Los candidatos son en teoría "vendedores de ilusiones", de la esperanza de un cambio, que todo puede ser mejor en vez de la agobiante realidad que padecemos. Es en las elecciones cuando se presenta un curioso fenómeno en el comportamiento de las personas.
Sobre todo de quienes se dicen pertenecer a alguno de los viejos partidos tradicionales, que se turnan el poder del gobierno y que reparten despensas y dádivas actúan como loquitos desesperados buscando a los electores para "comprarlos" o bien amenazarlos con correrlos de sus empleos en el gobierno, retirarles sus permisos para el comercio y atosigarnos con multas. Mas los ciudadanos adquirimos la cualidad de votantes o electores potenciales de quienes serán, también en teoría, los representantes ciudadanos en el Congreso Federal, o de la Unión. Es verdad que votamos por la persona, pero también por un partido político con principios y plan de acción. Con tradición y antecedentes. Nadie es ajeno a los vicios en que han caído todos aquellos que aún diciéndose "ciudadanos" caen en la farsa que llegan a hacer de si mismos, pasado algún tiempo pierden su mascara aquellos quienes llegan a vivir de los partidos políticos se vuelven unos cínicos de partido. De esos que son mantenidos por todos nosotros con nuestros impuestos. No somos ignorantes, nuestro desencanto se vuelve más que apatía o hartazgo, en abstencionismo, en un estéril "valemadrismo" que puede ser una expresión ciudadana, pero que le sirve a esa clase política para seguir encerrado en la burbuja de su propia realidad. Seguir con toda impunidad haciendo de las suyas. Tengamos conciencia y no desperdiciemos la oportunidad de votar por un partido de izquierda, de empoderarnos como ciudadanos, asumirnos como agentes del cambio. Veamos un poco más allá del hecho de votar o no votar. La izquierda y sus partidos que también nos han fallado siguen siendo una opción real de cambio, si nos apegamos a su cometido de ser instrumentos de preparación para la lucha política, de la organización de las masas para exigir y para empezar a hacer realidad un cambio en nuestro entorno. Esta en cada uno elegir tomar accion en esta lucha; o bien contribuir a esta farsa en mantener un sistema de partidos políticos viciados por la impunidad y la corrupción. Es cuánto.
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