ciudad, y de otras, seguramente, manejan las cosas públicas como si fuesen de su exclusiva propiedad. Además, aprovechan las prisas de los últimos días de sus gestiones, para lograr que el Cabildo les apruebe “al vapor”, cosas irregulares. En algunos casos, incluso hasta sin la anuencia del Cabildo.
En el caso de Ramos y Valencia Roque, el 21 de octubre de 2010, a un mes de concluir su gestión, el alcalde panista firmó un contrato de promoción publicitaria, que al final de cuentas el cetemista nunca cumplió, dándole en pago, por el costo de la misma, un predio con una superficie de 8 mil 390 metros cuadrados, con un costo de casi 8 millones de pesos. La cuestión es que el propietario de El Mexicano, nunca prestó el servicio, respecto del cual le daban en pago el citado inmueble, de forma tal que la operación no se concretó. Asqueroso el asunto, definitivamente.
Pero, dicen que “la venganza es dulce”, 11 días después de la denuncia de Bustamante en su contra, Eligio publica en su periódico, un asunto también sumamente cochino, realizado de manera irregular por Bustamante Anchondo, en su propio beneficio, en los últimos días de su gestión
La nota, firmada por el reportero Said Betanzos, da detalles precisos, en cuanto a tiempos y formas, de cómo Bustamante, siendo Alcalde, a unos días de concluir su mandato, se autorizó la instalación de un casino, en el hotel de su propiedad, conocido como las Torres de Agua Caliente.
Bustamante se brincó todo tipo de normas y limitaciones, e incluso le sacó la vuelta a algunos trámites, para lograr su propósito de convertirse en empresario casinero y ser la competencia del exalcalde Jorge Hank Rhon.
En tales irregularidades, participaron varios de los colaboradores del Alcalde Bustamante, obviamente sabedores de que estaban beneficiando a su jefe. De eso no puede haber duda alguna.
Refiere el periodista, que en el XIX Ayuntamiento, encabezado por el panista Jorge Ramos Hernández, el Cabildo estableció nuevas disposiciones para las autorizaciones de uso de suelo, destacando que tratándose de casinos o de cualquier establecimiento, en los que mediaran apuestas, se requeriría la opinión favorable del Cabildo. Bustamante, ni se molestó en solicitar el visto bueno del Cabildo.
¿Cómo le hizo? Pues el 4 de noviembre, o sea al inicio del último mes de su gestión, Obed Silva, con el carácter de Secretario General del Ayuntamiento, prácticamente a título personal, le otorgó la anuencia para que instalara el Casino en el hotel de las Torres de Agua Caliente. Esa sí que es lealtad. O complicidad, podría decirse.
En fin, la licencia de operación del casino, le fue autorizada el 28 de noviembre, o sea dos días antes de concluir su gestión, pagando al día siguiente y el ingreso se registró en Tesorería Municipal, hasta el 2 de diciembre del 2013, el segundo día de la gestión del XXI Ayuntamiento, encabezado por Jorge Astiazarán Orcí.
Son tan precisos y abundantes los detalles, además de que publica copias de las respectivas constancias, que cualquiera se puede imaginar, que algún personaje del gobierno municipal, entregó a Eligio un expediente completo, sobre el casino de Bustamante, que hasta antes de esto se había venido comentando como una simple leyenda urbana.
Definitivamente, lo dicho por Bustamante, respecto a los negocios de Eligio con el alcalde panista Jorge Ramos, y lo publicado por Valencia Roque, en relación con la forma irregular en que don Carlos se autorizó a sí mismo la operación del casino, hubiesen quedado en simples rumores. Pero bien dicen : “cuando las comadres se enojan, salen a relucir las verdades”. Las cochinadas brotan por todas partes.
Por cierto, se comenta, con mucha insistencia, que Bustamante convirtió el Palacio Municipal en su “Big Brother” particular. Como diría Derbez : que alguien me lo explique.
No hay comentarios:
Publicar un comentario