Por Gilberto Lavenant
A partir de que el pasado domingo, 5 de Abril, los candidatos a diputados federales, iniciaron sus labores proselitistas, inició también, de hecho, aunque no de derecho, la otra campaña, la de quienes pretenden participar a cargos de elección popular en los comicios del 2016.
Sin duda alguna, la posición para la que habrá más aspirantes, al menos en Tijuana, es la alcaldía. Luego seguirían las diputaciones locales, regidurías, sándicatura procuradora y sindicatura social.
En el caso de la Presidencia Municipal, cada día surgen nuevos aspirantes. Parece irónico, cuando la política es una actividad tan detestable y el gobierno municipal afronta una seria crisis financiera, personajes que nada tienen que ver con partidos políticos, han empezado a manifestar su interés, por llegar a encabezar el gobierno de esta ciudad.
De por sí, la lista de aspirantes a Alcalde, ya es larga.
En el Partido Acción Nacional aparece en primer lugar el diputado federal Juan Manuel Gastélum Buenrostro. Está por concluir su gestión y a partir de ese momento podrá dedicar todos sus esfuerzos a la búsqueda de la candidatura.
Obviamente, no será tarea sencilla, pues le siguen, con aspiraciones similares, una larga lista. Antonio Valladolid, Secretario de Planeación y Finanzas del gobierno estatal, es otro de los que tienen mayores posibilidades. Básicamente por su cercanía con el Gobernador Kiko Vega.
Pero también hay otros, como el diputado Cuauhtémoc Cardona Benavides, que desde hace tiempo anda en campaña, con su “temobus”.
Entre los priístas, la lista crece a pasos acelerados.
Pareciera estar en primer lugar el castrotrentista René Mendívil, coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, quien tiene como principal rival al hankista Carlos Barboza Castillo.
Entre ambos, se anota como tercero en discordia, por parte del hankismo, Carlos Jiménez Ruiz, quien recientemente concluyó su gestión como Consejero del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado.
Y hay otros, que no forman parte del hankismo, ni del castrotrentismo, sino del beltronismo, como lo es el diputado federal, Chris López Alvarado, seguido de su suegro, Mario Escobedo, que ya tuvo en sus manos la candidatura en los anteriores comicios, pero la aventó, asustado al ver como le imponían a los integrantes de su planilla.
Por otra vía, en línea directa con el peñanietismo, aparece también Saúl David Guakil, delegado de la Secretaría de Economía en la entidad, quien no oculta sus deseos de sentarse en la silla que actualmente ocupa el Dr. Jorge Astiazarán Orcí, en la oficina principal del Palacio Municipal.
A todos ellos se agrega el empresario Enrique Gamboa Núñez, quien está en espera del momento oportuno para destaparse. Destacados priístas le han estado insistiendo para que se anime a luchar por la alcaldía de Tijuana. Y aunque lo suyo no es precisamente la política, ha reconocido que tiene interés por dicha posición.
Todos ellos, no pierden el sueño por la actual campaña, la de los candidatos a diputados federales. Algunos meditan, otros preparan su posible proyecto de gobierno y diseñan su equipo de trabajo.
La mayoría niegan sus aspiraciones o al menos aparentan poco interés. Sin embargo, ya tienen sus respectivas agendas, para ello.
Frenaron sus inquietudes, hasta que no arrancara la actual contienda. Para que no los acusaran, ni de acelerados, ni de estar entorpeciendo el proceso electoral que culmina el 7 de junio próximo.
Sin embargo, en los próximos días, actuarán con mayor apertura. Algunos tendrán reuniones privadas con grupos afines. Otros desean sondear o “medir el agua a los camotes”, para palpar el grado de aceptación que podría tener en la comunidad, su proyecto político.
Otros, realizan actos más específicos. Están contactando expertos en finanzas o en urbanismo, que pudiesen asesorarlos para diseñar su programa de gobierno.
El gobierno, de un municipio como Tijuana, es como el tigre de la rifa. No cualquiera se anima a meterse a la jaula, a tratar de domarlo. Sobre todo en el aspecto financiero.
Sin embargo, los aspirantes con perfil empresarial, confiesan y reconocen que ya no pueden mantenerse al margen, tan solo porque la política sea una actividad detestable. El gobierno de Tijuana es como un barco que cada día amenaza con naufragar. Se requiere de la participación de muchos, y ya no dejarlo tan solo en manos de políticos.
Sería interesante, que antes de hablar de candidaturas, o de partidos políticos, se viera la posibilidad de someter a todos los aspirantes, a un concurso por oposición. Como ya se hace actualmente en muchas fuentes de empleo. Para definir quien es el mejor capacitado para el empleo de alcalde.
El problema, es que en política, salen sobrando las capacidades o méritos. Con un buen padrino basta. Y ahí se echa a perder todo. Por eso estamos como estamos.
gil_lavenants@hotmail.com
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